De las Cenizas

Capitulo 41 "Un Compromiso"

En cuanto se abrió la puerta todos salieron y creo que Félix también tenía la esperanza de que lo hiciera por como espero en la entrada, pero no fue así. Aun no lograba despejar mi cabeza por lo que me había dicho Dante y no quería salir por mi condición.

No sé cuánto tiempo estuve ahí dentro pero cuando volvió a surgir la puerta no dude en salir. Llegue al cuarto de entrenamiento que estaba completamente vacío y tome agua luchando por respirar normalmente.

  • Tenemos que hablar – escuche a Félix detrás mío.

Lo ignoré y seguí bebiendo agua.

  • Me lo prometiste – me reprocho serio.
  • Y aquí estoy – le señale mientras me llevaba otro vaso de agua a mi boca.
  • Hace rato me disculpe con Eva por como la trate ayer – hizo una pausa y suspiro – no se merecía que la tratara así y cuando salió en la mañana temí por su vida.
  • Lo comprendo – no pude evitar pensar en mi hermano al escucharlo – pero no creo que eso es de que querías hablar conmigo.
  • Lo que paso esa noche – me congele de inmediato – de verdad lo lamento y entiendo si quieres estar lejos de mí.

No tenía palabras respecto a eso. De alguna forma había logrado olvidarme de ello por un tiempo, pero ahora que estaba de nuevo en mi mente aquellas imagines borrosas no entendía como lo había olvidado.

  • Hasta donde recuerdo – le susurre apenada viendo la llave del agua – estaba de acuerdo.
  • Aun así, estuvo mal – escuche como se acercó.
  • Lose – trate de despejar mi mente – pero no podemos hacer nada al respecto.
  • Yo… – nuestros ojos se cruzaron – lo lamento y sé que no tengo derecho a pedirte nada después de lo que paso

Camino hacia a mí y paro apenas a unos centímetros. Podía escuchar nuestras respiraciones chocar y aquella tensión entre nosotros era demasiado grande. Mi corazón latía a mil por hora y mi piel se erizaba.

  • Pero…
  • No soporto… – unos tacones resonaron en la habitación.
  • Donde diablos esta mi hermano – la voz de una mujer refunfuño – como siempre no está cuando lo necesitó.
  • Créame estoy seguro de que esta aquí – dijo el entrenador amable.

Alcance a ver a una chica no muy alta con tacones negros y un vestido de coctel del mismo color floreado. Su melena rubia y sus delicadas facciones me recordaron de inmediato a Dante.

Al verme se emocionó y me saludo mientras caminaba en nuestra dirección.

  • Hola – se me acerco y me beso ambas mejillas mientras permanecía congelada – me alegra saber que te encuentras tan bien.

Miro rápidamente a Félix e hizo una mueca de reproche. Regreso su vista hacia a mí y sonrió despreocupada.

  • ¿Sabes en donde está mi hermano? – me pregunto y miro su reloj.
  • ¿Te refieres a Dante? – le dije confundida.
  • Si – me contesto el entrenador serio.
  • Esta en la cámara de agua – la chica soltó un chillido de emoción y camino hacia la puerta.

Mire estupefacta al entrenador y él se encogió de hombros indiferente. Una vez que la chica paso a su lado él le siguió dejándonos confundidos.

  • ¿Le conoces? – me pregunto Félix confundido.
  • No – le mire y estaba igual que de perdido que yo – pero tiene un parecido enorme a Dante.
  • QUE CARAJO OCTAVIA – escuchamos a Dante gritar.

La curiosidad se apodero de mí y comencé a correr en dirección a la puerta de la cámara cuando todos estaban saliendo de ella con prisa. Mis ojos se cruzaron con los de Raquel que parecía estar súper mega emocionada lo que era todo lo contrario incluyendo al entrenador.

  • ¿QUIEN CARAJOS ES? – se escuchó como grito colérico – LO QUE ME FALTABA.
  • ¿Qué está pasando? – le pregunte a Raquel al tenerla al alcance.
  • Su hermana – señalo a la chica que salía de la cámara empapada – le acaba de decir a Dante que se va a casar.
  • Dante Santini Croyal – le grito la chica – cuando dejaras de ser un maldito estúpido narcisista.
  • Cuando tu dejes de actuar como una niñata malcriada – dijo Dante saliendo de la sala completamente seco – ¿dime que carajos está pasando por tu cabeza en este momento para que te cases?

Dios mío estaba más que sorprendida por las declaraciones, pero lo que sorprendió aún más es como carajos es que su hermana estaba en nuestra jaula.

  • Por dios no te hagas el idiota que no sabía – le dijo desenfadada – sabes muy bien que hare lo que sea para que nuestra familia permanezca en alta sociedad.
  • Eres tan estúpida como nuestro padre al aferrarse a algo tan banal – le dijo Dante aún más molesto que antes – sabes bien que solo nos dejó más que desgracia.
  • ¿Pero y tú? – le reprocho – nos abandonaste por ella – me señalo – y para que al final no la pudieras matar y estemos en deuda con ella.
  • ¿De qué carajos hablas? – le dijo aún más molesto Dante.
  • Que acaso no te lo dijo – me miro furiosa – por favor dile a este arrogante insufrible que le perdonaste la vida y te aseguraste de que estuviera bien.
  • Yo…
  • De que mierda estás hablando Octavia – Dante camino hecho un demonio a ella – ¿sabes quién es? ¿Sabes de lo que es capaz esa chica?
  • A diferencia de ti – le empujo – yo averiguo las cosas antes de ir a cometer la primera burrada que se me atraviesa en la cabeza como nuestro padre. Ella – camino hacia a mí y me señaló de más cerca – tuvo la oportunidad de matarte, pero sabes que hizo – camino de nuevo hacia el – te cargo y te subió en una balsa, aunque estaba igual o más herida que tu para salvarte la vida pedazo de estúpido.
  • ¿Fuiste tú la que me dejo inconsciente? – no pude evitar meterme una vez que dijo eso ya que nadie más lo sabía.
  • Claro que si cariño – dijo muy orgullosa – soy una Santini Croyal y se perfectamente como mantenerme oculta a diferencia de este estúpido – se dirigió de nuevo Dante que nos miraba muy serio – que al enterarse de que una nómada como tú le había robado su venganza se volvió loco.
  • ¿Qué venganza? – pregunto el entrenador descaradamente interesado.
  • Dante quería vengar la muerte de nuestros hermanos por esos dos hijos de puta malnacidos – el desprecio en sus palabras era inigualable – pero cuando se enteró de que alguien se le había adelantado – le miro de nuevo más molesta que antes – mando todo al carajo y fue tras el asesino dejándonos a mi madre y a mi con la porquería que habían dejado esos dos.
  • No te hagas la desentendida – le reprocho señalándome – la estabas esperando unos kilómetros más al frente para matarla.
  • Y así por traerte de nuevo a nuestro lado – le grito la chica a nada de romper en llanto – pero al ver que solo estaba su madre y hermano supe de inmediato que te perdería y regrese – le volvió a empujar – algo que tu jamás hiciste por tu estúpido orgullo de cazador.
  • ¿Es verdad lo que dijo? – me pregunto el entrenador viendo el espectáculo al igual que todos nosotros.




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