De las Cenizas

Capítulo 51 “Clausulas”

No podía dejar de pensar en la chica pelirroja. Aunque había estado poco tiempo con nosotros podía seguir hablando a cantaros de lo que hubiera observado o mintiendo acerca de nosotros. Los demás le creerían de eso estoy segura, pero deseaba de todo corazón que dejara correr el agua y no buscara más problemas.

  • Estamos cortos de personal así que la liberaron para ser auxiliar – nos explicó el entrenador de regreso.
  • Al menos nos pudo haber advertido – le soltó Ezequiel.
  • Y eso hice – se defendió – no hubiera tenido tanto impacto si no hubieran socializado con los demás.
  • Así que es nuestra culpa – le reprocho Raquel.

Bien ahora sabíamos que estaba pasando y lo que nos esperaría.

  • Sombra – lo saludo el entrenador Sam que nos vio pasar y acerco a nosotros – ya te enteraste.
  • Como siempre no entiendo ni un carajo de lo que sale de tu boca – le contesto.
  • El torneo será mañana tontuelo – le dijo alegre – solo estará uno porque los otros dos aún están de misión.
  • Bueno que se le va a hacer – se encogió de hombros despreocupado – más diversión supongo.
  • ¿No le tendrás miedo a la derrota o sí? – le dijo mirándonos.
  • Que estupideces – se rio el entrenador y se alejó de el – te veré mañana. Procura llevar con que apostar.

El hombre rio y continúo caminando.

  • Que carajo – susurre impresionada.
  • Les dije que sería en poco tiempo – nos reprochó serio abriendo la puerta – será un problema que solo este Alpha para oficiar el torneo, pero eso lo hará más divertido porque no importaran las reglas.
  • Será un espectáculo para ustedes – le dijo incrédulo Samuel.
  • Lo será para todos – nos dijo mientras salíamos – tal vez puedan limar las perezas con nuestra amiguita.

(Demonios)

Un inmenso dolor se extendió por mi estomago como si me apuñalaran. No pude evitar doblarme y caer al suelo por el dolor. Era un martirio respirar.

(ME TIENEN RODEADO – escuche a Leo de mi cabeza – NO PODRE SALIR)

Sentí como algo se enterraba en mi espalda partiéndome. Me retorcí en reflejo tirada en el suelo.

  • ¿Qué te sucede? – me pregunto el entrenador.
  • Es… – el dolor se hizo más grande – Cruz – logre formular.
  • Samuel lleva la a …

Sentí como el frio me abrazaba y no paraba de luchar por respirar. Abrí los ojos de golpe y vi cómo me encontraba detrás de un pilar en medio de la oscuridad.

(Que mierda)

Escuche un disparo al tratar de asomarme y regrese a mi lugar. Me miré y vi como sangraba del abdomen además que no era yo.

(Maldición.............. Tranquila podria ser peor... a quien engaño es de lo peor)

El terror se apodero de mí. No entendía como carajos es que esto había pasado si yo me encontraba lejos de él. Fue ahí cuando miré mis manos y me di cuenta de cómo dolía mi hombro. Me descubrí y vi como sangraba la marca que le había hecho. Ahora entendía que era por parte del contrato que habíamos hecho.

(Bien es hora de cumplir con mi parte............ Respira y trata de no morir)

Estiré mis manos y sentí como el dolor se concentraba en mi hombro. No estoy muy segura de cómo, pero la ceniza surgió de mi flotando el aire.

(Uno, dos, tres)

Sali del escondite cubriendo las balas con mi ceniza. Un sujeto se abalanzo y con una seña lo atravesé con una de mis raíces. Me sentía invencible por el poco trabajo que me constaba mientras avanzaba en busca de una salida.

  • Maldito – me grito un sujeto mientras se abalanzaba sobre mi tacleándome.

Caímos por lo que sería dos pisos ya que atravesamos la ventana. Tosía como loca por cómo me había sacado el aire con mis ojos picándome. Apenas me pude poner de pie me quite de encima al tipejo y lo mande a volar. Mire a mi alrededor. Parecía estar en un pequeño edificio abandonado.

Escuché más balazos en mi dirección y me puse de pie corriendo a lo que parecía la salida. En el camino me encontré con varios sujetos armados que me hicieron frenar. Los miré por instante creyéndome vencida cuando recordé que no era normal.

Estire mis brazos y la ceniza salió de mi envolviéndolos. Encendí mis manos y salieron volando mientras corría por aquel pasillo. El dolor se hizo más grande en mi cuello y me freno. Empezaba a sentir debilidad y temí quedarme atrapada cuando sentí una ráfaga de aire.

Por una ventana vi lo que era un jardín. La rompí y salte por ella para correr a todo pulmón en la oscuridad de la noche lejos de ahí. Escuche disparos detrás de mí, pero estaba segura de que ninguno me había tocado por mi ceniza que me cubría.

Corrí por los jardines hasta que divisé el bosque. Aprete el paso y me adentre en la oscuridad. El dolor comenzaba a extenderse y a ser un problema.




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