De las Cenizas

Capítulo 72 “ignorancia”

 

Mire le vestido y no me lo creía. Había hecho lo opuesto a lo que había pedido. En vez de un color oscuro me dio un azul cielo demasiado claro en la noche que me metería en un gran problema al momento de es escapar.

  • Es muy lindo así que pruébatelo – me dijo Aria mientras tomaba su vestido gris.

(me lleva el carajo)

Tomé el vestido y fui al baño junto con una venda de color piel. Me desvestí frente el espejo y comencé a deshacer el nudo para volver vendarme.

  • ¿No crees que es demasiado? – me reprocho Eva tomando al venda.
  • Correr con vestido es molesto de por si como para preocuparte de algo se salga de su lugar – intervino Raquel.
  • Es más, por comodidad – les segure tomando la venda para envolverme.
  • Pareces tener practica – se me acerco Aria viendo cómo me vendaba.
  • Lo hacía muy seguido antes – acomode mis pechos – es muy útil porque puedes correr con más libertad y los demás a lo lejos te toman como hombre si ocultas bien tu pelo evitando que te ataquen.

Me miro sorprendida y asintió saliendo del baño. Cuando la vi entrar traía una venda en las manos y me la tendió.

  • ¿Me enseñarías como se hace? – me sorprendí, pero asentí.

Comencé a explicarles y las ayudé a hacerlo ellas mismas. Samuel y Dante entraron a presumirnos sus trajes, pero al vernos nos miraron confundidos sin decir nada.

  • El vestido me queda un poco flojo ahora – se quejó Eva – creo que aflojare un poco para que no se vea que me queda tan grande.

Yo me miré en el espejo y me puse los guantes del mismo color que el vestido. Era largo y se arrastraba por el piso, tenía un corte de lado derecho que al caminar mostraba por completo mi pierna y gracias a dios de enfrente era de cuello alto de cubriendo mi espalda. La tela del vestido tenía cierto grabado de flores que parecían uno con la misma tela que le daba un buen toque.

  • Te queda bien – apunto Raquel.
  • Me siento rara – le respondí dando un vistazo – siento que voy casi desnuda.

La tela era muy delgada y se sentía como una sábana ligera sobre mí que apenas y podía sentir. Muy pocas veces en mi vida había usado vestido y era de niña ya que el incluso el uniforme de la escuela era un pantalón y camisa.

  • Ya te acostumbraras – me dijo Ariana mientras se acomodaba su vestido gris – Después de un rato no notaras la diferencia.
  • Lo dudo – me aleje del espejo y ayude a Eva a abrocharse su vestido negro.

Mi vestido era el único diferente ya que no tenía un escote como tal que mostrara mis atributos y no era tan entallado. Era liso y simple que me hacía dudar si así se debía de vestir uno para ir a las bodas. Como nuca había presenciado alguna no tenía referencia.

 El vestido de Aria tenía como este juego de texturas por las capas de tela en la falda que a pesar de ser corta mostraba sus piernas y en la parte superior se unía a sus brazos con varios dobleces. El color gris la favorecía y parecía estar mucho más cómoda que todas.

El de Raquel era un verde oscuro como el de los uniformes militares con su escote en V y con la espalada descubierta que le hacía ver muy sensual. Por su pelo rubio y su piel clara le quedaba como anillo al dedo. Arrastraba un poco como le mío, pero era más manejable.

El de Eva era negro por completo pero corto de la falda. En la parte superior le cubría un negro firme que se desvanecía la parte del escote dejando a la vista el esqueleto de hojas como encaje que cubría la espalda y los brazos. Debía admitir que le quedaba muy bien y sin duda era la más bella de todas.

  • Iré a buscar los zapatos – les dije saliendo del baño.

Me encontré con los hombres completamente vestidos jugando con sus corbatas. Ninguno estaba muy seguro de como atarla ya que al parecer no era común y corrientes.

  • ¿Dónde están? – me susurre mientras buscaba entre el carrito que nos habían venido a dejar las cosas.

De todas las bolsas metálicas en el lugar no encontraban las que decían mi nombre. La mayoría estaban vacías lo que era un problema y si agregaba mi pelo suelto que no ayudaba mucho mi vista estaba bastante jodida.

  • ¿Que buscas? – escuche a Samuel a lo lejos.
  • Mis zapatos – repuse dando un último vistazo – pero parece que no hay nada.
  • Es porque yo los tengo – al escuchar a Félix me enderece y lo mire quitándose de encima a Dante que le estaba haciendo un moño.

Camine hacia ellos y note su extraña mirada que me hizo detenerme. Gire para ver hacia atrás por si algo estaba detrás de mí como el entrenador o alguno de los antiguos, pero no había nadie lo que me confundió aún más.

  • ¿ me puse mal el vestido? – me miré de nuevo buscando la falla.
  • No – se burló Ezequiel – solo es que pareces una chica… Normal.
  • ¿Normal? – me volví a mirar – ¿Qué carajos tiene esto de normal?
  • Arruinaste la magia – me reprocho Samuel.
  • Sin duda – lo apoyo Dante.




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