Ambos jóvenes, Hiden y Avery, entraron al edificio de los dormitorios para buscar el suyo, ambos se pusieron en la fila, Avery delante de Hiden por su rápidez, ninguno de los dos se conocía, ni intercsambiaron palabras en algún momento.
El turno de Avery había llegado y se dirigió a la cabina 1.
-Nombre por favor- le pidió la señora frente a la computadora.
-Avery O'Higgins- le dijo rápidamente, quería que le dieran su habitación de una vez para leer el manga que sus padres le habían regalado por sacrificar sus horas de ver anime y ponerse a estudiar arduamente.
-Disculpe, su nombre no circula en el sistema- le dijo la señora que la mirabaacusadoramente.
-Eh... Yo reservé un dormitorio aquí, señora, busque bien- le demandó Avery impaciente.
A regañadientes la señora volvió a revisar, y luego de un par de minutos volvió a alzar la mirada-. Le repito, su nombre no circula en el sistema.
-Debe haber un error, yo reservé la habitación, me respondieron afirmativamente- Avery se lamentaba, recién llegaba y ya era invadida por problemas.
-Llamaré a mi superior, espere sentada hasta que llegue- le indicó la señora señalandole unas bancas que se encontraban al otro extremo del lugar.
-Gracias- resignada, Avery se dirigió cabisbaja hacía el asiento mirando al reloj cada cinco minutos para saber la hora.
Estaba tan sumida en sus pensamientops que no notó cuando un chico se sentó a su lado con el ceño fruncido y los brazos cruzados.
Lo observó unos momentos para examinar su rostro, no había nada que resaltara mucho de él, nariz respingada, ojos café y pelo de un rubio apagado; no era guapo ni feo, lo que uno tacharía como "chcico común".
Pasó media horas hasta que finalmente un cuarenton entró por la puerta y se acercó hacía la cabina en la que habían atendido a Avery, luego de unos minutos, la misma señora que la había atendido se acercó hacía ella, bueno, ellos, porque también observaba al chico que se encontraba a su lado.
-Primero que nada les ofrecemos una disculpa por hacerlos esperar tanto tiempo, pero lastimosamente sus nombres se confundieron y hubo un cambio, tendrán que ser compañeros de habitación, si no lo desean así, lamentamos informarles que no se podrá cambiar hasta el siguiente ciclo, les dejo conversarlo y me avisan que deciden- dicho esto, la señora volvió a su puesto.
Avery se volteó a ver al chico que la observaba sin emoción alguna.
-Y bien...¿Qué opinas al respecto? La verdad es que a mí me da igual, porque yo solo iría a dormir y mi casa está bastante lejos de aquí- empezó Avery para cortar el molesto silencio que la señora había dejado.
-Digo lo mismo, mi casa queda bastante lejos y solo necesitop un lugar para dormir, así que si deseas, podemos ser compañeros de habitación- dijo el chico haciendo una mueca extraña.
-Acepto- dijo Avery nuevamente impaciente-. Avery ¿Tú?
-Hiden- le respondió seco.
Se dieron un apretón de manos y fueron a darle su respuesta a la señora encargada, finalmente les indicaron el piso en el que se encontraba la habitación y les entregaron la llave.
Avery solo quería llegar y dormir luego de aquel manga tan presiado que tenía.
Hiden solo pensaba desvelarse terminando de leer el nuevo libro que había empezado hace poco.
Y sin enterarse, una linda historia había empezado.