De las Cenizas

Capítulo 66 “Confrontación”

 

Entro furioso justo cuando me estaba poniendo mi camisa. De inmediato Félix se atravesó frente a mi para evitar que me mirara, pero no tuvo suerte porque a pesar de que llevaba puesto su casco pude sentir su mirada, así como el cómo se giró me lo confirmo.

  • ¿Qué carajos creen que estaban haciendo? – nos dijo serios mientras me acomodaba la blusa.
  • ¿Que no se supe que estábamos castigados? – dijo Félix mandándolo al carajo.

Sali detrás de él y me escaneo nuevamente. Eso me molesto y estove a punto de mandarlo al carajo, pero las palabras del entrenador y Camile resonaban en mi cabeza.

Vale que con el susto que nos metió la calentura se fue y el miedo se apodero, pero ahora que lo tenía enfrente estaba harta. Suficiente había tenido ya con el entrenamiento de mierda con armas y luego la bruja esa como para que me quitaran la oportunidad de desahogarme y estar con Félix.

  • ¿Que nunca has visto a una mujer sin camisa? – le dije molesta por cómo me seguía mirando.
  • Por supuesto – se le escuchaba incomodo – solo que nunca vi una cicatriz tan profunda en el abdomen.

Me sorprendió que se fijara en ellas. Esperaba que me contestara con alguna huarrada o algún comentario de mal gusto estilo entrenador, pero ya veo que me equivoque. Además, no se veía tan molesto ahora que estábamos en la misma habitación.

  • Una me la hizo un puma que trato de comerme – le conteste indiferente mirando a Félix confundida por su actitud – la otra fue durante…
  • ¿Tienes otra? – me cuestiono de inmediato.

Mire a Félix aún más confundida y hasta con poco de miedo. Ese sujeto tal vez si era cercano después de todo. Debía ser un compañero de Gregory o mi padre de eso estaba casi segura.

  • Si – pensé en enseñársela – es mucho más pequeña en comparación de las otras.
  • ¿otras? – dijo tragando grueso.
  • ¿Bueno que querías? – le soltó Félix molesto – o déjame adivinar solo joder un poco más.

No contesto. Pude ver como cerro sus puños con fuerza y como todo su cuerpo se tensó. Carajo íbamos tan bien y ahora se ve más molesto que fuera de la cámara.

  • No los quiero juntos – dijo serio tratando de ocultar su enojo – por ahora no los puedo separar así que manténganse alejados o tendrán problemas.

Lo mire confundida mientras analizaba si lo decía de verdad. A el que más le daba o que carajos lo afectaba para que dijera esa estupidez.

  • Aquí no hay ninguna regla que me impida estar con el – le conteste mientras me acercaba a Félix.
  • Porque no sales de aquí y dejas de joder – le gruño molesto Félix mientras me tomaba de la mano y ponía detrás de el.

Aquel gesto parecía divertirlo y su postura cambio de inmediato.

  • Yo soy uno de los que tres que tiene la autoridad aquí y si yo digo...

(Leonardo)

  • Cruz me ordeno que permaneciera a su lado – le arrebate de inmediato.

(esta puede ser mi sentencia, pero es un riesgo que debo de correr)

Me miro incrédulo y Félix me miro serio como si mintiera. Le regrese la vista y lo fulmine con ella para que no repelara por que le sabía perfectamente de la promesa que le había hecho así que no tenía por qué hacerse el tonto.

  • Es imposible – rezongo – ¿Por qué haría algo así?
  • porque le debe un favor – arremetió Félix antes de que pudiera abrir la boca.
  • ¿Y qué favor es ese? – dijo serio acercándose a nosotros?

Retrocedí por instinto. Ahora si se le escuchaba mucho más molesto que antes y el ambiente era tan tenso que se podría cortar con un cuchillo.

  • No hagas preguntas de las que no quieres saber la respuesta – le contesto Raquel.

Estaba en la puerta recargada despreocupada. Su nariz estaba muy roja al igual que sus mejillas y ojos. Parecía que había llorado a moco tendido por un rato, pero aquella sonrisa en su rostro como si no hubiera pasado nada me hacían dudar.

  • ¿Qué haces aquí? – le gruño Alpha dándose la vuelta.
  • Me castigaron no es obvio – entro a la habitación indiferente – así que deja tu interrogatorio para después o pregúntale al dios griego.

Lo dejo de lado y camino a nosotros. Me guiño el ojo y camino hacia a mí con alegría mientras caminaba brincando como una chiquilla.

  • Es mi turno – me abrazo alejándome de el – si no la aprovechaste no es mi problema.
  • Créeme que ese no fue el problema – le dijo reprocho Félix un poco más tranquilo.

Mire de reojo a Alpha y este salió de la habitación azotando la puerta. Sentí un gran alivio, pero al ver la cara de Félix de seriedad recordé que solo había pospuesto su interrogatorio o que le podría preguntar a Leonardo, pero de alguna de las dos formas esto no acabaría bien.

  • Creo que se largó por fin – nos susurró Félix mientras me quitaba de encima a Raquel.
  • Yo creo que no – Raquel señalo el cristal.




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