Decadentes

C1

CAILÍN TAYLOR

Finalmente, nos vinimos a Inglaterra.

Caín arrendó un gimnasio en donde Anthony lo estuvo entrenando día a día para la copa mundial de boxeo. Antes de llegar ahí, tuvo que pelear unas cuantas veces con diferentes tipos hasta que pasó todas las etapas y que quedó clasificado para la copa mundial. También arrendó un departamento para él y para mí, Anthony se encargó de él y su esposa.

Al principio me costó acostumbrarme al tipo de vida que llevaba Caín, despierta temprano para desayunar, luego entrena una hora, se ducha y queda libre. Personalmente odio despertar temprano, pero Caín también odia desayunar solo. Al principio lo soporté, hasta que un día simplemente me molesté porque quería seguir durmiendo, ahora me levanto temprano y estoy yendo al gimnasio junto a él en la mañana, me hace bien, supongo.

No queremos planear demasiado lo que tenemos, sólo estamos juntos.

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Hoy parecía ser un día diferente, Caín seguía en la cama a las siete de la mañana y yo desperté de golpe queriendo desayunar.

- Caín -Susurré tocando su hombro.

- ¿Qué quieres? -Escuché su voz somnolienta.

- Son las siete de la mañana.

- Ya sé -Volteó su rostro para seguir durmiendo.

- ¿No iremos al gimnasio? -Mi pregunta lo hizo reír, abrió sus ojos mientras lo miraba con atención. - ¿De qué te ríes?

- ¿A ti quién te entiende? -Me preguntó sonriendo. -Un día me dices que deje de joder al levantarme temprano y cuando quiero dormir hasta tarde ¿Me quieres despertar para ir al gimnasio?

- Tú me convertiste en esto -Me encogí de hombros y él soltó una carcajada. Me abrazó con fuerza haciendo que me estrellara con su cuerpo por debajo de las sabanas.

- Te amo tanto -Lo escuché. Sonreí en silencio, me sentía tan bien al escuchar esas palabras luego de haber estado separados tres años.

- Yo también te amo Caín -Besé su frente y él sonrió mientras sus ojos permanecían cerrados.

Finalmente nos quedamos dormidos y cuando desperté Caín seguía a mi lado. Me puse de pie y caminé hasta el baño, me lave los dientes y luego me metí a la ducha. Cuando iba a poner shampoo en mi mano, escuché que la puerta del baño se abrió dejándome ver a través del vidrio de la ducha a Caín completamente desnudo.

- Hoy ahorraremos agua -Deslizó el vidrio y se metió a la ducha junto a mí.

Su boca rápidamente chocó con la mía besándome con fuerza, su cuerpo desnudo se apegó al mío haciéndome sentir bastante débil, Caín seguía haciendo que me comportara como una niña cuando estaba con él, también como una estúpida enamorada. Nuestros besos se intensificaron, ahora sus manos se deslizaban por todo mi cuerpo desnudo y mis manos también por el del. Hasta que puso sus manos en mi trasero y me subió en sus caderas, su sonrisa se quedó en la mía y rápidamente entró en mí con fuerza haciendo que mi cuerpo se contrajera hacia él. Fueron unos largos minutos en donde no sabía si el vapor provenía del agua caliente o de nosotros. Mordía mi labio mientras mis uñas se clavaban en su espalda. Nos deseábamos tanto. Cuando acabamos, Caín se sentó mientras que yo seguía sentada en sus piernas. Él rió y yo también. Besé sus labios.

- Nunca tendremos una ducha normal -Me dijo.

- No si sigues metiéndote en el baño cada vez que me doy una ducha.

- Es inevitable.

- Me gusta que lo sea.

- Blanca nieves hot -Se burló y yo solté una carcajada. Hace bastante tiempo había comenzado a molestarme con eso, ni siquiera sabía por qué lo decía.

- Idiota -Reí.

Terminamos de ducharnos y lo siguiente fue vestirnos. Desayunamos y enseguida comencé a preparar almuerzo, pero la verdad es que almorzamos bastante tarde.

- Hoy tengo una pelea ¿Irás conmigo? -Me preguntó encendiendo la televisión. - Si -Asentí rápidamente. Debía aprovechar de estar junto a él, en la semana sólo nos veíamos en la tarde y la mañana, ya que mi trabajo me estaba impidiendo verlo todo el día. - Es a las siete de la tarde ¿Realmente quieres ir? Mañana entras temprano al trabajo, Cailín.

- Si quiero ir -Fruncí el ceño.

- Está bien -Me lanzó un beso.

- ¿Es una pelea de práctica?

- No, es la primera pelea del campeonato mundial.

- ¿Y por qué estás tan jodidamente tranquilo?

- Porque entré con ventaja, ayer entrené. Hoy Anthony dijo que podía tener el día libre.

- Vivimos juntos y no sé lo que sucede con tu vida, Caín.

- Era una sorpresa -Se encogió de hombros con una mirada inocente.

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La pelea de Caín era a las siete de la tarde y llegamos allá cerca de las seis.

Anthony estaba conversando con un hombre de terno, saludamos a todos los presentes y Caín me señaló que lo acompañara al camarín para cambiarse. Lentamente se desvistió, luego se puso su short y comenzó a cubrir sus manos con vendas.

- Sabes que te amo ¿Cierto? -Lo escuché de pronto, su mirada se fijó en la mía, sólo reaccioné a sonreírle. - ¿Y qué haría cualquier cosa por ti?

- Me estás asustando ¿Por qué me dices esto? -Lo miré.

- Sólo estoy siendo honesto ¿No puedo?

- Claro que puedes mi amor -Reí. -Sólo que no sueles decírmelo de esa manera. Caín se puso de pie mirándome mientras yo estaba sentada. Se agachó frente a mí y puso sus manos en mis muslos.

- Sólo quiero recordarte que venir a vivir contigo a Inglaterra fue la mejor decisión que pude tomar -Sus ojos estaban fijamente mirándome. -Cuando estuvimos en NY parecía que todos se entrometían entre nosotros, ahora me gusta que tomemos decisiones juntos. Me gusta que conversemos todo, que nos digamos la verdad. Me gusta que en tres años nos hayamos dado cuenta en qué estábamos errando. Te amo, blanca nieves y de eso no tengo ninguna duda.

- Yo también te amo Caín y sólo espero poder estar toda mi vida junto a ti, aquí, en  NY o en China si es necesario -Sonreí. -Sólo estoy infinitamente enamorada de ti -Puse mis manos en su cuello. -Lo único que quiero es que tus ojos sigan mirándome como ahora.




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