Pasaron algunos meses aunque no se había cumplido el año de la partida principalmente de la abuela Emiliana, Reinaldo decide hablar claro, el se quiere casar con Teresa ese mismo año, con duelo o sin duelo.
—¡Señor Rafael ya mandé a construir una casita por allá arriba en las lomas del limón, ahora está esa zona un poco solitaria, pero ya pronto estarán construyendo los otros vecinos y debe estar lista para principios del año que viene.
—¡Bueno lo felicito!...y debido a esto, quiero decirle que ya no quiero esperar más, y me gustaría celebrar mi matrimonio con Teresa lo más pronto posible.
—¡Yo no me meto más en eso, hablé con Angélica y pónganse de acuerdo!
Esa respuesta alegro mucho a Reinaldo, eso quería decir en cierta forma que el señor Rafael no se oponía al casamiento, y le hizo el comentario a Teresa, y luego conversaron con Angélica y ella le dice…
—¡Yo pienso que es lo mejor que ustedes se casen de una vez, así hija tú estás tranquila con tu marido y nadie te está molestando,. y los primeros tiempos vives aquí, está casa es bien grande!
Teresa estaba feliz, primero por el hermanito que venía en camino y segundo por los preparativos de su boda.
Angélica prosigue…
—¡Yo prefiero que se case hija y no le vaya a pasar como lo que le pasó a Melissa con el tal Roger! El secreto de Melissa todo el mundo lo sabía.
Resulta que Melissa Suárez estaba desvastada, porque su queridísimo novio Roger Muradian se casó con otra, una muchacha bellísima y además hija de ricos de cuna. Pero lo peor fue que Melissa se enteró por la prensa, y llorando le confesó a Melba…
—¡Y yo le entregué mi virginidad!
A Melba le iba dando un síncope; se puso de todos colores, porque era muy moralista, y ella creyó que Melissa era igual. Pero Melba no la juzgó, al contrario le dió mucho apoyo emocional y se hicieron más amigas que nunca. Desde ese momento, Melissa no salía de casa de Melba y también Melba se la pasaba en casa de las Suárez, y se quisieron toda la vida como hermanas. Si Don Rafael se llevaba a la familia para la playa, Melissa también iba. Pero había un individuo llamado Alfredo que había notado algo inusual, en el comportamiento de Melissa, ya no hablaba de Roger Muradian. Alfredo perseguía a las amigas a dónde quiera que iban, era atento y ya Melissa no era esquiva con el, ahora participaba de las conversaciones, pero Don Rafael eso no le gustaba, porque era la hija de Don Pablo Suárez y Alfredo tenía mala fama.
—¡Deja quieta esa muchacha Alfredo!
—¡A pues Rafael será hija tuya!....
—¡Ya te lo dije!...
Don Rafael estaba muy incómodo con esa situación como no se atrevía hablar con Melissa habló con Melba.El no estaba al tanto de lo que estaba pasando.
—¡No me gusta la junta con Alfredo, el es muy desordenado, y no quiero que se vaya a burlar de tu amiga!
—¡Pierda cuidado papá que ellos son solo amigos!
Pero en el malecón dónde está el rompeolas, escuchando el sonido del mar, Melissa le dijo a Melba que la dejara sola con Alfredo porque el quería hablar con ella.
—¿¡Amiga pero…a ti te gusta el!?
—¡Me cae bien!
Entonces Melba accedió muy temerosa de que su papá se enterará.
Alfredo conversa con ella y le cuenta su vida y hablando, hablando, Alfredo le declara su amor.
—¡Melissa…yo…yo me enamoré de ti desde la primera vez que te ví!
Melissa se siente abochornada y se le humedecen los ojos…
—¡Alfredo yo no me merezco que te fijes en mi! ¡Además te traté muy mal!...
—¡Melissa lo que te voy a decir es muy serio!
—¡Alfredo yo…!
—¡Yo si te quiero como esposa yo si te quiero de verdad, cásate conmigo!
Melissa quería la compañía de Alfredo por el momento que estaba pasando pero tenía el corazón hecho trizas por Roger, no podía todavía creer que Roger se burlara de ella y que ya estaba casado con otra.
—¡Yo todavía…!
—¡Todavía lo amas me lo imagino…yo cuando lo ví supe que estaba jugando contigo!...¡Y me enardecí, quería robarte, apartarte de ese canalla, porque eso es lo que es!...¡Vi como te besaba!...¡Y me dió mucho coraje, quería partirle la cara!
—¡Así es Alfredo es un canalla y se que puedo ser indecorosa, pero yo te voy a decir algo, y se que no me vas a querer después para casarte conmigo, Alfredo yo siento que no valgo nada!
—¡No!...¡Jamás, tu vales mucho, no digas eso!
—¡Alfredo yo…!
—¿Tu que?...
—¡Yo…yo…yo me le entregué, yo no soy una mujer pura, no soy virgen, flaquee creí en el, perdí mi virginidad con Roger!—Lo dice con la voz ahogada y lagrimas ruedan por sus mejillas.
Alfredo reacciona con amargura…
—¡Ese desgraciado, mal….to!
—¡Por eso tú no te mereces una mujer como yo!
—¿Quien sabe lo que te pasó?
—Mis hermanas, mis amigas, Melba me a ayudado, pero…mis padres no lo saben…la vergüenza me está matando, te digo, no quisiera la vida!
—¡No no por favor no llores mas!—Alfredo se acerca y se atreve a abrazarla. Melissa no lo impide.
Alfredo mira su cabeza apoyada en su hombro pero no se atreve a nada más. Sabe que es como un pajarillo herido. Luego se separa de ella y le dice…
—Melissa me tienes a mi.
A mí no me importa si eres virgen o no eres virgen. Yo te amo de verdad.
Melissa no podía creer que existiera un hombre como Alfredo.
—¡Vamos a darnos una oportunidad!...¡Mejor dicho dame la oportunidad de hacerte feliz!...¡Está bien no me respondas pero dame la oportunidad de ayudarte a salir de este mal momento!
Melissa se quedó mirando el mar hacia el infinito con la mirada humedecida. Lloraba por Roger y si Roger apareciera…¿Que le diría?
Ahora está casado.
Alfredo está a su lado pero no lo ama.
—¡Alfredo te ofrezco solo mi amistad, no puedo aceptarte, mientras sienta lo que siento por Roger, lo odio pero también siento que lo amo, te debo parecer muy tonta!
—¡No, no, está bien, no al contrario me pareces honesta y correcta esa sinceridad es la verdadera pureza, la del alma, una mujer honesta vale más que mil vírgenes por favor!...¿Y cuántas no se casan vírgenes y engañan a sus maridos?..¡Al rayo con esa virginidad, yo te quiero por lo que eres, como ser humano!
—¡Eres maravilloso! ¿sabes?...¡Te mereces lo mejor!...¡Mereces la mejor de las mujeres!...