De las Cenizas

Capitulo 11 “ Verdades a medias”

 

Di media vuelta y regresé a la cama en donde había dejado la botella destapada. Encendí la pantalla mientras Félix me veía tratando de averiguar que estaba haciendo. Encontré el canal de música y le subí el volumen al máximo. Era una mezcla algo sensual con mucho ritmo. Tomé la botella y empecé a caminar al ropero mientras bailaba y bebía de la botella.

Cuando llegue voltee a verlo al rostro. Estaba furioso. En ningún momento le vi porque estaba concentrada en beber y bailar para relajarme. No pude evitar reírme de él. Tome otro trago de vino y busque entre sus cajones hasta encontrar los calzoncillos.

  • Ten – le grite mientras se los aventaba.

Los calzoncillos chocaron con su pecho y los dejo caer. Le mire a los ojos esperando alguna respuesta de arrepentimiento, pero lo había hecho apropósito.

  • Me los aventaste muy lejos – dijo tratando de aguantarse la risa.
  • No te los avente lejos y no los quisiste atrapar – le reproche.
  • Es lo mismo. De hecho, me debiste de dármelos en la mano para que no pasara esto – gruño divertido
  • Pues te vas a tener que esperar entonces porque me voy a cambiar.

Al escuchar lo que dije la alegría se fue de su rostro y se tornó totalmente serio. Abrí la puerta del armario que correspondía a mis cosas y empecé a buscar que me iba a poner. Mientras buscaba empecé a mecer mis caderas de un lado al otro hasta que encontré una camisa de tiras. Fue ahí cuando me quité mi camisa y empecé a cambiarme mientras bailaba.

Cuando voltee a verlo ya no estaba de frete hacía a mi si no dándome la espalda. Al ver su reacción no pude evitar reír por lo mal que le había salido su juego. Al voltear al espejo me di cuenta de lo que decía hace un rato. Todo mi cuerpo estaba lleno de moretones. Parecía una vaca morada.

No perdí mucho tiempo en ver mi cuerpo cambie la camisa por una holgada y tomé un short flojo antes de que la imagen quedara grabada en mí. Mis piernas no tenían ninguna señal de daño. Me sorprendí de ello, pero recordé la causa de varias cicatrices que serían difíciles de contestar si fueran preguntas.

Di media vuelta y empecé a caminar hacía Félix. Para ser sincera tenía un buen trasero que combinaba con su ancha espalda. Era muy atractivo incluso de espaldas.

  • Bien donde cayeron los calzoncillos – dije resignada cuando pasé a lado de él.
  • Por la esquina de la cama – dijo serio aún.

Me agache en cuanto los vi y tome otro trago de vino. Me levante y cuando me voltee coque contra el pecho de Félix. Alcé la mirada antes de que desviara y le puse los calzoncillos en su pecho. Félix solo los volteo a ver, pero no los agarro.

Mi paciencia se estaba agotando y me estaba sintiendo algo mareada. Tomé su mano a siegas y la alce para que quedara a la altura de ambos y con la otra puse los calzoncillos en su mano. Di media vuelta al ver que los tenía atorados en sus dedos y empecé a caminar hacía la cama.

  • Bien primera pregunta – entre más rápido mejor me dije a mi misma.

(lo que tenga que tronar que truene, así tal vez en un rato descubres la verdad)

  • Ok – se calló por un momento mientras me acomodaba en la cama.
  • ¿Quién es Gregory? – dijo después de un rato.
  • Mierda – fue lo primero que salió de mi boca en cuando dijo eso.

Mire la botella y solo faltaba un cuarto de ella para que me la acabara. La mire por un segundo y me la empine hasta que no quedo nada de ella.

  • Fue mi pasado – Dije mientras veía la botella vacía.
  • Enserio no ve vas a decir – gruño.
  • Aun no cabo – le fulmine con la mirada por su poca paciencia mientras se acercaba a la cama.
  • ¿Entonces? – dijo.
  • Fue una de mis más grandes alegrías. Me enseño muchísimas cosas que no olvidare. Me ayudo cuando pensé que no podría estar peor y me mostro lo hermoso que podía ser la vida cuando todo parece irse a la mierda – a mi mente regreso la imagen de él subiendo al camión militar en la oscuridad.
  • ¿y por qué la necesidad del olvido? – dijo alado mío.
  • Fue una de las mejores cosas en mi vida, pero se convirtió en una de mis grandes penas que ahora cargo conmigo como recordatorio de que la vida no es justa y si volátil.

El recordar la última vez que lo vi hacía que mi corazón se partiera nuevamente. Recordaba su olor a madera vieja y arbustos. Su sonrisa y la forma en la que hacía reír a los demás cuando estaban tristes.

En mi garganta se volvió a formar aquel nudo que impedía que rompiera en llanto pero que era tan seco que por más agua que tomara seguía ahí. Destape otra botella y se la pase a Félix. El la recibió y yo tome otra.

Cuando lo voltee a ver me di cuenta de que no la destaparía así que solo coloque mi dedo induce y el corcho fue atravesado por una pequeña raíz café. Alce mi dedo y el corcho salió junto con él para luego caer a la cama.

  • ¿y por eso tratas de olvidarlo? – dijo después de darle un sorbo a la botella.
  • No de olvidarlo si no los sentimientos que me trae recordarlo – dije mientras veía la pared.
  • ¿Y qué paso con él? – me miraba, pero yo solo lo evitaba.
  • Eso ya no importa – tomé otro gran trago y traté de sacar esas imágenes de mi mente.
  • ¿Cuánto tiempo paso contigo? – susurro.
  • Unos cuantos años, pero eso no importa – le conteste recordando nuestro tiempo juntos que provocaban unas ganas enormes de llorar.
  • Claro que importa porque te pone tan mal pensar en él – rezongo mientras escuchaba como le daba un trago a la botella.
  • No es la única de las cosas por las que bebo – si seguíamos hablando de Gregory me iba a acabar la botella en cuestión de segundos.
  • ¿Por qué le tienes miedo al amor? – cuando lo escuche no pude evitar voltearlo a ver.
  • No puedo creer que me hayas preguntado eso, pero te voy a contestar – tome otro trago de vino – No es que le tenga miedo al amor, pero el único tipo de amor que eh conocido me ha hecho sufrir mucho. Así que agregarle un poco más de otro sujeto no suena muy seguro. Además de que no tengo suerte al parecer y no creo que sea una de las mejores ideas intentarlo tan seguido si no ya sería una alcohólica, aunque me eh bebido más aquí que cuando estaba allá fuera.
  • Buen punto – dijo pensativo – tienes razón.
  • Losé – es la comprobación de mi teoría pensé.
  • Y última pregunta – dijo.
  • Te escucho – tome un poco más de vino.




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