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Saber que ya no estarás físicamente conmigo... Con nosotros, es muy doloroso. Fuiste una persona increíble, fuiste un amigo, un hermano, un gran tío, un consejero y un gran ejemplo de padre, a pesar de no tener hijos, a pesar de no tener esposa o alguna relación amorosa... Fuiste y siempre serás para mí un gran, hermoso y bello ser humano. Alguien increíblemente amable y carismático.
 

Tú partida dejará una enorme huella en nuestras vidas... En nuestros corazones y siempre tendremos los buenos recuerdos, que fueron creados, compartidos y vividos contigo.
 

Gracias tío por siempre estar allí.
Sé que luchaste y sufriste mucho contra esa enfermedad y, a pesar de sentirte momentáneamente positivo, no pudiste más.
 

Gracias por todo y que Dios te guarde en su reino.
 

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