Decadentes

C25

Hubo un silencio rotundo dentro de la sala, la jueza aclaró su garganta y hasta Mike lo miraba casi sorprendido. Bernard no se veía para nada preocupado de lo que estaba pasando ¿Lo habían hablado antes?

—Eso no es cierto —Dije para que todos los que estaban ahí me escucharan, pero Jaxon me lanzó una mirada asesina.

—Es verdad —Continuó mi amigo con total seriedad. —Caín está aquí por mi culpa, la verdad yo asesiné a esas personas, Caín no hizo nada, no pueden culparlo porque así lo creen. Yo estuve ahí y les puedo asegurar que yo mismo fui.

— ¿Cómo efectuó aquel acto? —Preguntó el abogado acusante. — ¿Y dónde están las armas?

—Después de que asesinaran a Ian, retrocedí a dispararle a Colin y a Dave. Lo hice más de tres veces, luego los lancé yo mismo al rio para que la corriente se los llevara, pero la mierda sale a flote —Cortó su dialogo. ¿Cómo podía actuar tan normal? —Y las armas también las lancé al rio.

—Si Jaxon Oliveira nos está confesando esto, todo cambia rotundamente —Dijo la jueza. —Abogado ¿Usted tenía idea de lo que había hecho su cliente?

—No —contestó Bernard poniéndose del lado de Jaxon. —No sabía nada. De todas maneras su señoría, si lo que dice mi cliente es cierto debemos investigar aún más el estado en el que se encontraba él para haber hecho algo como eso ¿No? Le recuerdo que su primer disparo no fue porque quiso, sino, porque lo hizo en defensa propia.

Mi cabeza estaba hecha un lío, quería detener todo y culparme por todo lo que estaba pasando, pero Jaxon se empeñaba en contradecirme y ayudarme esta vez. Tenía tanta rabia en mi cuerpo, realmente quería que se detuviera.

—No tiene para qué defender a su amigo, Caín Bennet —Se dirigió la jueza hasta mí. Ella no tenía ni puta idea, él que realmente me estaba defendiendo era él. ¿Hasta cuándo las personas iban a sacrificarse por mí? —Ya tengo un veredicto, es todo lo que necesitaba saber.

Jaxon regresó a su asiento, miró hacia atrás al mismo tiempo en que lo hice yo. Annie lloraba en silencio a un lado de Cailín mientras tenía su mirada fija en Jaxon. Cailín no entendía nada, parecía estar perdida en el lugar, no era capaz de consolar a su amiga.

—Jaxon Oliveira es condenado a 14 años de prisión por el asesinato de Peter, Colin y Dave Cooper y luego lanzarlos al río junto a todas las armas que ello involucra. —Sentí como mi rostro palideció, el llanto de Annie cada vez era más fuerte, podía oírla a mis espaldas. —De todas maneras seguiremos investigando este caso, ya que actuar de esta manera luego de un hecho reciente y fuerte, podrían haber sido afectados sus actos de manera psicológica. —Mike Holland es condenado a 10 años de prisión por el secuestro de Dante Winstone, ya que nos ha confesado que él es el jefe del que tanto hemos hablado. Un secuestro es algo grave, por ende, pueden aumentar o bajar sus años según el testimonio de la víctima, en este caso Dante Winstone que lo citaremos para que hable con uno de nuestros psicólogos. Caín Bennet quedará con libertad vigilada, es un régimen de libertad a prueba en donde buscaremos su reinserción social en donde un delegado de la policía lo estará vigilando constantemente y comprobando que todo se cumpla, por ejemplo, regreso a su trabajo, cuidado de su familia, etcétera. Cualquier falla llegará de inmediato a nuestras manos y podrá ser condenado a prisión. —La jueza leía atentamente sus hojas. —También nos encargaremos de que cumpla al pie de la letra las leyes. Cabe destacar que el señor Caín Bennet actualmente reside en Inglaterra, por ende, el delegado lo mantendrá vigilado allá, en caso de cualquier viaje, debe ser acompañado de ésta persona.

Aunque no iba a estar en prisión, seguía sin estar tranquilo. Mi mejor amigo iba a estar 14 años encerrado por mi culpa y ya nadie cambiaría eso.

Luego de que la jueza dictara lo que iba a pasar con todas las personas de la sala, nos indicó que podíamos retirarnos.

—Necesito despedirme de Annie —me dijo Jaxon cuando la policía venía directamente hacia él.

—Te permitirán hablar con ella mañana, pero no ahora —le explicó Bernard. Jaxon asintió de manera seria.

Nos quedamos mirando unos segundos con complicidad, y sólo fuimos capaces de abrazarnos. Ninguno soltó una lágrima, ambos sabíamos que cualquiera se podría culpar por haber asesinado a unos tipos en memoria de Ian. Rápidamente llegó la policía para esposarlo y llevárselo de la sala.

— ¡Jaxon! —Escuché. El grito de Annie silenció a toda la sala, él se detuvo en seco frente a la policía y ella esquivó a cuantas personas se le cruzaran en su camino, y aunque la policía quería llevárselo de inmediato de ahí, él forcejó con ellos para esperarla. Annie se lanzó a abrazarlo sin importarle que todos estuviesen mirando. Era la primera vez que veía a mi amigo llorar por una chica. Soltaron a Annie del agarre de Jaxon, mientras ella se quedó ahí esperando que se lo llevaran.

Annie pasó por mi lado, me lanzó una mirada destruida, pero continuó su camino hasta Cailín.

--

—No te odio, Caín —me dijo ella.

Ya estaba en casa junto a Cailín, Annie, Dante y Zoe. Y Annie aunque estaba destruida se empeñaba en aclararme que no estaba odiándome y que nunca lo haría.

—Yo no sabía que Jaxon haría algo así, Annie —respondí. —Tampoco pensé que me iba a contradecir si intentaba cambiar lo que estaba diciendo.

—Yo si —habló. —Él ya me lo había dicho, un día antes del juicio.

—No puedo creerlo.

—Debiste haber sido muy bueno con ellos, Caín —me miró a los ojos. —Ian y

Jaxon jamás dejarían de ser unos fieles amigos y sé que tú tampoco dejarías de serlo con ellos.

—Sólo debes pensar que el supuesto jefe ya está en prisión —comentó Dante. —No lo sé —Me dirigí hacia él —De todas maneras hay algo que no me está calzando.

— ¿Qué crees? —preguntó Cailín.

—Que ese jefe si existe y no es Mike —me encogí de hombros. —sólo espero que le bajen los años a Jaxon.




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