Cuando llegué al departamento vi a Cailín sentada en el sofá mirando la televisión, pero ésta se encontraba apagada. El departamento estaba silencioso, sólo podía escucharse la desgarradora respiración de una princesa totalmente destruida. Sé que a ella le duele un millón de veces más lo que está pasando, pero me ha costado detenerme a mirarla a los ojos para decirle que todo va a estar bien desde que llegamos a la ciudad. Cerré la puerta y ella de inmediato se sobresaltó, volteó a mirarme con su rostro húmedo, rápidamente lo secó y se puso de pie para saludarme, o eso pensé, pero me equivoqué. Lo único que hizo fue correr a mis brazos a abrazarme para seguir llorando.
-Perdóname -Me dijo. Yo no entendía por qué estaba pidiéndome perdón. -Perdón por llorar siempre, perdón por ser débil y no poder ayudarte -Decía mientras sus brazos me apretaban más contra su cuerpo.
No pude no sentirme mal al escuchar eso.
-Cailín -La separé de mí con cuidado y puse mis manos en su rostro mirándola a los ojos. -Todo estará bien, te lo prometo mi amor -Le dije. Ella mantenía sus ojos cafés llenos de lágrimas mirándome. -Mañana iré a buscar a Dante y todo estará bien, te lo prometo Blanca nieves, pero por favor no sigas llorando -Ella cerró los ojos con fuerza haciendo que algunas lágrimas recorrieran sus mejillas pálidas.
-Dime que sabes de él -Me pidió.
-Sé todo lo necesario para traerlo con vida aquí, Cailín -Ella respiró profundo y volvió a abrazarme, la abracé nuevamente y besé su cabello.
-La policía estuvo aquí -Me dijo.
- ¿Qué han dicho?
-Que no tienen sospechosos -Se separó de mí y caminó hasta sentarse en el sofá, la seguí hasta sentarme a su lado.
-Sabes que son unos inútiles -La miré a los ojos. -Yo sé quiénes son y voy a sacarlo de donde esté.
-No sé cómo agradecerte todo esto -Su voz ahogada me hacía sentir aún más mal.
- ¿Sabes cómo? -Le sonreí tratando de aligerar el ambiente tenso. -Cuidándote. Cuidando a nuestro hijo que está contigo las veinticuatro horas del día y siente todo lo que tú estás sintiendo.
-Prométeme que te cuidarás también, Caín.
-Te prometo que lo haré Blanca nieves -Le sonreí.
-No puedo vivir sin ti, no sé qué haría Caín -Comentó con sus ojos rebalsados en lágrimas.
Ella tenía miedo de perderme, de perder a su primo y de quedar totalmente sola. Ella tenía miedo de todo y realmente la entendía. Alguna vez me vi solo frente al mundo y también sentí miedo de no poder levantarme, pero ella no es tan dura como yo, ella no es tan fría y calculadora como lo soy yo y por eso la admiro... Porque ella sufre como todo el mundo, ella llora cuando no la veo y cuando ya no aguanta más lo hace frente a mí, ella enfrenta sus problemas como un ser humano, yo los enfrenté bien deshumanizado.
-Y no lo sabrás nunca Cailín porque nunca vas a vivir sin mí -Acaricié su rostro y luego la besé.
La atraje hacia mi cuerpo y volví a besarla, luego mis besos se esparcieron por su rostro hasta que logré dibujarle una pequeña sonrisa.
Luego de darme una ducha estuvimos hablando con su tía y Zoe que se encontraban también en el departamento. Les conté todo lo que pude, no podía decirles que habíamos matado a una persona y que corríamos riesgo de encontrar o no a Dante, sólo les prometí que traería a Dante a casa, aunque fuese verdad o mentira.
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Desperté a las cuatro de la madrugada porque estaba teniendo pesadillas, miré a mi lado y Cailín dormía profundamente.
Mi pasado se repetía a cada segundo en mi cabeza, no podía olvidar todo lo que había hecho, cuando maté a personas a golpes, también con drogas y armas corto punzantes, cuando le disparé al papá de Cailín y hasta recordaba a cada momento lo hijo de puta que era al esparcir droga de un lado a otro. Cuando creí que todo estaba solucionado y mi vida mejoraría al ganar el boxeo nacional, alguien se encarga de jalarme los pies para llevarme al infierno nuevamente. Yo no sé en realidad lo que estoy haciendo mal y espero encontrar mi error rápidamente porque no puedo soportar ni un segundo más seguir actuando mal. Mi vida no será como espero que sea si mi pasado está siguiéndome, es como si mi sombra me recordara todo lo que realmente soy y no lo que merezco ser y lo peor es que está apegada a mí y se va a quedar ahí por siempre. No quiero vivir en la oscuridad como ella lo hace.
Mi teléfono comenzó a sonar luego de un rato, era Mike. Aunque no le había devuelto su teléfono, me estaba llamando de otro. Miré la hora "4:58AM" Contesté de inmediato.
- ¿Qué haces llamándome a esta hora? -Contesté de mala gana.
-Lo lamento Caín -Se disculpó. -Sólo quería decirte que me ha llamado mi jefe, dijo que no estaría mañana en la casa en donde tienen a Dante, hay otras personas ahí cuidándolo y vigilando, pero él no estará.
- ¿Cuántos son?
-Son dos, pero están armados. Mi jefe sale de ahí a las 5:20AM -Dijo serio.
-A las 6 de la mañana estaremos ahí -Colgué.
Enseguida llamé a Jaxon y a Ian, estuvimos hablando un rato y cuando colgué y me puse de pie, Cailín se removió y abrió sus ojos mirándome.
- ¿A dónde vas? -Me preguntó adormilada.
-Hemos comenzado -Le dije.
Ella de inmediato abrió sus ojos como plato, se refregó el rostro y se sentó mirándome. No dije nada más al respecto, me di una ducha rápido y luego salí a vestirme. Me puse ropa cómoda y en ella guarde todo lo necesario.
-Por favor dime que volverás -La escuché a mi espalda.
Volteé a mirarla una vez más.
-Voy a volver -Le sonreí.
-Le diré a Zoe y a mi tía lo que está pasando cuando te vayas -Comentó.
-Sea que sea lo que pueda pasar, por favor no nos llamen por teléfono -Le expliqué.
Ella asintió.
-Te amo -Le dije y ella me sonrió con tristeza, me abrazó con fuerza y luego me besó como si todo nuestro alrededor no existiera