De La Sierra La Pasión segunda parte

Las ilustres

Y al paso de los acontecimientos ocurrió algo que cambió para siempre la vida no solo de los Serranos sino de todo el país, un golpe de estado, derrocaron al dictador Marcos Pérez Jiménez, justo unos días después que Los Serranos vendieron la isla de Chuao. Les quedó dinero en los bolsillos, porque no la vendieron por cuatro centavos, y los hermanos Serranos empezaron a invertir en el comercio de víveres, y a resignarse ante la nueva situación política del país, todos emprendieron y a muchos les fue bien. 
Y al pasar del tiempo… 
Don Rafael está en casa de su madre esperando junto con sus hermanos una información, la señora Emiliana está muy enferma.El médico de cabecera sale de la habitación y todos se reúnen a su alrededor y 
Consolación el mayor es el primero en preguntar… 
—¡Dígame!..¿Doctor cómo está mi mamá?... 
El resto también pregunta… 
—¡Si, doctor!, ¿como está, como la encuentra?... 
—¡Quisiera darle buenas noticias, pero es mejor estar preparado, Doña Emiliana está en sus últimos momentos y me pidió sabiendo que le queda poco, despedirse de sus hijos! 
—¡Ay mi mamita lloraba el menor, Horacio Serrano! 
—¡Bueno vamos a pasar a despedirnos!—dice Marcos Serrano con los ojos rojos y húmedos. 
Las hijas que tenía, sobre todo Mery estaba muy preocupada por la atención espiritual y fue a buscar a un sacerdote. 
Todos pasaron y de último llegó Mery con el párroco. 
—¡Madre écheme la bendición!..—le dijo Consolación. 
Doña Emiliana apenas abre los ojos y con una voz escasa le dice… 
—¡Dios te bendiga hijo!...cuídate, no bebas tanto aguardiente, y deja de cambiar de mujeres, cuida a tu familia. 
—¡Sí madre!...—Se arrodilla y llora. 
Así uno por uno pudo despedirse de su mamá, hasta que llegó Mery con el sacerdote. 
Todos recibieron la bendición de su madre en la gran casona que la habían comprado,y donde hoy se está despidiendo para siempre. 
—¡Adiós mamita!... Horario era el único que lloraba y Emilia la que llamaban la loquita, también lloraba a moco suelto. 
Don Rafael estaba muy triste, estaba partiendo su gran amiga y consejera, que se le va a hacer, ley de vida. 
El párroco aplicó los santos óleos, Doña Emiliana miró a todos a su alrededor, esgrimió una sonrisa dulce y cerró los ojos. Todos se abrazaron, y lloraron, eran muy apegados con su madre, ya Don Simón se había ido unos añitos atrás con una cirrosis hepática y ahora se acaba de ir Doña Emiliana Morales viuda de Serrano. Que Dios la reciba en la Gloria. 
La gran familia Serrano está de duelo, la noticia como siempre rodó como pólvora, y el gran sepelio en la casa de la señora Emiliana parecía el de una persona muy célebre.Todas las esposas de los Serranos con sus hijos e hijas por supuesto tenían que ir; de nuevo la gran sociedad midiendo galones de fortuna y de esplendor, estén dónde estén, o se encuentren dónde se encuentre. Un buen hervido, un buen chocolate y las conversaciones sobre la política y de los nuevos gobernantes de la nación, no podía dejar de oírse. 
Empezaron a hablar de los nuevos partidos políticos. 
Los copeyanos eran los verdes y los adecos eran los blancos que Don Rafael odiaba y los llamaba también los comunistas, porque gracias a ellos derrocaron a su gran amigo El presidente. 
Reinaldo Malpica estaba feliz porque el era adeco, y los adecos llegaron al poder pero esta afiliación Reinaldo la mantenía en secreto; si Don Rafael se llegaba a enterar que Reinaldo era adeco ahí si era verdad que por nada del mundo iba a permitir que su hija se casará con un revoltoso comunista, porque para el los adecos eran unos comunistas disfrazados. 
—¡Pero que mala suerte mamá se viene a morir mi abuela en el año que yo me voy a casar! 
—¡Teresa quédese callada, y si se casa, que sea sin fiesta, porque estamos de duelo por su abuela que Dios la reciba en su seno! 
Los días de la semana transcurrieron amablemente, Teresa es ahora pasante de una muy conocida entidad bancaria. 
Melba también es maestra y está adquiriendo experiencia y conocimientos de esta bella labor como era y es, ser Maestra, pero Melba tenía un problema como era inteligente y bastante ilustrada comenzó a creerse superior a todos los de su casa.Ella se sentía importante porque había obtenido un título y hasta hablaba con un léxico mucho más nutrido, que la mayoría de las veces había que preguntarle el significado de la palabra que había empleado para expresarse de algo cotidiano y sencillo. La que más se incomodaba con ese asunto era Miranda, y también todos los demás; Teresa también había estudiado pero no andaba con ínfulas y por cierto de todos la que se preocupaba de forma muy espontánea y natural por leer la prensa era Teresa. 
Miranda se quejaba de Melba muy a menudo… 
—¡Ay señora Angélica, esa mujer si está ridícula, ahora resulta que todo el mundo en esta casa es ignorante, uno habla con ella, y lo corrige a uno muy feo…"¡No seas ignorante Miranda, eso no se dice así, yo si se porque yo estudié!"...asi le dice a Manuel, a Carlitos, a la que no le dice nada es a la prima Elsa porque también está estudiando. 
—¡Ay no le haga caso!... Además quien la parió a ella, otra ignorante—,y se reían las dos— yo la voy a poner a usted a estudiar algo que si le va a dar bastante real que es corte y confección en la academia de La gran fraternidad universal, la que queda en la avenida Los Acuario, y ya usted verá como le va ir de bien. Eso sí, Miranda cuando yo la inscriba, no se vaya a poner rochelera y desordenada, usted va a ir es a aprender,y nada de novio, y mucho menos se le ocurra aflojar lo que tiene entre las piernas, mire que la virginidad vale oro, es el mayor tesoro que tiene una mujer. 
—¡Ay señora Angélica, claro que no, yo siempre voy a portarme bien! 
—¡Yo le voy avisar cuando se va a inscribir! 
Miranda le gustó lo que Angélica le había dicho, pero eso de tener novio era un poco difícil, la época se prestaba para mucho pensamiento moderno y las muchachas oyendo a Elvis Presley y a los Beatles, viendo los conciertos por televisión, estaban como locas con la música y el emblema de amor y paz.La minifalda, las botas hasta la rodilla, y las patotas en moto, era lo que empezó a dominar a la juventud de aquellos años. 
 




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