CAÍN BENNET
Esta mañana fui a entrenar como todos los días, Anthony me dio una charla motivacional acerca del campeonato internacional, dijo que no se parecía en nada al nacional y las peleas para llegar a la cima se acercaban a pasos agigantados. Ya tuve la primera pelea y la gané, pero eso no me posiciona en ningún lugar, sólo era una pelea de "Bienvenida". Estoy con un mayor puntaje por haber ganado el nacional, y he entrenado duro durante tres años para ser el mejor en el torneo internacional, no pretendo perder ninguna pelea, quiero ser el mejor y que me reconozcan por lo bueno que soy en esto y no por otras cosas.
Recibí una cálida llamada alrededor de las 11:38AM. Un hombre detrás del teléfono se presentó como "Rick Franco" y cuando mencionó que me estaban contactando de "NyAn" casi quedo sin respiración.
Cuando gané el campeonato nacional y Cailín se marchó a Inglaterra, me llené de negocios y ofertas de trabajo, me auspiciaron algunas marcas pequeñas por algunos meses y luego nuestro contrato terminó, siempre quise que NyAn se fijara en mí, pero mi objetivo no era buscarlos, sino que ellos me buscaran a mí y así fue.
Rick, mencionó que habían estado tras mis pasos desde que gané el campeonato nacional y que dejaron pasar tres años para contactarme cuando estuviese más "maduro", según él tenían todas las cartas sobre la mesa a favor de que yo sería el ganador internacional, claramente les dije que estaba interesado y quedaron en volver a llamarme para firmar contrato cara a cara.
NyAn es la marca más antigua y millonaria del mundo deportivo, su creador no es nada más ni nada menos que un hombre ahora muerto, el poder ha ido pasando de generación en generación, hoy llegó a las manos de una mujer, que no es deportista, pero ha sabido llevar adelante el negocio y en este momento no se iría a quiebra jamás.
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Me contacté con mi abogado, quién ha estado presente sólo en firmas de contrato, es uno de los mejores del país y gracias a él he tenido buenos negocios.
Llegamos temprano al edificio NyAn, el edificio más sobresaliente de la ciudad lleno de espejos por fuera y adentro extremadamente limpio y blanco, el blanco siempre es bueno para hacer ver las cosas más grandes. Del lugar entraban y salían personas, algunas famosas y otras que nadie conocía, los recepcionistas parecían felices en todo momento.
En cuanto puse un pie dentro del edificio las miradas se fueron hacia mí, pude notarlo, pero continué mi camino junto a mi abogado, hablamos con una recepcionista que nos ordenó ir al sexto piso en donde el señor Rick estaría esperándonos.
Las puertas del ascensor se abrieron dejándonos ver una oficina enorme, no me sorprendía mucho, ya que había estado en lugares así.
Rick nos saludó amable y nos sentamos frente a frente en un escritorio de vidrio. –Bueno, me presento –Comenzó el hombre. –Mi nombre es Rick y trabajo aquí buscando a los mejores rostros para promocionar la marca y tú, Caín Bennet, estás dentro de mis candidatos.
–Gracias –Respondí –La verdad es que estoy deslumbrado con todo esto, nunca pensé que me contactarían luego de tres años –Me encogí de hombros.
–Siendo sincero, nuestra jefa no tenía muchas ganas que firmáramos contrato contigo. Se había enterado que tenías un pasado algo oscuro, pero es por eso que muchas personas te admiran.
–Si... -Bajé el tono de mi voz. Mi abogado se mantenía al margen de nuestra conversación, a él sólo le pagaba para que viera mi conveniencia. –Pero ya sabe, pasado es pasado y ahora estoy subiendo escalones.
–Así es, tengo mucha esperanza en ti –sonrió. –Bueno, este es el contrato –Sacó una carpeta de su escritorio, la abrió y comenzó a explicarnos –Tiene todo lo relacionado con las cosas que debes hacer y lo que no debes hacer, lo que puedes pedirnos y lo que nosotros podemos pedirte a ti. El contrato tiene una duración de tres años y si todo anda bien, podemos extenderlo. Les doy tiempo para que lean -sonrió.
Comencé a leer las seis páginas que tenía el bendito contrato, si no hubiese estado con mi abogado lo más probable es que hubiese firmado sin lugar a dudas, pero no, él hizo que lo leyera aunque estuviéramos toda la tarde ahí. Mi abogado me explicó algunos puntos y hasta comenzó a hacerle preguntas a Rick para que nos quedara más claro. Lo que se extendía ahí era exclusivamente que debía hacer campañas publicitarias, comerciales, conferencias de prensa, debía pelear con ropa deportiva pertenecientes a la marca y si era posible que mi entorno familiar usara la marca, cosa que no era obligación. Ellos debían pagarme por cada promoción que hiciera y si las ventas comenzaban a subir me darían un porcentaje de 60%.
Mi abogado pidió arreglar algunos puntos en donde se me pedía asistir si o si a todos los eventos publicitarios, ya que si topaban con algún entrenamiento no podría ir. Y otros puntos más que no estaban convenciéndome. Rick se mostró amable y cedió en algunos aspectos, en otro sólo nos explicó y argumentó de buena manera por qué eran así.
Firmé el contrato, luego lo hizo Rick. Debía firmar la jefa y todo estaría bien, debía ser consecuente con mis actos, amable con periodistas y admiradores, y lo que más me pidió Rick fue que no me metiera en problemas. Debía ser un ejemplo, no un charco de lodo en sus ventas.
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–Hoy es la bienvenida a la marca –Le conté a Cailín y a Anthony.
Anthony nos había ido a visitar esa tarde, siempre lo hacía de vez en cuando sobre todo si las peleas por el campeonato internacional se estaban acercando.
– ¿Qué harán? –Me preguntó él.
–Al parecer es una cena con Rick, la jefa y yo, ellos invitan –Me encogí de hombros.
– ¿La jefa? –Cailín frunció el ceño y luego puso una papa frita en su boca.
–Debe ser una anciana, Blanca nieves –Rodé los ojos.
–Me han dicho que es joven y curvilínea –Se burló Anthony.