Se recarga un poco sobre la almohada y suspira. —Me llamó Johanna Pichardo...
—Lindo nombre. ¿Y qué fue lo que te sucedió?, ¿Te persiguen o cual fue la razón de que estuvieras herida?—pregunta Kevin mientras la ayuda a levantarse y recargarse.
—No, no Kevin estoy bien, gracias, y gracias por curarme... ah...—responde entre quejidos por el dolor en su abdomen.
—No te esfuerces o te lastimarás aún más... responde mi pregunta por favor, Johanna, ¿que fue lo qué pasó? Quiero saber la verdad y el porqué te dispararon...—interroga de nuevo mientras la ve fijamente a los ojos.
Suspira. —¿Puedo confiar en ti, Kevin?—lo ve mientras la tía se asoma por la puerta para confirmar si Johanna despertó, es una señora de unos 40 años, cabello oscuro y de complexión delgada. Su mirada y su voz transmiten tranquilidad y confianza.
—Te cure tu herida de bala, con poco equipo y lo que tengo aquí en casa, si no te hubiesen curado no estarías viva, ¿tu que crees?—sonríe.
—Hola chica, soy Alejandra, me alegra ver que ya estás mejor, no sabía que hacer y llame a mi sobrino que es enfermero, el té curo...—sonríe y le da unas palmadas a Kevin.
Johanna sonríe al tener de frente a la señora Alejandra y a Kevin, le parecen dos buenas personas. —Ahh, pues es una historia extraña y extensa... pero se las contaré para aclarar dudas—toma un poco de agua.
—No es más loco que el haber escuchado una historia de cambio de cuerpos... así que no creo que sea algo más extraño que eso, pero vamos, ya cuéntanos—Kevin responde.
Un escalofrío recorre el cuerpo de Johanna, el tiempo parece haberse congelado después de escuchar esas palabras. —¡¿Qué?!—grita confundida y extrañada por su repuesta.
Kevin y su tía se sorprenden ante el salto y cambio en Johanna.
—Tranquila, solo fue una historia, deja de evadir el tema y por favor cuéntanos qué pasó, llevo rato esperando una repuesta por tu parte...—Kevin comienza a molestarse un poco.
—Lo siento, es que recordé algo, te contaré mi historia y tú cuentas esa historia tan extraña e interesante. —Kevin asiente. —Yo me llamo Johanna Pichardo, tengo una... hermana, ella tenía un novio que creímos había perdido la memoria en un accidente, fue un error. El solo fingía, después del accidente mi hermana fue raptada y retenida en una casa, logró escapar al mismo tiempo que yo llegue con policías. Concluimos que todo lo ocasionó Nicky, el novio de mi hermana, quería ocultar el cuerpo y evidencia de un asesinato que el cometió, tal vez escucharon de Hannya Martínez, una chica que desapareció en 2014...—comenta pero guarda silencio cuando Kevin se levanta de su asiento.
Esta de pie en la ventana. —Sí, la recuerdo y recordamos, el día que desapareció su madre llegó al hospital donde yo trabajo, yo la recibí y estaba desesperada buscando a su hija, quería saber si su hija no estaba en nuestros registros, yo le confirmé que no y la tranquilicé, la desesperación de su madre me dejó asombrado, yo creí que en ese momento ella colapsaría de un paro. Tiempo después confirmaron que la chica murió, nunca se encontró el cuerpo pero al no encontrarla la dieron por muerta. Fue horrible, esa chica era compañera de una prima mía—agrega mientras recuerda ese día.
—Pues creo que ya cubriste mi explicación, y supongo que puedes deducir el porque termine aquí—agrega Johanna después de escuchar a Kevin y corroborar que es cierto.
—Sí, intentaste encontrar el cuerpo para mostrar pruebas, solo que el té encontró , ¿como sabias donde buscar?—vuelve y se sienta a lado de su tía.
—Entre a casa de el y de su hermano, yo creí que su hermano el culpable de todo, me lleve una gran sorpresa cuando no fue así, resultó ser quien menos imaginé. Cuando entre a la casa robe su laptop, y huí, encontré pistas que me trajeron aquí, intenté encontrar el cuerpo con ayuda de una chica, alguien que era una amiga muy cercana a ella, pero el llego y tuvimos correr, le di mi teléfono a la chica y yo intenté correr, recuerdo que me atraparon, estaba en el puente con Nicky, intercambiamos palabras y me disparo, eso es un poco borroso ya que después de eso no recuerdo nada, solo se que caí al río, así fue como termine aquí—suspira y cierra los ojos intentando descansar de sus heridas.
—Te creo Johanna, se que dices la verdad. Tía, ¿usted le cree?—Kevin asiente y después observa a su tía.
La señora la ve por unos segundos. —Sí, ella no tiene motivos para mentir. ¿Quieres contactar a tu hermana o familia?—agrega Alejandra mientras saca su teléfono.
—No se sí eso sea bueno, porque captaría la atención dd todos y de él también, quizás deba esperar más, no lo sé, ahg—se lleva las manos al abdomen y se comienza a quejar por el dolor.
Kevin rápidamente la recuesta. —¿Sientes mucho dolor Johanna?—le pregunta mientras quita sus manos y el revisa la herida.
Johanna asiente. —¡Demasiado!—
—No te muevas mucho, te vas a lastimar—rápidamente toma del mueble unas pastillas y se las entrega junto a un vaso de agua. La ayuda a levantarse y rápidamente se las bebe, minutos después comienza a sentir alivio.
—El vendaje no está mal, no parece que tenga mucha sangre, de igual forma debo limpiar la herida más tarde, debe alegrarte saber si te extraje la bala de forma rápida, la herida no es grande y por eso no fue algo difícil, pero creo que debería llevarte al hospital para estar seguros—comenta Kevin mientras la recuesta y acomoda el gotero de suero.
—Es que perdiste sangre, ese es nuestro problema ahorita, perdiste mucha sangre durante el disparo y caída al río, logré curarte y sigues aquí, pero creí que deberíamos llevarte a un hospital, ¿temes que algo pase?—agrega Kevin con preocupación.
—No quiero salir de aquí, temo que algo pase, créeme, tengo el presentimiento que el vendrá por mí, o enviará a alguien. Debo comunicarme con mi hermana, avisarle que sigo viva y, decirle que necesitaré ayuda para salir de aquí... —responde Johanna después de analizar la situación.