CAILÍN TAYLOR
Aunque los dolores cada vez eran más insoportables, yo no deseaba que me quitaran a mi hija de mi vientre. El cirujano intentó calmarme junto a Bree, y aunque yo decía que estaba calmada, lo único que quería era arrancar.
No dejaron que Caín estuviera ahí, supongo que nadie querría ver como sacan a pedazos a su bebé. Él tuvo que irse de la sala y rápidamente me llevaron a pabellón. Lo único que podía pensar era en las palabras de Caín diciéndome que me mantuviera fuerte, sólo por hoy.
La anestesia rápidamente se apoderó de mi cuerpo, no sentía nada desde mi cintura hacia abajo, y mis ojos se mantenían fijamente en el techo.
Mientras el cirujano hacia un trabajo minucioso junto a las enfermeras que lo ayudaban, las lágrimas no dejaban de recorrer mis mejillas. ¿Por qué había pasado esto? ¿Por qué ahora?
Todo el proceso duró alrededor de una hora, había perdido mucha sangre según una enfermera y debía descansar. No me costó demasiado quedarme dormida gracias a los antibióticos.
Cuando desperté, Caín estaba a mi lado con su teléfono. Me removí y él enseguida me miró, respiró profundo y se acercó a mí.
–¿Cómo estás? –Me preguntó. Casi pude sentir el nudo en su garganta, pero seríamos fuertes, no nos derrumbaríamos.
–No lo sé –Bajé la voz.
Él se sentó en la camilla y me abrazó con fuerza por unos largos segundos, acarició mi cabello, mi espalda y luego besó mi frente.
–Te prometo que todo va a estar bien, Blanca nieves –Dijo mirándome directamente a los ojos.
Pude antes no haberle creído esas palabras, pero hoy le creo más que nunca. Cuando llegamos al departamento, las imágenes se repetían constantemente en mi cabeza ¿Cómo iba a olvidar todo lo que había pasado? El piso flotante estaba algo manchado, pero Caín quedó en encargarse de eso, ya que el ginecólogo me dijo que debía estar en reposo.
Por más que intenté dormir no pude hacerlo, mi mirada se iba directamente a la puerta sin picaporte, luego al closet y a mis manos ensangrentadas. Con cada ruido que escuchaba me sobresaltaba y ya podía imaginar a la policía entrando para llevarme a prisión.
–Cailín –Escuché su voz. Desperté de mis pensamientos y fijé la mirada en la de él.
–¿Estás bien?
Negué con mi cabeza. Él se acercó a mí y se sentó a mi lado, esta vez no me abrazó, sólo se quedó mirando un punto fijo en la alfombra, él también se sentía mal y culpable por lo que estaba pasando.
Puse una mano en su espalda y comencé a acariciarlo.
–Fuiste muy valiente –Me miró a los ojos. –Perdón por no estar aquí cuando lo necesitabas –Habló con su voz quebrada.
Me quedé en silencio intentando mirarlo y que mi mirada no se nublara, pero Dios sabe que es tan difícil. Tenía tanto miedo de que algo malo volviese a pasar, pero a diferencia de años atrás en donde pensaba que era de hierro, que nada malo me pasaría, ahora no es así. Estoy aterrada y lo peor es que puedo sentir ese miedo irracional que carcome mis venas. No sé cómo fingir que todo estará bien ésta vez, no sé cómo mantenerme fuerte después de esto.
–Quiero volver a NY, Caín –Le dije, había sido un impulso. Como si las palabras hubiesen sido vomitadas desde mi boca.
Él fijó su mirada en la mía, y respiró profundo.
–Está bien –Respondió. –De alguna u otra forma sabía que pasaría esto.
–Regresemos a la ciudad, Caín –Le pedí con todas mis ganas, realmente esperaba ilusionada que me dijera que si.
–No puedo irme de aquí Cailín, no ahora –Fijó su mirada en la mía. –Tengo un sinfín de cosas que hacer aquí.
–¿Y eso qué? –Insistí. Aunque sé que estaba siendo egoísta, no podía evitarlo.
–Creo que podrías volver sola ésta vez –Bajó la voz.
No pude evitar que me doliera escuchar eso. Me quedé en silencio sacando la mano de su espalda.
–Eso no quiere decir que dejaremos de estar juntos, Cailín –Aseguró. –Puedes quedarte en la casa que tengo allá, Rose puede ayudarte con las cosas. Te servirá para relajarte, estar con tu primo, tu tía y tu mejor amiga –Me sonrió intentando entregarme tranquilidad.
–¿Y cuándo volveremos a estar juntos? –Pregunté.
–Cuando todo se calme. Allí estarás bien, te lo aseguro.
Sé que era cierto. Dante y Annie estarían ahí conmigo, jamás estaría sola, pero separarme de Caín me atormentaba. Yo lo hice venir a vivir conmigo a Inglaterra y ahora quiero regresar, estoy sintiendo que doy pasos hacia atrás.
–Voy a pensarlo –Respiré profundo.
Mientras las horas pasaban, estuve la mayoría del día en la cama. Corinna llamó un par de veces, pero lo último de mi lista era querer hablar con ella después de todo esto. Thomas fue a verme después de que le envié un mensaje, cuando le conté lo que me había pasado lo único que hizo fue abrazarme y llorar junto a mí. Le dió su apoyo también a Caín. Fue difícil ver a mi amigo tan apagado cuando en realidad él es tan feliz. Nos sentíamos muy mal, pero sus palabras de apoyo se metían en mis poros intentando llenarme de energía. "Por algo pasan las cosas, Cailín. Tal vez no era el momento", pero ¿Cuando sería el momento indicado para formar una familia con Caín Bennet?
CAÍN BENNET
La catastrófica noticia llegó a los oídos de todo nuestro círculo cercano. Nunca pensé meternos en el corazón de tantas personas que sufrieran junto a nosotros y que nos dieran tanto apoyo.
Me siento tan mal por esto. Lo más sencillo de pensar en este minuto es que nadie es feliz estando junto a mí.
Cailín quiere regresar a la ciudad y yo no sé si quiero o no que lo haga. Lo cierto es que sé que seguiremos estando juntos, y que ella debe estar tranquila en algún lugar lejos de aquí. Me encantaría poder regresar con ella, pero mi vida está desarrollándose aquí y no puedo dejar botado todo lo que estoy construyendo o quedaríamos en la miseria. Puedo ir a verla algunos días, pero debo regresar a entrenar, a trabajar en la marca y también buscar a los tipos que hicieron que esto sucediera. No puedo irme de Inglaterra en este minuto.