De las Cenizas

Capitulo 44 "Frenesí"

Esa noche descanse en el suelo ya que no me acomodaba en la cama estos últimos días. El calor de la habitación se encerraba cada vez más y estaba a nada de quitarme la ropa y tirarme en el suelo, pero sabía que el entrenador en la mañana no pararía de molestarme.

Félix se acostó antes que yo y aunque dejo un espacio para mi preferí no tomarlo. Me recosté cerca de la puerta con una manta por si hacia frio más tarde y me dejé llevar con la idea de que pudiera estar algún día fuera de este lugar.

Fue la primera vez que no soñé con nada. Todo fue oscuridad que le dio la calma necesaria a mi alma después de tanta agitación. Era embriagante sentir aquello, pero a la vez tormentoso ya que mi mente no paraba de cuestionarme acerca del porqué y el ahora. Me confundía sentirme así ya que no sentia que lo merecíera a pesar de que hubiera ya pasado tanto tiempo .

 

Durante toda mañana nadie volvió a tocar el tema acerca de escapar y en el desayuno ninguno hablo más de lo necesario. Imagine que nos separaríamos como el primer día, pero nadie se alejó y cuando llego el momento de entrenar en el cubo nadie se contuvo como antes. Ahí supuse que querían permanecer ocultos con mi ayuda.

  • Estoy agotada – se susurró Aria saliendo ágatas como nosotros de aquel habitación.
  • Dios mío me muero de sed – se quejó Eva.

Comencé a arrastrarme para llegar a el pasillo y tomar agua. Era algo que se estaba volviendo habitual y no importaba cuanto tardara conforme pasaba el tiempo la marca de Leonardo me daba fuerzas como para que a medio camino me pudiera poner de pie.

  • Que sea un carrera – dijo samuel moviéndose igual que yo.
  • Bien – acepto Dante – el último en llegar se queda en el suelo.
  • Tal como los gusanos que son – se burló el entrenador al vernos desde la puerta – se arrastran.
  • Recuerda que algunos gusanos se convierten en mariposas – le reprocho Camile que salía detrás de el – no seas tan malo.

Un escalofrío recorrió todo mi cuerpo al verla entrar con aquel característico traje rojo pero lo que me sorprendió aún más es como abrazo al entrenador por la espalda y le beso la mejilla. Estaba incrédula por lo que veía y el desenfado del entrenador al permitir que se le acercara así.

  • Con uno bastaba, pero dos – se quejó Dante – de verdad quieren que perdamos la cabeza.
  • Cuidado con lo que dices – le amenazo el entrenador y nos sonrió maliciosamente – tienen 10 minutos para llegar a la siguiente habitación. El que no llegue se quedara otra hora en el cubo.
  • Que comience la carrera – soltó Camile alejándose junto con el entrenador de la mano.

Cruce la mirada con Aria que estaba igual de perpleja que yo por ver al entrenador tan cariñoso con Camile. No podía creer que fueran tan cercanos y mucho menos que tuvieran una amistad así porque a lo que recordaba Camile tenía novio.

  • Que esperan – nos gritó desde el frente Dante – muévanse.

Recobré el sentido común y comencé a arrastrarme por el piso detrás de ellos. No cabíamos todos por el pasillo así que estaba detrás de Dante y Samuel mirándoles el trasero. Creo que tenía a Ezequiel y Aria detrás mío lo que era algo incomodo porque no paraba de pensar si me estarían viendo el trasero de buena forma o mala como yo lo hacía con ellos.

Al terminar el pasillo rompí fila de inmediato y traté de ponerme a la par con los demás para llegar a la llave de agua. Escuchaba las risas de Camile y entrenador por cómo nos arrastrábamos, pero eran insignificantes alado de cuanto deseaba tomar agua.

  • Dios mío – susurre al llegar a la llave.

Como éramos demasiados que tomábamos turnos para llenar nuestro vaso en el orden en que habíamos llegado a la llave. Para cuando todos habíamos saciado nuestra sed y vuelto a poder ponernos de pie formamos media una media luna mientras Camile y el entrenador luchaban por demostrar quien tenía la batuta en sus besos desenfrenados.

  • Qué asco – repuso Eva haciendo una mueca – mejor desaparezcan de aquí y consíganse una habitación.

Su comentario no les afecto en lo más mínimo. Incluso diría que les dio más animo ya que le entrenador manoseaba el trasero de Camile apretándolo hacia él y la abraza de la cintura mientras se besaban con mucha más ansia.

  • Creo que iré a nadar – repuso Dante mientras miraba al entrenador.

Dante se dispuso a caminar cuando Camile dio salto y el entrenador la atrapo llevándola, cargando a la habitación de nado mientras se besaban sin pudor. Era muy obvio que la habitación de nado iba a estar inhabilitada por un buen rato así que di media vuelta y me dirigí a los aparatos a hacer ejercicio.

  • Dios mío nunca pensé que vería ese lado del entrenador – me susurro intrigada Raquel mientras trabajaba pierna a lado mío – te mentiría si te dijera que no me sorprendió.
  • Me preocupa más el por qué están esos dos juntos en este lugar – le confesé bajando la pesa al suelo.
  • Hay que admitir que no hacen bonita pareja por lo diferentes que son, pero dios al parecer sí sé que se quieren.
  • Eso es todo menos amor – le reprocho Eva a unos metros de nosotros mientras se ejercitaba con una pesa sobre su abdomen.
  • Diría que es interés – les confesé hablando aun poco más alto – o algo pasajero.
  • Define pasajero – Eva se enderezo para escuchar mi respuesta
  • Algo que dura muy poco tiempo – le conteste sin más – como una tormenta pasajera.
  • Intensa y efímera – reflexiono Raquel – supongo que eso encaja bien
  • No sería como tú y Félix – al escucharla casi pierdo el agarre de la mancuerna – algo intenso y corto que se repetirá.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.