De vacaciones con la familia de mi ex

Capítulo 2.

Si me pongo a visualizar nuestro pasado o nuestra historia, de verdad se creería que estábamos destinados a estar juntos para toda la vida.

Nuestra historia de amor es de las más cringe que se ha visto, nos conocimos por casualidad en una parque de la ciudad donde yo iba caminando y me tropecé con él, me ayudo a recoger mis cosas y nos enamoramos a primera vista, fuimos la primera vez del otro en todo, el primer beso, primer amor, sobre todo, la primera borrachera, esa que nunca se nos va a olvidar.

—No deberíamos estar aquí— le repito a mi amiga Emma por tercera ocasión.

—Me dijo Lisandro que aquí te iba a esperar— me sorprenden sus palabras —así que debemos de estar aquí.

— ¿Qué están tramando? —pregunto un poco nerviosa.

En medio de la cancha de baloncesto, no logro distinguir nada pues esta oscuro y Emma me trajo muy despacio por el lugar, a lo lejos veo como una luz fluorescente prende y luego empiezan más luces a prender de la misma manera, asombrada me llevo las manos a la boca.

Después, se escucha una bocina con la canción Eres de Café Tacvba, y se enciende una luz a lo alto de las gradas, y se ilumina a Lisandro con el micrófono tarareando, luego todas las luces del lugar se prenden y corean la canción, a este punto mis nervios están de lo más elevados, siempre soñé con que me pidieran ser su novia de una forma única como esta escena que está pasando enfrente de mis ojos.

Mis pies tiemblan

Mi corazón se acelera por el momento pero más por tener a Lisandro tan enamorado como estoy de él.

—Emilia —se escucha ante el micrófono —desde la primera vez que te vi, caí rendido ante tu belleza, ante tu sonrisa, y estas semanas a tu lado sin duda han sido las mejores de mi vida, jamás creí conocer a tan perfecta mujer como tú —hace un suspiro —tu sonrisa, tu forma de ser, todo de ti, es perfectamente perfecto para mí —se acerca hasta estar a unos centímetros de mí y toma una de mis manos para ponerlas en su pecho —Emilia, tan bella por dentro y por fuera ¿quieres ser mi novia? —pregunta finalmente.

—Lisandro —tartamudeo un poco —desde el primer momento en que te vi, supe que seriamos uno del otro así que, si, si quiero ser tu novia —finalmente contesto.

Nos damos un pequeño beso en los labios y nos abrazamos, en todo el lugar se escuchan aplausos, chiflidos de nuestros amigos en común.

Nos tomamos de la mano y ahí es donde comienza nuestra hermosa historia de amor y adolescentes.

— ¿En qué piensas tía Emi?— pregunta la pequeña Melanie sacándome de mis pensamientos más hermosos.

—Solo recordaba pequeños momentos de mi vida, de cuando era más joven —finalmente logro contestar de una manera decente.

—Mi tío y tú ¿Cuándo tendrán un hijo?

Escupo un poco del vino que estaba en mi boca —preciosa —trato de sonar serena —los hijos cuando vienen a este mundo, tienen que pasar por muchos filtros para poder estar con una familia estable, en nuestro caso, aún tenemos mucho trabajo y no tendremos el tiempo para poder atenderlo.

—Mi mamá dice que solamente le des una Tablet y eso hace el resto —interrumpe antes de que pueda decir algo más.

Me da un poco de ternura y rabia al mismo tiempo, pues mi cuñada es una persona que no trabaja y por lo que veo lo último que hace es dejarle todo a una pantalla para que sus hijos no le den lata.

—Todos tienen diferentes formas de criar a sus hijos —finalizo al mismo tiempo que la tomo en mis brazos para darle un abrazo y un beso en la frente —así que cuando tengas la Tablet, piensa en mí y mejor toma un libro que más te gusta y trates de leerlo.

Ella finaliza nuestro pequeño momento con —te quiero mucho tía — y se va a jugar con los demás niños.

—Hasta que te dignas a venir a fingir con tu aun esposa —reclamo sonriente a Lisandro.

Él me toma por los hombros para acercarme a él y plantarme un beso tronador que hace que todos los presentes volteen a nosotros.

Solo sonrió un poco sonrojada, él sabe que este tipo de actos me ponen de lo más nerviosa.

— ¿Aun recuerdas cuando te pedí ser mi novia? —pregunta.

—Vagamente —miento.

Se levanta nuevamente y se va con un grupo de hombres que está cerca de la barra.

—Entonces, ¿ya tienes preparado el traje de baño? —pregunta mi cuñada la mamá de Melanie.

—Perdón —contesto —no dijeron nada sobre tener que entrar a la alberca el día de hoy.

—Cierto, no vinieron a la reunión pasada —dice sarcásticamente —bueno ya sabrás más tarde.

Solo volteo los ojos, pues el aquella mujer que aparenta ser perfecta pero todo mundo sabe que no lo es.

Después de la comida, viene la hora de partir el pastel.

Todos nos reunimos alrededor de mamá Engracia, para cantarle las mañanitas, sacan los pasteles de la cocina, los acomodan en la mesa de frente y salen los mariachis para entonar la música.

Mamá engracia, parece contenta, muy pocas veces son las que se le ha visto sonreír de la manera en que lo está haciendo ahora.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.