Capítulo 7 “Cartas y recuerdos”
            Mi madre me quito la gorra que llevaba puesta y mi cabello castaño cayo como cascada. El general abrió los ojos como platos. Había creído que era un chico y no lo culpo por que como iba vestida lo parecía.
	- Ya veo – dijo analizándome.
 
	- Lamento lo ocurrido general – dijo el cadete tratando que el centro de atención dejara de ser yo.
 
	- ¿Y cuándo planeaban casarse cadete? – dijo el general mirándome curioso.
 
	- Teníamos planeado que fuera dentro de unos meses después de que cumpliera los quince años mi general – dijo acercándose a mí.
 
	- Ahora lo entiendo todo cadete – dijo riendo – no me sorprende el por qué no nos habías dicho. Es muy bonita y joven al igual que tú.
 
	- Gracias mi general – dijo pasando su brazo por mi cintura.
 
	- Creo que se llevaran bien ya que es igual de testaruda que usted – dijo caminado hacia la puerta.  
 
	- Ya lo creo – me miro y me sonrió. No entendía que pasaba, pero le sonreí como agradecimiento.
 
	- Bueno cadete despídase de su novia y vámonos que faltan muchas casas – se volteó a vernos – por su hermano pasaremos la siguiente semana. 
 
	- Claro – se separó de mí y miro a mi padre. 
 
	- Promete que volverás – le dijo mi madre abrazando por la espalda a mi padre. 
 
	- No puedo prometer algo que no puedo cumplir – dijo mi padre abrazando a mi madre. 
 
Fue ahí cuando lo entendí todo. Ya no iba a regresar. Estaba iba a ser la última vez que iba a estar con él. Sin preguntar le abrace una vez que se separó de mi madre.
	- Vic – me susurro al oído – se tienen que ir de inmediato antes de que regresen entiendes.
 
	- Si – le susurre. El general nos seguía viendo.
 
	- Cuida bien a Isidro y a tu madre – se separó de mi – entendido.
 
Asentí mientras miraba a mi padre. Mis ojos me ardían y no tardaban en salir mis lágrimas. Solo vi como abrazo a Isidro y salió de la casa sin decir nada. Mi madre no paraba de llorar. El cadete Gregory empezó a caminar hacia mí. No sabía qué hacer. Antes de que me diera cuenta me estaba abrazando.
 
	- Vic despierta llego una carta – decía Félix mientras me despertaba.
 
	- ¿Qué pasa hora? – conteste sin abrir los ojos para no perder aquella imagen de mi familia.
 
	- Ha llegado una nueva carta – dijo algo alterado – ¿por qué no abres los ojos?
 
	- Porque no quiero – me sentía muy cansada. Solo quería seguir durmiendo – léela tú y mañana me dices lo que decía ok.
 
Sin más me desvestí con los ojos cerrados y me ti en la cama para recuperar mi sueño.
	- Vic despierta tienes que leer esto – dijo Félix mientras me sacudía del brazo.
 
	- Lo leeré mañana, solo quiero dormir estoy muy cansada – le reproche.
 
	- Estuviste durmiendo todo el día no es posible que estés cansada –me volvió a sacudir el brazo y me puso enfrente la carta – tienes que leerla.
 
	- Está bien – fue cuando de mala gana abrí mis ojos y me encontré con un pedazo de papel.
 
 
Queridos jóvenes:
Por desgracia se han tenido que adelantar las cosas. Sus nuevos compañeros llegarán mañana temprano y a partir de su llegada tendrán que cumplirse sus horarios y reglas que impusieron que por cierto no se pueden cambiar a partir de mañana.
Que tengan suerte.
Hora de llegada 8:00 am
 
	- No lo puedo creer es demasiado rápido – al terminar de leer esa carta desperté por completo.
 
	- Lose no me gusta la idea de compartir tu atención, pero es una lástima – contesto indiferente.
 
	- ¿Cómo que compartirme? ¿a qué te refieres? – que carajos estaba diciendo ahora.
 
	- Crees que soy tonto sé que sientes cosas por Dante – oh no estaba celoso solo porque había cambiado algunas palabras con él.
 
	- Claro que no ¿de dónde sacaste eso? y si fuera así ´¿a ti qué te importa? – dije en mi defensa, pero recordé de lo que era capaz.
 
	- Claro que me importa, te escuche mientras dormías y dices su nombre entre sueños – de que estaba hablando.
 
	- Eso no es posible y para aclarar no soy algo que se comparta como un dulce – repuse enojada tratando de cambiar el tema.
 
	- Es la verdad o ¿por qué piensas en el?, te gusta y solo estas esperando el momento en el que llegue para lanzártele a sus brazos. Esperaba que con el tiempo te convencieras de que te quiero – dijo mientras se pasaba las manos por el pelo.
 
	- Lanzarme en sus brazos – repuse con sarcasmo – mañana en cuanto veas a Eva iras tras ella como acostumbras.
 
	- Deja de decir tonterías. Mañana será lo primero que harás en cuanto te levantes – estaba enojado como cuando nos bajaron de las cajas.
 
	- Eso es mentira y si eh pensado en el pero no es porque me guste sino porque propuso escapar juntos – me tape la boca en cuanto me di cuenta de lo que había dicho.
 
	- ¿Qué? ¿cuándo me pensabas decir? – repuso de inmediato – O no lo ibas a hacer. Me ibas a dejar aquí no es así – estaba herido y molesto.
 
	- Claro que no. No sabía cómo hacerlo – tome un poco de aire – hable con él por teléfono y me lo propuso. Le pregunté si podías venir con nosotros, pero se negó. Solo quería que fuera yo y me negué – ya no quería discutir más con él.
 
	- ¿Por qué lo hiciste? – dijo aún más enojado – debiste de aceptar para poder salir de aquí.
 
	- Por qué no te iba a dejar aquí solo, no sabía si había hecho lo correcto por eso estaba pensando en ello – me deje caer en la cama. Discutir con él era agotador.
 
	- Así que estuve equivocado todo este tiempo ¿no? – dijo riendo con cinismo.
 
	- No – el aire empezó a quemar mis pulmones y el respirar era complicado – solo lo mal interpretaste como haces siempre, debería estar acostumbrándome a esto.
 
	- Está bien – suspiro y camino hacia mí – deberías de comer algo.
 
	- Voy a tomar un baño ok – me pare y tome mis cosas – cuando salga comeré algo – repuse agobiada.
 
	- Ok – contesto mientras se dejó caer en la cama mucho más tranquilo.