Capítulo 11: Una visita inesperada.

Rápidamente salta del sofá y abre un poco la cortina. En efecto, está afuera—No, puede ser...

Abre la puerta y lo ve ahí de pie, el saluda con la mano y con una sonrisa. Johanna se acerca a él y saluda.

—Hola, Ángel... am, ¿y esa... sorpresa de qué hayas venido?—finge una sonrisa.

—Pase por aquí y quise visitarte, me preguntaba si querías ir a comer algo...—se acerca a ella.

—Parece que todo el mundo pasa por aquí—ríe. —Y no, no puedo ir contigo, además que estoy cuidando a mi primo—responde con una sonrisa.

—Lo sé... si quieres, puedes invitarme a pasar—dice en un tono sarcástico.

Johanna frunce el ceño.

—Era broma...—sonríe. —¿Qué te parece el sábado?—pregunta con una sonrisa.

—El sábado tengo un compromiso, y dudo que lo cancelen—responde.

—Tal vez puede que te cancelen ese compromiso y así podemos salir a comer juntos, pasarla bien—dice él, intentando acercarse a ella.

—Espera tienes algo en el cabello—el acerca su mano y solo aprieta su mejilla.

Johanna se aleja un poco y puede notar que tiene manchas rojas en su chaqueta y en su mano.

—¿Y esas manchas?—ve su mano.

—Lo siento, es que vengo de comer hamburguesas y me salpico la salsa de tomate—ríe.

—¿Pero que no se supone que venías en plan de ir a comer?—interroga, extrañada por la repuesta de Ángel.

—Olvidémonos de eso, de igual forma no puedes salir, Johanna...—vuelve a tocar su cabello y lo intenta acomodar.

Johanna se aleja después de unos segundos. —Lo siento, pero me resulta un poco incómodo que me toquen así sin más.—se aleja de él y está a punto de volver a su casa.

—¿Qué te paso? Parece que tus vacaciones te cambiaron, ¿qué? ¿Fuiste a un retiro espiritual?, ¿psicólogo? Cambiaste mucho, antes no me evitabas tanto, ¿hice algo malo? Solíamos ser amigos...—la sigue y se acerca a ella, arrinconándola contra los arbustos.

—Cambie, todos tenemos derecho a hacerlo, no es que te quiera evitar; pero no me gusta que me presionen o me toquen. Y tú quieres algo más que una amistad, lo sabes—responde y con sus manos lo empuja un poco.

—No me evites, y lo acepto; me gustas—confiesa Ángel.

Johanna niega con la cabeza, intenta volver a la casa pero Ángel la toma del brazo, le lanza una mirada amenazante.

—Suéltame, por favor...—lo ve a los ojos, pero el hace caso omiso.

—¡Déjame!—intenta golpearlo pero el detiene el golpe, ella intenta zafarse pero resulta inútil. Ángel le jala hacia él.

Nataly sale de la casa, al mismo tiempo que llega la pizza.

—¡Hey déjala!—grita y corre hacia ellos, Ángel la ve y repentinamente ella se detiene y voltea hacia la entrada de la casa.

Ángel voltea y es el padre de Johanna. Ella logra zafarse y cae a suelo, rápidamente se aparta. Alberto se acerca y lo golpea en el rostro, Ángel tambalea y cae al suelo, rápidamente intenta levantarse pero Alberto lo toma de la camisa y después lo vuelve a golpear. —¿Por qué no la soltabas?—le da una patada en el estómago.

—Esto es algo que no ve todos los días... Wow—dice el chico que lleva las pizzas.

Alberto lo voltea a ver.

—Yo solo vengo a dejar la pizza, señor—agrega el chico mientras se acerca a Nataly.

—Papá, ya, déjalo que se vaya...—dice Johanna intentando apartarlo.

Inmediatamente Ángel se levanta y lleva su mano a la parte trasera de su pantalón. Alberto avienta a Johanna a un lado y socas un arma al mismo tiempo que Ángel.

—¡Baja tu arma!—le apunta.

—Debí recordar que usted es policía... bájela primero usted...—responde él.

Johanna está en el suelo y Nataly agachada, intentando llamar la atención de Ángel.

Después de escuchan sirenas, llegan varios oficiales, rápidamente se bajan y comienzan a pedirle a Angel que baje el arma, no hace caso y comienza a girar el arma hacia Johanna que está en el suelo.

—No te atrevas... te doy 3 para que bajes el arma...—dice Alberto mientras más oficiales comienzan a rodear a Ángel.

—¡Oye!—grita Christian desde la ventana.

Ángel voltea al escuchar el grito y Alberto se lanza sobre él, rápidamente lo somete y le quita el arma, los demás oficiales se acercan y se lo llevan.

Nataly ve llegar a Nicky, el está en la calle pero ella le pide que se mantenga alejado, el solo ve cuando se llevan a su hermano esposado.

—¿Es en serio? Últimamente ustedes atraen los problemas, y aún así, se exponen a cosas cómo estás... ¿si yo no hubiese llegado qué?—mira a Johanna que está en el suelo.

—Yo no sabía que él traía un arma, es más, no se mucho de él...—responde mientras se levanta del suelo y se dirige a la casa.