En cuanto se cerró aquella puerta se apodero de mí el miedo. No sabía que decir o hacer ya que en mi cabeza aún estaban las imágenes de tan solo unos minutos en el pasillo y seguia pensando en todo lo que dijo el entrenador acerca de mi vida y la de los demás. Si me equivocaba de nuevo terminaría en un maldito tubo de ensayo o drogada en una cama sin poder a ver a mi familia de nuevo.
Me di la vuelta y me dirigí al comedor ya que, aunque no me agradara en absoluto el entrenador era la única persona de la que recibíamos información y si quisiera hacernos daño de verdad ya lo hubiera hecho.
La habitación era gigante. Había varias mesas de forma circular rodeadas de un anillo de menor altura que debía de servir como asiento. Todo tipo de alimentos seguida de un recuadro que se conectaba con la pared.
Al entrar nos encontramos con el otro grupo que había llegado después de nosotros. Estaban formados en fila india mientras tomaban unas charolas con divisiones. A su lado estaba aquel hombre dándoles indicaciones. Los imite y me forme.
Detrás nuestro en fila india se encontraba mi cuadrilla. Supongo que todos estaban tan perdidos como yo o eso quería pensar.
El entrenador del otro equipo guardo silencio en cuanto nos formamos y se dedicó a obsérvanos minuciosamente. Aquello era molesto, pero lo ignore como todos lo demás para no tener más problemas de los que puede manejar.
Me serví un poco de fruta picada y dos guisados con carne que encontré en aquellas bandejas con comida mientras ignoraba a ese sujeto. No sabía cuánto tiempo llevaba sin comer y tampoco sabía cuándo lo volvería a hacer así que llene mi charola a tope y me senté en la mesa más cercana.
Supongo que era de esperarse o algo parecido, pero me dejo en claro en quien si podía confiar y en quien no cuando se empezaron a sentar en otra mesa. Las mismas personas que se sentaron a mi lado en el auditorio fueron junto con las que comí en silencio mientras escuchaba a lo lejos el entrenador del otro equipo.
En cuanto termino uno de los chicos de la otra cuadrilla y vi lo que hizo con su bandeja me puse de pie y lo imité. Sacudí la bandeja en el hueco que había cerca de ese recuadro y dejé la bandeja sobre una banda que se llevaba la charola por aquel agujero. Me di la vuelta y me dirigí a la mesa en donde aún estaban Raquel o Samuel.
Hablaban entre murmullos apenas entendibles. El único que parecía no hacerlo era Félix, pero en cuanto lo mire de inmediato regrese la vista a mi mesa. No tenía muy claro como serían las cosas entre nosotros a partir de ahora.
Los vi alejarse y cuando regresé la vista a la mesa vi cómo se acercaba Félix. El pánico se apodero de mí, pero de inmediato lo oculte. Me puse de pie y me alejé en busca de la salida.