Nunca había estado en un fiesta o en una boda, pero estaba segura que esto se podría describir como una ejemplar con todos brincando de un lado a otro con luces de colores iluminando la completa oscuridad.
Nadie nos temo importancia en cuanto entramos. Nos abrimos paso entre empujones hacia la pared más cercana para mirar nuestro entorno.
(Me están dando unas perras ganas de bailar)
(pues te las aguantas)
(Eva has lo tuyo y Victoria busca a los antiguos)
Asentí y comencé a mirar a mi alrededor en busca de algún rostro conocido, pero todos eran ajenos. Nadie me prestaba atención y no lograba definir quien pertenecía a la jaula y quien no por que como dijo el entrenador había varios estirados de traje que no tenían una marca como nosotros.
(Leonardo)
Traté de llamarlo, pero no tuve respuesta. Comencé a moverme alrededor y encontré unas escaleras por las cuales subí a un balcón que daba al segundo piso de cristal donde si reconocí varios rostros que me resultaron familiares en el comedor. Todos vestidos elegantemente como yo a su estilo con algunos diseños muy llamativos.
(Suban)
Camine hacia al balcón y con los ojos de varios sobre mi maldiciendo en silencio. Busque disimuladamente pero no encontraba lo que buscaba además que del otro extremo también había otro balcón parecido y un poco más arriba otro, aunque con menos gente.
(Encontré la pared la pared más delgada solo falta la ocasión)
Sonreí y miré a mi alrededor. Aún tenía varios ojos sobre mí, pero nadie se acercaba lo que era un alivio. Baje nuevamente para ir al otro balcón en busca de las escaleras para subir al tercer piso cuando la música paro y sonó una pieza clásica.
Muchos se quejaron de inmediato, pero yo me abrí paso entre los demás para llegar al otro extremo cuando alguien tomé mi mano. Mire a un estiradillo sonriéndome que me jalo hacia él. Yo de inmediato me rehusé y estuve a nada de dejar que mis manos comenzaron a arder cuando Félix apareció y con una mirada hizo que me soltara.
(Te acompaño)
Asentí y seguimos atravesando el mar de gente. Todo iba bien hasta que todos se comenzaron a acumular y comenzaron a abuchear con muchas más ganas. Trate de seguir avanzando, pero me congele al verlo…
Era una mera corazonada que se adueñó de mi pero ese pelo era inconfundible. Vi como giro y no pude ver su rostro por la multitud que se movía alrededor de ellos. Me solté de Félix y comencé a empujar al agente para abrirme paso, pero pasaron tan rápido que no supe si era él.
(Es imposible… El está muerto y lo sabes)
Deje de luchar contra la gente y me reproche por mi estupidez al pensar que… era estúpido tan solo imaginarlo que me reí de mí misma. Este lugar estaba jugando conmigo desde el principio al grado que ya no sabía que era lo que carajos veía.
La tristeza me invadió un poco, pero eso mismo me motivo para apartar esa idea de mi cabeza y retomar nuestro plan cuando siento unos brazos sobre mí y gire para encontrarme con lo que yo esperaba con Félix cuando todo se fue a la mierda.
Las lágrimas comenzaron a escapar de mis ojos sin darme cuanta nublando mis ojos. No creía lo que miraba lo abrace de inmediato para comprobar que era él.
No podía hablar con el sentimiento en mí.
No lo creía. Me separe de él y lo mire de nuevo. Sus ojos marrones igual que nos míos y su sonrisa eran el mejor regalo de toda mi vida. Lloraba al igual que yo que me hinchaba el corazón que late como nunca con fuerza.
Sentí como él también me estrujo con fuerza, pero no repele. La felicidad era tan grande en mí que me sentía en el mismísimo cielo y tenía tantas cosas que…. Solo podía disfrutar de esto.
Me separé de él y arremetí varios besos en su rostro agradecida. El no repelo en ningún momento y me imito mientras nos mirábamos sorprendidos el uno al otro.
(Victoria)
La voz de Félix me trajo a la realidad y lo comencé a buscar entre la multitud que nos ignoraba. No estaba muy lejos de nosotros mirándonos muy molesto, pero estaba tan feliz que no podía esperar para que se conocieran.
Me separe un instante de Antonio y lo tome de la mano para llevarlo ante Félix.
El seguía ahí mirándome confundido sonriéndome que me dio la suficiente tranquilidad para regresar la vista a Félix que lo miraba sorprendido.