Esa tarde Beto fue normalizando poco a poco su rutina de taxista.
Llevó a en un muchacho joven, que quiso escuchar a los Ramones.
Llevó a una una señora regordeta que le dijo:
- ¿Usté no salió en el noticioso? ¿Usté no es el que quiere ser presidente?
- Bueno, si señora, pero yo no quiero, es un error.
- ¿Cómo que no quiere?
Llevó a un hombre de barba tupida, que terminó discutiendo enojado:
- Vos estás con Aguirre, para sacarle la presidencia a Castellar.
- Te juro que no flaco...
- Dejame en esta esquina por favor.
Llevó a dos chicas de veinte y pico, que al reconocerlo estallaron en risas.
- ¡Ay boluda! ¡Es el de “Pero basta carajo”! ¿Disculpame sos vos?
- ¿El de qué? – preguntó honestamente Beto.
- ¡Ay si boluda, es él! ¡Pará que le saco una foto!!!
- Perdón chicas, el de dónde dijeron... “carajo algo...”
- A ver señor, mire para acá. – le dijo una de las chicas mientras le apuntaba con el celular.
- ¡Mejor una selfi de los tres boluda!
- ¿Puede ser cuando pare en el semáforo chicas?
Ellas no lo escuchaban. Seguían deliberando.
- O si no hago un videíto ¿Nos puede decir un “Pero basta carajo” señor?
- ¿Un qué?