De la fama a una vida común (tg)

Capítulo 12 ~ Pijamada de sábado.

—Hola, Anette—me saluda, un poco nervioso.

Yo inclino un poco mi cabeza izquierdo y sonrío. —Hola.

En mi mente intento recordar el nombre de él, pues algunos momentos borrosos vienen a mí.

Mamá está a mi lado, observándome, la incomodidad de ella se siente.

El chico sonríe. —No creí encontrarte aquí en el cine. Después de que salimos de bachillerato... no supe nada de ti. ¿Ingresaste a la universidad?—inquiere con una voz suave.

Papá está detrás mío. Como si estuviera esperando que yo termine de hablar. Doy media vuelta para verle. No se ve muy feliz. —Ustedes pidan los boletos. Yo iré en un momento—exclamó.

Mi madre dudosa camina hacia mi padre, me lanza una mirada tranquila y después se retira a la caja para pedir los boletos.

Nuevamente centró mi atención en este chico. Es guapo, pero tiene algo que me hace rechazarle. —Sí, pues estoy cursando la carrera de enfermería. Me está yendo bien. ¿Y tú?—sonrió.

—Me alegro de escucharlo. Tal vez algún día nos encontremos trabajando, pues yo estoy estudiando enfermería. ¿Recuerdas que te dije que era la carrera por la cual me decidiría? Pues al final así fue—expresa con felicidad.

Asiento. —Eso es agradable por ti—respondo.

Él baja un poco su mirada. —Entiendo que nuestro pasado hace que no sea muy amena nuestra charla. Pero noto algo más en ti, pareciera qué, soy un completo extraño para ti, Anette—expresa él. Muy curioso y mirándome de pies a cabeza.

Suspiro. —No te recuerdo bien, y los únicos momentos que vienen a mí mente son difusos. Quizás me esforcé en olvidar—levantó mis hombros.

Él lanza una pequeña risa. —Comprendo el olvido, pues las cosas no finalizaron bien. ¿Pero olvidar una hermosa etapa de tu vida? No me parece correcto, después de todo; tuvimos bellos momentos—afirma él con seriedad.

Sus palabras me ayudan a desbloquear memorias en mi mente que estaban muy ocultas. Este chico delante mío ahora sé quién es, Alejandro. Mi ex novio de la adolescencia, de algún modo sentía una conexión, pero era en gran parte un rechazo.

Curvo mis labios. —Ahora te recuerdo mejor. Pero, eso quedó en el pasado. No guardo rencor alguno por ti—comentó con una voz suave.

Baja la cabeza por algunos segundos, para después nuevamente observarme. —Lo siento, Anette. Perdóname por nuestro pasado, a veces cometemos errores y queremos cambiar; solo que es demasiado tarde—expresa él.

Yo asiento. —Créeme, te comprendo a la perfección—señaló. —Nuestro pasado quedó así, fue una linda historia que tuvo un final triste. O quizás no, fue solo un final—levantó mi ceja. —Si me disculpas, iré a ver una película—agregó y le regaló una sonrisa moderada.

Me preparo para dar la vuelta y él da dos pasos hacia mí. —En serio, te pido perdón—intenta tomarme del brazo, pero solo se queda rodeando el mismo.

Le miro con algo de temor. —Ya te perdone. Puedes estar feliz—sonrió y doy un paso atrás.

—¿Alguna vez podríamos hablar nuevamente? Me interesas, y mucho—me ve con unos ojos llenos de esperanza.

Niego con la cabeza. —No. No podemos hablar, y además, tú no me interesas. Lo siento, me retiro en paz—le regaló una sonrisa y caminó de nuevo hacia mi familia.

Puedo ver que mi madre sostiene los boletos, y estaba observando al lugar donde yo estaba. Ella está mirándome fijamente, pero puedo ver que momentos observa más allá de mí, lo cual indica que Alejandro está aún observándome.

Mi padre suspira cuando llego. —¿Te dijo algo malo?—pregunta.

Yo suspiro y curvo mis labios. —Nada de eso. Ya le superé, y se lo dejé en claro. Pero él no ha podido entenderlo—contestó y caminamos hacia la sala. Por el rabillo de mi ojo observó que él sigue de pie mirando cuando me retiro y me pierdo entre el resto de personas que salen de algunas funciones que han finalizado.

Sábado 19 de octubre.

Pase la noche rememorando y navegando en mi mente por esos recuerdos que tuve sobre Alejandro. Estaba sentada en mi cama y observando las estrellas, mientras revivía esos recuerdos de la persona que alguna vez significó algo en la vida de Anette, o que inclusive, era todo.

Le hizo mucho daño, porque las memorias me costó trabajo recordarles. Es como si se hubiese esforzado en olvidar esa etapa, dejarla en el pasado, en la oscuridad, en un lugar al cual fuera difícil acceder.

Sin duda alguna formó parte de su pasado, fue una linda historia que no tuvo un final agradable. Pero de eso se trata la vida, vivir y explorar, amar, y afrontar las consecuencias de ese sentimiento que a muchos lastima, y a otros les beneficia. Esa sensación que te hace hacer locuras, y en el cual es un juego, puedes ganar o perder; pero la historia se queda en tu memoria.

Estoy reposando los codos sobre el marco de mi ventana, mientras espero que llegue mi mejor amigo y en compañía de él, Ivannia.

Veo a un chico bajar de un auto, con una caja. Levantándola como sí de un trofeo se tratará. Seguido de él, veo a una chica de cabello lacio. —Llegaron—murmuró y me apartó de la ventana. Tomo mi libreta donde tengo escrita mi canción. La llevo a mi cajón y ahí la dejo.

Bajo a la puerta principal para abrirles. De inmediato tomo la caja de pizza—Hola... ya había pensando que me habían dejado plantada... son las 8 de la noche—destacó cuando doy unos pasos hacia atrás.

Ivannia apunta a Kevin. —Este estúpido que no sabe medir tiempo. Desde las 4 de la tarde está jode y jode mandando sus mensajitos para que me apure. A las 5 estuve lista para que pasara por mí... y su repuesta fue: Espera, deja que me termine de bañar y preparar mi mochila—finge hacer su voz.

Yo suelto la carcajada y veo a mi mejor amigo. —Le creo totalmente lo que ella dice. —Sonrió. —Toma los vasos y platos—agregó.



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En el texto hay: magia, brujas magia, cambiodecuerpo

Editado: 29.05.2025

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