De las Cenizas

Capítulo  53 “Estrategia”

 

  • No hay que apresurarnos – le regaño Ezequiel – no serás la única que peleara.
  • Entonces que pretendes hacer – le dijo Eva apretando los dientes para no gritarle.
  • ¿Qué sabemos de ellas? – propuso Samuel.
  • Clara maneja muy bien la arena – entonces recordé lo que había pasado con Camile – pero cuando esta se humedece deja de poder manejarla.

Mire a Dante y este sonrió divertido. Le agrada la idea y supongo tenía asuntos pendientes con ella por como asintió y confirmo el combate seleccionando su rostro. Esto no le agrado a Clara ya que maldijo al instante en voz alta.

  • ¿Bien y de la otra que sabemos? – repitió Samuel.
  • Es rápida y fuerte – respondió Aria – no tanto como tu o el chico rayo, pero es buena inmovilizando.
  • Si te toma por sorpresa – le reprocho Raquel – pero no es rápida solamente es ágil.
  • Entonces cualquiera puede enfrentarla – dijo Félix.
  • Pero no sabemos qué más puede hacer – le reprocho Eva – en ese entonces apenas y sabíamos lo que éramos capaces.

Tenía razón. No podíamos confiarnos y subestimarlos.

(Seré yo..... asi no correran mas riesgos)

Pulse mi nombre y escuche el festejo de la pelirroja. De inmediato todos me miraron con desaprobación.

  • Soy la mejor opción – les aclare – es igual de inexperta que nosotros, pero tengo ventaja. Yo eh practicado lo suficiente así que puedo detenerla rápido y ustedes tendrán con que pelear más adelante.
  • No tenías que hacerlo – me reprocho Félix y se alejó sentándose en el escalón.
  • Tiene razón – le apoyo Raquel – hace unas horas estabas muriendo y ahora te enfrentaras con ella que no quiere nada más que tu muerte.
  • Pero estoy bien – extendí el brazos en señal de que me encontraba mejor.
  • Tu no viste como morías – arremetió Dante – no comprendes lo que fue verte así.
  • Pero saben la impotencia que se siente el no poder hacer nada – los mire molesta – y no quiero quedarme viendo cuando pude hacer algo.

Ninguno parecía comprenderme, pero no me importo. Me senté en el escalón y miré el combate cuando se anunciaron los próximos duelos. Primero sería el de Dante, luego otro de unos tipos de nivel 5 y luego yo. Faltaban otros 5 para que pasara así que trate de controlar los nervios en mí.

  • ¿Cuándo dejaras de decidir todo tu sola? – me reprocho Félix con la mirada al frente – ¿cuándo tomaras en cuenta a los que te rodean?

Se escuchaba herido y sabía que estaba haciendo todo por controlarse. Ninguna de las palabras que salieran de mi boca lo confortarían eso era seguro. En estos momentos debía odiarme u odiarse a sí mismo por no poder detenerme.

  • Estaré bien – le trate de tomar de la mano, pero el alejo la suya.

Si él era terco yo podía ser aún más si quería serlo. Tome su mano a la fuerza y entrelace nuestros dedos.

  • No es la primera vez que me tratan de matar – le dije con la mirada al frente – y no será la última, pero si no crees poder soportar esto entonces no creo que podamos seguir juntos. Porque haya afuera no solo habrá una persona que me quiera ver muerta.

Afloje mi agarre para que si se quería soltar lo hiciera, pero no lo hizo. Apretó el agarre y me acerco aún más.

  • ¿Porque me gustas tanto? – se cuestionó – no lose.

No tenía la respuesta a esa pregunta como a muchas más así que solo deje que me apachara y trate de aferrarme a esa sensación mientras veía pasar los combates.

  • Bien – Dante se dio una palmadas en el rostro – es mi turno.
  • Suerte – le grito Eva mientras bajaba a la arena.
  • No la necesito – nos dijo sonriendo y bajo a la par de Clara que lo miraba con desprecio.

No había una fuente cerca de arena o agua así que cuando entraron lo hicieron sin nada por cuestión de las reglas. Creí que con eso sería más fácil para Dante al someterla, pero no fue así. Clara le daba buena batalla lanzando patadas muy altas. Algunas veces saltaba y giraba en el aire buscando conectar con la cabeza de Dante, pero el apenas podía bloquearlas.

Se hicieron presentes algunos abucheos al ver que ninguno usaba sus habilidades. El marcador iba muy parejo y Dante apenas iba ganando por unos puntos.  Cuando los chicos de la cuadrilla de Clara vieron que esto se comenzaba a alargar más de lo normal le comenzaron a gritar que no se contuviera mientras nosotros permanecíamos en silencio observando.

  • Sin agua estará acabado – susurro Eva viendo angustiada el combate.

Como si Eva lo hubiese predicho Clara se rasguñó a si misma para comenzar a sangrar. Su sangre se volvió arena al tocar el suelo y ella comenzó a moverla alrededor suyo. Dante miro a los lados desesperado en busca de algún liquido cuando se tocó el cabello en señal de desesperación. Se le iluminaron los ojos al ver lo mojado que estaba por el sudor.

  • Esto acabara pronto – nos aseguró Ezequiel dándose cuenta de lo mismo que nosotros.




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