La piñata

Pasión Serrano creció entre sus hermanos que le llevaban un promedio entre todos de veinte años. Del primer matrimonio habían cuatro incluído Carlos Alberto; y de su madre Angélica tenía dos hermanas, Melba y Teresa.  
Cuando nació Pasión acababa de morir la abuela Emiliana y ese mismo año se casó por fin Teresa con Reinaldo en una celebración muy comedida por el luto a la abuela. La niña Pasión le costó un poco entender su soledad, porque no habían hermanitos de su edad. Era una niña blanca de cabello negro liso, y que al principio quizás por ese afán de Don Rafael de tener el varón; se lo dejaban cortico y parecía un varoncito. Y Don Rafael que estaba loco por un varón estaba encantado con su niña a la que llevaba para todas partes, muy orgulloso, y a todos les decía que era linda su muchachita. Pero Pasión siempre fue muy femenina y sensible. Don Rafael seguía llevando su vida como si nada hubiera pasado, después del golpe de estado del veintitrés de Enero. Tenía un pequeño comercio y algunas casas. Lejos quedó Chuao que colindaba con Choroní, ahora tenía sus casas playeras en Ocumare y no desaprovecha ninguna vacación ni días feriados para irse a pasar todo lo que puede con su familia en la playa. 
Teresa ya estaba casada y vivía con sus padres en una habitación de la casa. Reinaldo era muy trabajador pero también llegaba muy estresado y neurótico, no veía el momento de mudarse con Teresa para una casa propia. En 1968 Teresa queda embarazada. Esa fue una gran noticia. Pasión tendría  cerca de los tres años; Teresa no podía caminar con la barriga. Melba estaba feliz por su hermana además de que iba a ser tía. Aunque ya lo era por sus hermanas mayores Lorena y Yolanda que ya tenían dos hijos cada una. Quiere decir que Pasión ya era tía también. La mamá de Miranda, la señora Pilar se convirtió en una gran amiga de Angélica. Ella se sentía muy agradecida con los Serranos porque la ayudaron a criar a Miranda que se encariño con la casa y con toda la familia y se sentía como una hermana más, porque así se lo inculcó Angélica. Un día de Julio, Pilar le pidió permiso a Angélica para llevar a la pequeña Pasión a una fiesta de cumpleaños por el sitio donde ella vivía. Pasión no entendía muy bien de que se trataba una piñata. En esa fiesta había un gran muñeco blanco en forma de perro, y con un palo le daban durísimo, una y otra vez, hasta que lo rompieron. Pilar le dijo… 
—¡Apúrate Pasión recoge tus juguetes y los caramelos yo te ayudo! 
Pasión sintió primero un gran susto cuando vió que un gran montón de niños y también adultos se lanzaban rudamente sin escatimar a quien se llevaban por delante para recoger lo que caía de la piñata. Pasión quedó por fuera pero desde las orillas atrapó uno que otro caramelo y Pilar la ayudaba a recoger todo lo que podía. Esa piñata es la que ella recuerda porque la de su primer año de vida supo que existió por una foto. Cuando Pasión cumplió un año Don Rafael fue muy selectivo para escoger los padrinos del bautizo por la iglesia. En ese entonces regalar oro no era tan complicado y no faltó una cadena de puro oro macizo para su  bautizo y  bendecida por el párroco, de ese día quedó para la posteridad de recuerdo siempre colgado en la sala; una gran foto que le tomaron en el foto estudio más reconocido de la ciudad. En esa foto Pasión aparece con su pelo cortico y liso luciendo su medalla de oro colgando en el pecho y no sé porque razón se la tomaron sin camisita. Los padrinos de Pasión fueron unos sobrinos de Don Rafael que habían prosperado grandemente, vivían en una mansión en la parte  norte en una de las zonas  de más dinero de la ciudad. Hicieron una reunión sencilla y le cantaron cumpleaños feliz. Pero aquel día que Pasión salió sola con Pilar ya Teresa había dado a luz; tuvo una gordita bellísima que le puso por nombre Raymar y tenía seis meses para ese día, 29 de Julio de 1969; cuando sorprendió a Pilar en el camino un terremoto que venía causando daños colaterales desde la capital y repercutió todo el centro. Pilar llevaba a Pasión de la manito y estaba muy asustada, porque andaban a oscuras y Pilar se dio cuenta del movimiento telúrico y caminaba con la niña quedándose detenida en algunas esquinas. Estaba muy nerviosa y no sabía que hacer. Ya eran pasadas las siete de la noche y Angélica y todos estaban muy mortificados. Don Rafael se molestó y le reclamó a Angélica…  
—¡Pero como se le ocurre dejar a la niña salir así, ruegue a Dios que lleguen con bien! 
Melba , Teresa y Miranda cuando veían que la tierra se movía en ondas y rugía, se fueron para el patio trasero. Miranda daba brincos y Teresa tenía a Raymar en los brazos. Después de un buen tiempo por fin llegó Pilar con la niña; le costó pero consiguió pagar un taxi que la llevó sana y salva hasta la casa. 
—¡Llegaron! 
—¡Ay mi amor gracias a Dios! 
Angélica tomó a la niña que si estuvo algo inquieta pero no se puso a llorar. Pilar la cuido muy bien y le hablo todo el camino para que no se fuera asustar ni terminará con crisis de llanto. 
Este episodio siempre lo recordaron en la familia.  
Pasión estaba muy emocionada con la llegada de Raymar era su sobrinita, y le decían algo que le costaba comprender…  
—¡Tu eres su tía!...A Pasión la cargaban para que viera a la niña en un bello moisés . 
Pasión era una niña que se crió con la naturaleza, en aquella parcela pasaba horas jugando con un perro llamado Rebelde. Después llegó un cachorro llamado  Terry y este fue su primer bebé. Pasión lo cuidaba y le daba tetero. Lo estaba conociendo, era un pastor alemán cruzado con mestizo. Pasión corría por la parcela y se llenaba de tierra pero siempre solita. Un mediodía se cansó de andar solitaria y se acercó por la habitación de la niña y ella sería tocarla. Cuando Reinaldo la vio se enojo y la regaño y eso a ella le cayó muy mal. Reinaldo la tomó por las manos y le dijo….   —¡Mírate como traes las uñas llenas de tierra así no la puedes tocar!— y la sacó del cuarto.