CAPÍTULO 4: DIAS MENOS PESADOS

Los días seguían pesando, pero con Vega de amiga, pesaban menos.

No es que todo se hubiera arreglado.
Seguía sintiéndome como un bicho raro la mayoría del tiempo.
Seguían las miradas en clase, los comentarios que, aunque disimulados, seguían doliendo...y dolían mucho.

Pero ahora había alguien al otro lado del móvil.
Alguien que contestaba.
Que me preguntaba cómo estaba… y lo decía en serio.

A veces, no hablábamos de nada profundo.
Solo compartíamos canciones, memes absurdos o fotos del cielo.
Pero incluso eso se sentía especial.
Porque lo compartía con ella.

Un día me preguntó cuál era mi mayor miedo.
Me quedé pensando.
Al principio iba a poner algo típico, como “quedarme solo”.
Pero luego lo borré, y escribí lo que de verdad sentía:

Mi mayor miedo es nunca llegar a ser yo del todo- Nico

Vega tardó un poco más de lo habitual en responder.
Pero cuando lo hizo, sentí que se me encogía el pecho:

A mí también me daba miedo. Pero un día me cansé de esconderme. Y aunque no fue fácil, empecé a elegir lo que me hacía bien. Aunque fuera poquito, aunque doliera- Vega

Le respondí con un emoji de corazón.
No porque no tuviera palabras.
Sino porque, a veces, las palabras no alcanzan.