De las Cenizas

Capitulo 14 ”Compañeras”

 

  • Victoria – Félix me toco el hombro – ¿estás bien?
  • Si – le abrace en reflejo – gracias por salvarme.
  • Los hombres se retirarán a sus habitaciones mientras que las mujeres a la cocina – reconocía la voz – es una orden.
  • Mierda – me queje – nos veremos luego.

Me separé de Félix y seguí las ordenes de la voz de entrenamiento. Sabía que se le daba muy bien gritar cuando no conseguía lo que quería, aunque no identificaba el origen de su voz. Entre después de la chica de pelo rubio y pude ver como en la barra había seis platos uno con lo que parecía ser mi desayuno y los demás todos iguales. Me moría de hambre y después de estar a punto de morir mi estomago no se sentía muy bien pero ayer el comer me ayudo con el dolor así que me arriesgue y tome el plato de avena del desayuno.

  • Típico de un machista – repuso la chica de pelo rubio – como somos mujeres vamos a la cocina.
  • Shhh – la cayo una chica de baja de estatura de pelo color negro. Debía de ser de la otra caja – nos pueden escuchar.
  • Eso es seguro – comente mientras me llevaba una cucharada a mi boca – pero no creo que nos castiguen por quejarnos además de que es verdad.
  • ¿Y porque si lo harían? – me pregunto Eva mientras comía, aunque no sabía definir si era para molestarme o curiosidad.
  • Por dañar las instalaciones, hacernos daño y obviamente escapar – evite sus miradas mientras contestaba y no despegaba mis ojos de mi plato – lo demás consiste en seguir los horarios.
  • ¿Llegaste aquí desde el primer día? – pude ver las botas de la chica rubia frente a mi – o llegaste un día antes que nosotros.
  • Desde el primer día – deje el plato vacío de avena y tome el de la fruta – primero era pequeño y no había alberca ni un comedor. Los días consistían en estar en el patio y dormir porque terminábamos agotados.
  • Se están llevando al chico – Eva tenía razón por la cocina había un recuadro que daba a la sala y comedor. Se llevaban al chico de pelo castaño cargando, dejando el cuerpo del hombre de blanco aun atrapado en mis raíces.
  • ¿creen que los volvamos a ver? – pregunto la chica de bajita
  • Espero que no – conteste automáticamente – fueron valientes y estúpidos por actuar solos sin saber cómo son las cosas antes.
  • ¿ Y cómo lo son? – mi respuesta no le gusto la chuca rubia – explícanos polvitos mágicos.

Cuando era niña en la escuela no jugaba con las niñas por dos razones. Primero había muy pocas y segundo no me llevaba muy bien con las pocas que había así que deje de perder el tiempo. Las únicas mujeres con las que convivía era mi madre y mi tía. Había olvidado lo difíciles que podíamos ser a veces.

  • Victoria – le di la cara y traté de ser clara – teníamos la orden de que si llegaba a ver una riña solucionarla de lo contrario seriamos castigados todos y la verdad por ahora me basta con colapsar y los entrenamientos por eso cuando el hombre de blanco nos miró sabíamos que no teníamos que hacer algo rápido o nos ira mal.
  • Raquel – me tendió la mano la rubia en forma de saludo.
  • Un gusto – se la acepte y mire a la chica bajita – ¿Cuál es tu nombre?
  • Soy Ariadna, pero me puedes decir Aria – me tendió la mano y se la estreche. Ahora que la miraba debía de ser la más joven de todas nosotras.
  • Todas a mí ya me conocen así que no hace falta que me presente – no había tomado en cuenta hacer lo mismo con Eva así que me alegro de que digiera eso.
  • ¿Y díganme que piensan acerca de los síntomas del lazo? – pregunto Raquel a modo de quitar el aire de incomodidad que se empezaba a general.
  • No llegamos a escuchar los síntomas – me sorprendió de nuevo el cambio de actitud de Eva – nos podrías explicar.
  • Al parecer desde que llegamos nos han estado drogando con el aire para cuando usáramos esto – Raquel alzo su mano mostrando una pulsera idéntica a la mía que se le encarnaba en la piel – nos acomodaron en parejas para de cierta forma estar estables.

No entendía a lo que se refería. Aria se dio cuenta de eso y me explico

  • Al drogarnos y por las pulseras empezamos a mostrar ciertos efectos secundarios y un desequilibrio por así decirlo emocional y hormonal – empezaba a entender a lo que se referían – en otras palabras, lo que antes no tenía importancia ahora lo tiene por eso debemos tener cuidado ya que también se puede ocasionar un desvió trastornando los sentimientos para que sean lo opuesto por lo que estamos alineados en pareja para encontrar un equilibrio por las hormonas que liberamos.

(Mierda, eso explica bastante bien mi relación con Félix)

  • Lo que estás diciendo es que me folle a mi compañero porque estoy desequilibrada y no por amor – escuchar eso hizo que casi me ahogara con la fruta. No pensé que a Eva le importaran esas cosas.
  • No actúes como si no lo hubieras hecho ya Victoria – se burló de mi Raquel.
  • Pues no lo eh hecho – ahora las que casi se ahogaban con la comida eran ellas dos.
  • Yo tampoco – Aria confeso algo apenada provocando aún más sorpresa.
  • ¿Desde que nos encerraron aquí o de toda la vida? – pregunto Raquel con cierto sarcasmo refiriéndose a mí.
  • De toda la vida – les conteste con seriedad.




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