De las Cenizas

Capitulo 34 "La memoria de nuestro cuerpo"

  • Levántense – gritaron y de inmediato salté de la cama extrañada – vamos que tenemos hablar.
  • A la mierda – me volví a recostar y me tapé con una manta que salió de quien sabe dónde.
  • O no, es momento de confrontar las cosas – nos regañó el entrenador y tiró de mi manta – así que de pie o los arrastrare hasta la sala.
  • Deje que desayune y después me puede arrastrar de los pies mientras duermo – le contesto Raquel adormilada.
  • Tienen 20 minutos o se quedarán a descansar en el cubo – se burló maliciosamente – ya que les gusto tanto ayer.

De mala gana nos pusimos de pie y nos apresurados para alistarnos. Todo mi cuerpo dolía y por primera vez creo que sentía cada uno de mis músculos ya que cada vez que caminaba o respiraba sentía claramente como dolían.

  • Qué bueno que son puntuales – nos acercamos a el – es una lástima que no pueda decir lo mismo de los demás.
  • ¿Le puedo hacer una pregunta? – se dio valor Eva.
  • Ya la hiciste – le contesto fastidiado – así que más da.
  • Y yo que lo decía para que no se enojara – le reprocho, pero eso no la paró – últimamente somos muy pocos en este lugar ¿A dónde se fueron los demás?
  • Todos están en misiones o en capacitación – por primera vez se le veía nervioso al entrenador – en unos días estarán de regreso.
  • ¿Eso es malo? – le pregunto Raquel confundida.
  • Depende de que tan bien puedan mantener la boca cerrada – era obvio que se refería a mi marca.
  • ¿El regresara pronto? – sonrió fastidiado.
  • Creo que eso lo deberías de saber tu – contesto molesto y se alejó para llamar a los demás – si no llegan en 7 los dejaré pudrirse en el cubo.
  • Ya voy – grito Samuel saliendo del baño apurado.
  • 5…4…3… – me miro de nuevo con desagrado por mi cara de confusión – pensé que ya deberías saberlo 1…
  • Ya somos todos – dijo con fastidio Félix.
  • Bien vámonos – me dedico una última mirada de desaprobación y se adentró por la puerta con nosotros detrás.
  • Hoy vamos a confrontar los demonios del pasado – al escucharlo se me helo la sangre – creo que es lo mejor para que soporten los golpes que vienen.
  • Yo paso – repuso Raquel – lo último que quiero es sentirme más mierda que lo que ya me siento.
  • A mí me da igual – Eva se le acerco – a pesar de que no hay mucho que decir de mi me encantaría saber de los demás.
  • Vaya que eres una chismosa – se quejó Ezequiel – y mira que yo solo suponía.
  • Vete al demonio – le repuso molesta Eva.
  • Creo que les hará bien – sin verlo estaba segura de que estaba sonriendo.

(lo que me faltaba… )

No quería seguir caminando, pero mis pies seguían avanzando. Tenía un mal presentimiento, pero, aunque lo quisiera evitar no tenía salida.

  • Bien hoy abra una lección especial – llegamos a un gran habitación blanca – les quiero presentar a Alpha.

En medio de la habitación había al parecer otro androide, pero de aspecto diferente.  Su rostro estaba cubierto con un casco como otros guardias. Él era alto y todo su cuerpo estaba cubierto con ropa militar negra.

  • Otro androide – suspiro Samuel decepcionado – no se moleste, pero esperaba algo peor.
  • Tienes razón – le apoyo Dante – La primera vez me sorprendió bastante bien pero ahora es muy decepcionante.
  • No me subestimen – sonrió maliciosamente para él y le guiño un ojo al androide – debo advertirles que es muy bueno.

Se veía imponente el androide y se veía de lejos que era mucho mejor que los anteriores. Si estaba tan alegre el entrenador debía de ser muy fuerte y nos haría pasar un mal rato. Aunque seguia sin entender lo del pasado.

  • Quiero que hagan una media luna – nos ordenó y lo obedecimos.
  • ¿Y ahora? – se burló Ezequiel encogiéndose los hombros.
  • ¿Dime como te sentó tu castigo Ariadna? – trato de fingir lastima – creo que…
  • Vete al carajo – de inmediato entro en su defensa Ezequiel – no había sido su culpa y se llevó la peor parte.
  • Creo que no fue suficiente – le hizo una señal con la mano para que se acercara.

Ariadna le obedeció y se acercó dando un paso al frente. El androide que había permanecido inmóvil dio un paso al frente. Sus movimientos eran bastante naturales incluso más que los del androide de ayer.

  • ¿Y lo sabes no es así? – ninguno de nosotros comprendía nada.
  • Solo cuido de mi – parecía orgullosa de lo que fuera que hubiese hecho – y de lo que quiero.
  • No creo que sea justo – le hizo una señal al androide – si alguien interfiere yo mismo me encargare de el.

El androide ataco sin dudar a Ariadna. Apenas y tuvo tiempo de esquivarlo. Ezequiel trato de interferir, pero de inmediato se puso en su camino el entrenador amenazante.

  • Esto está mal – repuso enfadado Félix – nadie es culpable por protegerse y proteger a los que se quiere.
  • No es justo que pase por esto – le hizo un puchero Raquel – quien debería de pagar es Eva – se encogió de hombros al sentir la desaprovacion – es la que causa más problemas sin razón.
  • ¿De qué hablas estúpida? – Eva que estaba lejos de nosotros se acercó molesta en busca de pelea.
  • Creo que meterse en la cabeza de los demás mientras duermen es gran delito – interpuso de forma inmediata congelándonos a todos.




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