Dejándote mi mundo

Capítulo 5.

15 de agosto de 2008.

Me despierto antes de que amanezca nuevamente. Veo cuando amanece lentamente, cuando ya el sol ha iluminado todo lo oscuro, hago que mi esposo se levante para que busque el pastel de Skylar, después de varios meses, por fin llegó su cumpleaños, he estado tratando de animarla y hacerla feliz, ahora estoy buscando su regalo, salgo y veo que Cody junto con mi esposo vienen con el pastel de Sky.

Vamos a su cuarto y la despertamos cantándole Cumpleaños feliz, esto lo hacemos en cada cumpleaños, todos merecemos sentirnos especiales. Ella se despierta y grita de emoción, sopla sus velitas y pide que nos sentemos en su cama mientras abre sus regalos.

—Gracias, Cody, me gusta mucho este cuaderno de dibujos. —Abraza a su hermano. —Papá son los colores que quería, muchas gracias.

Mi esposo le da un beso en la cabeza, mi hija es muy humilde, agradece todo lo que le regalen. Es el turno de mi regalo y me emociona ver su carita.

—Mamá, que hermoso, muchísimas gracias. —Dice al ver el vestido azul que mande hacerle, solo para que combinara con sus ojitos y con el vestido que yo me pondré. Me abraza y me llena la cara de besos, yo solo me río al sentir el amor de mi hija.

—No me agradezcas, mi rayito de sol. Anda a cepillarte los dientes y bajas para que comas tu desayuno.

Bajo a preparar su desayuno, antes de llegar a la cocina me mareo un poco.

«No, por favor, hoy no. Es el cumpleaños de mi niña.»

Se me pasa tan pronto cómo me dió. Así que me pongo a prepararle el desayuno a mi bebé, ella viene saltando y sonriendo. Mi hija tiene el poder de que con su alegría ilumina cualquier lugar.

—Mami ¿Cómo te sientes?

—Muy bien, feliz porque es tu cumpleaños.

—Yo también estoy feliz. —Le pongo su desayuno y le sonrío. —¿Tú me amas?

—Con mi vida, hija.

—Entonces siempre te quedarás conmigo.

Mi esposo y Cody que estaban entrando se quedan paralizados, yo suspiro. He estado tratando de retrasar ésta conversación con Skylar. Me volteo y la tomo de las manos.

—Yo siempre estaré contigo, cada vez que me pienses, cada vez que quieras un beso o un abrazo, yo estaré contigo. Siempre en tu corazón y pensamiento.

Ella inclina su cabeza hacia la derecha.

—Eso es muy lindo, mami. Y me alivia un poco, ya pensé como quiero que sean todos mis cumpleaños, quiero que todos nos vistamos igual.

Mi niña empieza hablar con ilusión, mientras yo tengo muchos sentimientos encontrados. Mi esposo me ve y se acerca, me pone la mano sobre los hombros.

—Es una niña, tiene muchos sueños e ilusiones.

—Soy su madre, mi trabajo es apoyarla y estar con ella en todo, Matt.

—Y yo soy su padre, yo me encargaré de que mi hija cumpla todos sus sueños y metas, también lo haré con Cody.

Asiento y le sonrío a mi esposo. Veo a mis hijos, Cody escucha con mucha atención a todo lo que le dice Skylar. Los dos son mi vida y mi impulso para seguir adelante.

Terminan de desayunar y suben para ponerse sus ropas, voy al cuarto de mi hijo y toco su puerta.

—Dime, mamá.

—¿Tienes una camisa azul similar al vestido de Sky?

—Sí, mamá.

—Póntela, por favor.

Él asiente y vuelve a vestirse, voy a mi habitación, me encuentro con mi esposo.

—Cariño, ponte una camisa azul, similar al vestido de Skylar, por favor.

Él me sonríe, busca una camisa y se la pone.

—Lo bueno de tener a una modelo como esposa, es que tengo camisas de todos los tonos y colores.

Me río, voy a bañarme al terminar me pongo mi vestido, hace semanas que mande hacerlos solo para alegrar a Sky.

Una vez lista, bajo a ver que ya todo esté listo y preparado.

—¡Mami, estamos vestidos iguales! —Escucho decir a mi hija, viene de la mano con su papá y su hermano.

—Así es, solo por ti.

Suena el timbre y voy para abrir la puerta, es Yasmine.

—Hola, mami Steph, estás muy hermosa.

Me tomó mucho más de lo que creí para que Yasmine dejara de llamarme: Señora. Pero Sky, le dijo que me llamara: Mami Steph.

—Gracias, cariño. Tú también estás hermosa.

Ella tiene un vestido azul eléctrico. Con ella viene su abuela y también un señor mayor, creo que es su abuelo.

—Sky está adentro, pasa.

Ella corre y hago pasar a sus abuelos.

—Hola, querida, él es mi esposo, Jake.

—Un gusto conocer al héroe de Yasmine, la niña lo adora.

Él sonríe y se sonroja.

—Para mí, es un honor conocer a la heroína de Skylar. La niña la tiene en un pedestal.

Me sorprendo y me halago, empiezan a llegar todos los invitados y mi hija está muy feliz. En un momento me siento muy mal y se me revuelve el estómago, disimulo, subo y voy al primer baño que encuentro, empiezo a vomitar y me siento débil.

Me limpio los labios y veo sangre. Me asusto enormemente.

«¡No! Es el cumpleaños de mi hija, por favor, Dios, no.»

La puerta se abre y me asusto todavía más.

—¡Oh, Dios mío! ¿Muchacha, qué tienes? —Es el abuelo de Yasmine, le hago señas de que pase y cierre la puerta.

—Escuche, necesito su ayuda, deme agua y mantenga este secreto hasta que acabe la fiesta, mi hija no se merece un mal cumpleaños. Ahí hay un vaso.

Le señalo una vitrina, él hace lo que le pido, me da agua y una toalla. Me quedo en el suelo un momento sintiendo el frio de la cerámica.

—¿Por qué quiere que mantenga esto hasta que termine la fiesta?

—Porque así Skylar habrá celebrado bien su cumpleaños, además, si tengo que ir al hospital no quiero que mi hija pase la noche de su cumpleaños allí, si no es mucho, me gustaría que se la llevaran a ella y a mi hijo.

—Eres una mujer fuerte. Te ayudaré.

Me ayuda a levantarme, me veo en el espejo, por suerte no tengo que arreglar nada.

—¿Por qué la sangre?




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