Me sorprendió escuchar aquello de Félix y más en estos momentos. Las llamas de mi mano estaban a punto de apagarse así que acerque mi mano a su rostro. Sus ojos se veían negros inyectados de sangre y sus pupilas dilatadas al máximo. Estaba drogado, pero había estado todo el tiempo conmigo entonces recordé lo que habían dicho del aire.
Note como se movió la cama y el roce de su hombro con el mío. Estaba ardiendo tal vez tenía fiebre. Lo tomé de la mano y me puse de pie para poder abrir la cama y descansar. Reino el silencio y Félix parecía estar bien ya que se levantó por sí solo.
Mi corazón empezó a latir fuerte ya que las palabras del Aria hacían eco en mi cabeza. Si decía o hacia algo incorrecto podría hacer que Félix perdiera las casillas y me hiciera daño o algo peor.
(No pienses estupideces todo estará bien)
Me quité el pants y me metí el cama en silencio quedándome cerca de la orilla. Todo seguía en silencio y por su respiración diría que Félix estaba dormido. Este día había sido un desastre por completo y ahora que había llegado la hora de dormir no estaba segura de hacerlo porque sentía que tendría pesadillas de nuevo. En algunas ocasiones mis pesadillas me hacían sentir miserable y en noches anteriores el recordar a mi familia las hacia parecer sueños, pero hoy no sería de ninguna de las dos formas.
Me acerque a él y lo abrace. Sabía que habíamos tenido un día de mierda y entendía a lo que se refería con esa sensación. Yo por eso mismo no quería dormir. Tenía miedo de que mis peores recuerdos salieran a flote de nuevo. Había cosas que sin duda me sería bueno olvidar, pero es pedir un milagro.
Su mano toco mi hombro y subió buscando mi rostro. Paro en mi cuello y pude sentir su respiración en mi frente. Se hizo presente un cosquilleo por todo mi cuerpo.
Sentí como su pierna rozo la mía y se puso encima de mi quedando entre mis piernas suspendido. Nuestras respiraciones chocaban y a cada roce sentía una extraña sensación en mi vientre. Su rostro se acercó a la altura de mi nuca y olio mi cabello.
Fue subiendo poco a poco hasta llegar a mis labios que chocaron con tímida dulzura, pero fue creciendo de deseo por el tacto. Nuestros labios chocaban más rápido. Dejo caer su cadera entre mis piernas. Aquel simple movimiento despertó en mi algo completamente desconocido.
Me acaricio en mi sexo e hizo que perdiera el hilo de mis ideas.
(¿qué es esto?)
Repitió la caricia e hizo que me arqueara de placer. Mi piel parecía ser un incendio forestal y sus caricias el agua que lo calman o lo alimentaban. No lose, pero era una sensación exquisita.
Siguió con su mano entre mis piernas acariciándome mientras me quitaba el sostén con su otra mano. Yo solo estaba inmóvil entre sus brazos disfrutando las caricias que me brindaba. Estaba embelesada.
Sentí como su lengua avanzaba por mi piel hasta llegar a mi pezón. Chupo con fuerza para luego soltarlo logrando que escapara de mi un gemido. Sentí su sonrisa contra mi piel y como avanzaba al otro pezón mientras que su mano paro de moverse.
Me arque de placer y salió de mis labios un grito ahogado.