Capitulo 25 "Antecedentes 2"

• Es su primo el cual le vio por última vez el día en que se llevaron a su padre – dijo el entrenador rebuscando entre los papeles – por lo que hay aquí eran muy unidos. Además de que el sí se sabe ocultar.
• Esta muerto imbécil – dije molesta por su comentario – falleció en una caraba en dirección a Evers junto con su Familia.
• ¿Y el soldado con el que te comprometiste? – me pregunto intrigado el entrenador.
• Murió en el frente tan solo una semana después – odiaba ver su rostro aquella satisfacción al verme tan jodida.
• Tienes toda la razón – sonrió y su mirada se perdió al fondo del lugar – ellos están muertos.
• ¿Qué relación tenías con Gabriel? – se giró Ezequiel y me pregunto de frente.
• Una que ojalá jamás haya existido – le conteste indiferente y dirigí mi atención al entrenador – hay que continuar que me quiero ir a descansar.
• Perfecto… – sus palabras se perdieron en mi mente.

Ahora todo encajaba en mi mente. Los recuerdos en mi mente se transformaron en piezas de rompecabezas que encajaban una con otra trayendo un poco más de culpa de la que ya lidiaba en ese momento.

Dante siempre supo quién era y es posible sé que dejara capturar con tal de vengarse. Ahora entendía con tan poco tiempo me ofreció un escape y que buscásemos a nuestras familias. En cuanto encontrara la mía lo más seguro es que nos entregaría o tomaría justicia con sus propias manos. Encajaba a la perfección el porqué de su interés en mi, así como la familiaridad que me producía pues aquella noche cuando le hice frente nunca pude apreciar por completo su rostro por la oscuridad de la noche.

• Victoria – la voz de Raquel resonó en mi cabeza sacándome de mis pensamientos – es hora de irnos.

Todos estaban de pie cerca de la puerta mirándome extrañados mientras Raquel aún permanecía a mi lado. (Al parecer me perdí en mis pensamientos) Le sonreí en agradecimiento por a ver permanecido a mi lado y me puse de pie.

Permanecí al fondo del grupo junto con Raquel mientras avanzábamos. En mi cabeza seguían tomando más sentido lo que algunas ocasiones había dicho Dante. Me era difícil aceptar como no me había dado cuenta de quien era con todas las pistas que me regalo. Eran suficientes para que sospechara por el, pero en vez de eso todo se lo adjudique a que era por su relación con Eva ya que estaba confundida por mi sentimientos hacia Félix.

(Estuve tan siega todo este tiempo)

• Como les dije antes es diferente a lo que acostumbraban – su voz me trajo de nuevo a la realidad – Aquí solo hay 3 reglas y es importante que las comprendan por completo.
• Y yo que pensé que debía de temer por lo que venía – se burló Dante como si no le hubiese afectado el hecho de que sabía en realidad cuales fueron sus intenciones todo este tiempo.
• No pueden herir a matar – dijo el entrenador aún más serio – No intentar escapar y no dañen las instalaciones.
• Así que no hay tantas reglas como antes – dijo samuel con cierta desilusión en su rostro – ahora entiendo porque prefieren los castigos.
• No digas estupideces – le regaño Ezequiel.
• ¿En dónde descansaremos? – pregunte desde el fondo ganando las miradas de los demás.
• Estamos en el edificio Beta y este cuenta con varios piso hasta llegar a la superficie – ¿estaba diciendo que estábamos bajo tierra? – estos pisos se dividen en pequeñas salas. Ustedes por ahora son uno de los niveles más bajos por lo que su sala no cuenta con seguridad y tampoco es muy espaciosa.
• ¿A qué te refieres con seguridad? – pregunto Raquel con cierta tensión en su voz.
•  Son el eslabón más bajo de una cadena alimenticia sin reglas en donde tienen las mismas libertades desde cierto punto de vista que hay afuera.
• Así que somos los puta hierba no? – se burló amargamente Ezequiel.
• Tienen suerte que muchos están en misiones – nos guio por un último pasillo – solo quedan unos cuantos ratoncillos y uno que otro zorro.
• ¿Y cómo se supone que escalemos? – pregunto Félix cuando llegamos al final del pasillo.
• Solo hay dos formas – se detuvo y mantuvo la puerta abierta – Logran hacer que castiguen a toda una cuadrilla para así subir un nivel más o ganan prestigio con los de hay arriba para que formen parte de sus equipos.
• ¿Como lo hiciste tu? – me abrí paso entre ellos – ya que supongo que estas mucho más arriba que los demás para tener tantas libertades. Debes ser muy bueno para escalar tan rápido y mantenerte.
• Mi consejo es que permanezcan juntos – me fulmino con la mirada para después mirar a los demás – dejen atrás el pasado y sean una unidad. Protéjanse entre ustedes a pesar de sus diferencias y estarán bien. De lo contrario no duraran ni tres días.

Nos dio la espalda y se abrió la puerta.  Frente nosotros había una gran puerta que decía comedor con letras Azules, del lado derecho varias puertas al parecer cerradas con números que iban del 0 al 7 de color verde oscuro en la parte de estas y de lado izquierdo parecía tener un edificio completo que era parte de la pared dejando solo a luz pequeños balcones como representación de cada una de las divisiones de las que debían ser las dichosas salas. Pude contar 7 pisos y llegue a la conclusión que cada puerta corresponde a un piso y como nosotros éramos la planta baja debíamos ser 0.

• El edificio está vacío – señalo el comedor y camino hacia el – primero comerán y después irán a las duchas. En cuanto salgan lo mejor es que vayan a descansar ya que sospecho que en al madrugada les darán la bienvenida.
• ¿Cual es nuestra sala? – pregunto Ariadna ya mucho más tranquila de como había llegado.
• Es esa de haya – señalo una pequeña puerta de color gris con la letra C – solo deben de empujar la puerta y esta se abrirá – se rio para si – ahí encontraran ropa y lo necesario para su entrenamiento que empieza a las 6:00.
• ¿Los demás en cuanto tiempo llegaran? – pregunto Dante que seguia escaneando el lugar.
• Supongo que en dos horas – se giró para quedar frente de donde habíamos salido – Pensé que llegarías más tarde Simón.