Mire a Dante y este sonrió divertido. Le agrada la idea y supongo tenía asuntos pendientes con ella por como asintió y confirmo el combate seleccionando su rostro. Esto no le agrado a Clara ya que maldijo al instante en voz alta.
Tenía razón. No podíamos confiarnos y subestimarlos.
(Seré yo..... asi no correran mas riesgos)
Pulse mi nombre y escuche el festejo de la pelirroja. De inmediato todos me miraron con desaprobación.
Ninguno parecía comprenderme, pero no me importo. Me senté en el escalón y miré el combate cuando se anunciaron los próximos duelos. Primero sería el de Dante, luego otro de unos tipos de nivel 5 y luego yo. Faltaban otros 5 para que pasara así que trate de controlar los nervios en mí.
Se escuchaba herido y sabía que estaba haciendo todo por controlarse. Ninguna de las palabras que salieran de mi boca lo confortarían eso era seguro. En estos momentos debía odiarme u odiarse a sí mismo por no poder detenerme.
Si él era terco yo podía ser aún más si quería serlo. Tome su mano a la fuerza y entrelace nuestros dedos.
Afloje mi agarre para que si se quería soltar lo hiciera, pero no lo hizo. Apretó el agarre y me acerco aún más.
No tenía la respuesta a esa pregunta como a muchas más así que solo deje que me apachara y trate de aferrarme a esa sensación mientras veía pasar los combates.
No había una fuente cerca de arena o agua así que cuando entraron lo hicieron sin nada por cuestión de las reglas. Creí que con eso sería más fácil para Dante al someterla, pero no fue así. Clara le daba buena batalla lanzando patadas muy altas. Algunas veces saltaba y giraba en el aire buscando conectar con la cabeza de Dante, pero el apenas podía bloquearlas.
Se hicieron presentes algunos abucheos al ver que ninguno usaba sus habilidades. El marcador iba muy parejo y Dante apenas iba ganando por unos puntos. Cuando los chicos de la cuadrilla de Clara vieron que esto se comenzaba a alargar más de lo normal le comenzaron a gritar que no se contuviera mientras nosotros permanecíamos en silencio observando.
Como si Eva lo hubiese predicho Clara se rasguñó a si misma para comenzar a sangrar. Su sangre se volvió arena al tocar el suelo y ella comenzó a moverla alrededor suyo. Dante miro a los lados desesperado en busca de algún liquido cuando se tocó el cabello en señal de desesperación. Se le iluminaron los ojos al ver lo mojado que estaba por el sudor.