Dejada en el Altar

Capítulo 6

Jenny gimió un poco y movió el tobillo para sentir una pierna fuerte que seguro no era la suya. Parpadeó con la cabeza pesada y levantó la cara de algo que parecía un pecho. En el momento en que levantó la cabeza se dio cuenta de que estaba tumbada sobre Jason.

Sus ojos se abrieron de par en par mirando hacia abajo a su propio pecho estaba desnudo.

—Oh, Dios mío —jadeó un poco y se bajó sujetando las sábanas contra su pecho. Su labio inferior tembló al darse cuenta de que estaba completamente desnuda. Y, si no se equivocaba lo que sintió cerca de sus muslos hace un momento era cosa de él.

Sólo un pequeño movimiento bastó para darse cuenta de que su feminidad estaba dolorida. Cerró los ojos tratando de hacer memoria y recordó haberse besado con él en su sala de estar. Quizá también fueron a su habitación. Una punzada de culpabilidad se clavó en su pecho cuando el rostro de él, que se cernía sobre el suyo, apareció en sus pensamientos.

Sus manos se enfriaron y su cuerpo empezó a temblar. Vio que Jason se movía entre las sábanas y echó un vistazo a su habitación, de techos altos. Las sábanas de color marrón oscuro eran cálidas mientras largas cortinas colgaban sobre las ventanas del tamaño de una pared.

—¿Estás despierta? —Jason susurró y ella lo miró. No sabía por qué, pero al ver su sonrisa de suficiencia se sintió en desventaja. Haciendo acopio de todos sus abrumadores sentidos susurró.

—Tengo una clase. Tengo que irme…

Jason entrecerró los ojos antes de mirar su mesa auxiliar.

—Son las cinco de la mañana. Vamos... y, aún estás por contarme cómo fue tu primera vez —Gimió mientras le hacía un gesto para que se acercara, pero ella parecía un poco desorientada cuando dijo:

—No, mejor me voy.

Miró a su alrededor buscando su vestido, pero no estaba por ninguna parte.

—¿Buscas esto? —Jason recuperó sus bragas de las almohadas y ella se apresuró a cogerlas. Ella se pregunta lo fácil que era para él sonreír ante su situación. Por supuesto, era una broma para él. Un tanto sí.

Deslizó las bragas bajo las sábanas mientras le oía reír entre dientes.

—¿Qué te pasa? ¿Por qué tan alarmada?

—¿Dónde está mi vestido? —Preguntó un poco cortante.

—En el salón. Pero, ¿a qué viene esa actitud? —Sin saber qué responderle, salió de la habitación rodeándose el pecho con el brazo. No tardó en ver su vestido tirado en un sofá con los tacones cerca. Se estaba poniendo el vestido cuando oyó a su espalda—. Deja de actuar como si no lo hubieras querido anoche…

—Yo no lo dije —Respondió sin mirarle y cogió sus zapatos.

—Puedo dejarte caer. ¿Me dejas tomar mis pantalones? —Esto hizo que ella lo mirara. Él giró la esquina de su boca hacia arriba cuando su mirada se detuvo en su desnudes. Jason se dio la vuelta dándole la vista mientras ella resoplaba sin sentirse bien con nada de esto.

No le esperó y bajó en ascensor. El aire frío era duro en el aparcamiento, pero no tardó en tomar un taxi y marcharse a su campus. No sabía cómo sentirse, pero seguro que actuó raro con Jason. Sólo con un poco de calma se dio cuenta de que no había hecho nada malo.

Ella miró su teléfono y no había ninguna llamada o mensaje de su parte. Entonces se preguntó si él estaba enojado por su drama y nunca se pondría en contacto con ella. Pero no podía enfadarse consigo misma. No le parecía bien quedarse allí. No salió según lo planeado. Lo último que quería era emborracharse en su primera relación sexual. O hacerlo con alguien con quien sólo había salido una vez.

No pudo dormir y prepararse para su primera clase que no era antes de las diez de la mañana. Su amiga Anna estaba sentada a su lado, y le preguntó dónde se habían metido ella y Jason anoche. Jenny sólo lo disimuló con una sonrisa diciendo.

—Fuimos a dar un largo paseo —Y, odiaba que no fuera una completa mentira.

—Todo el mundo tiene sus ojos puestos en ti. Pero no parecías alguien que saldría con una persona como Jason —Anna comentó cuando estaban a punto de salir de su aula. Esta vez Jenny pudo notar preocupación en los ojos de Anna y se apresuró a preguntarse si realmente se trataba de un error.

Miró su teléfono para darse cuenta de que no había llamadas de Jason. Tal vez tenía que hablar con él. Fue él quien se ofreció a llevarla a casa. Y, ella debe haberlo dejado con preguntas.

Se volvió un poco más lenta en su caminar mientras le enviaba un mensaje a Jason.

“Lo siento. Tenía algo importante”

Pero en el momento en que salió sus ojos se entrecerraron confundidos. Había mucha gente fuera y parecía que todo el mundo tenía sus ojos puestos en ella.

—Es ella… —Empezaron los murmullos. Y, algunas personas estaban tomando sus fotos escandalosamente. Se giró a su izquierda para encontrar a Anna, que también miraba despistada a su alrededor.

La hermana de Anna se apresuró a tirar de ella y mostrarle algo en el teléfono. Jenny caminó hacia ellos sólo para jadear de horror mirando la pantalla. Anna miró levantando las cejas a Jenny.

—¿Eres tú?

Pero negándose a mirar a la multitud Jenny salió corriendo. Ahora todo tenía sentido. Sólo estaba endulzándola con sus palabras para vengarse.




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