Dejándote mi mundo

Capítulo 9.

El 20 de octubre del 2008 Stephanie Greenwood murió en paz.

Después de una larga batalla contra el cáncer que residía en sus ovarios, ya no hubo más nada que hacer.

Su amado esposo Matt, fue el primero en despertar esa mañana y ver lo que más temía. Su esposa ya no despertó cuando él la llamó.

Lloró silenciosamente para no despertar a sus hijos, queriendo gritar por el dolor que sentía, se aguantó, por los hijos que amaba, frutos del amor que sentían ellos dos.

Vió a la mujer que amó con toda su vida, estar resplandeciente de alegría, la vió modelar, cumplir sus sueños, llorar, caer, enojarse y ahora le tocaba verla inmóvil, fría y pálida.

El dolor que sentía fue indescriptible, solo sabía que lo destrozaba por dentro haciéndole pensar que él también moriría.

En ese momento escucho la puerta abrirse y solo vió entrar a la pequeña Skylar, quien despertó de un sueño confuso que al ver llorar a su padre se le olvidó por completo.

Le preguntó porqué lloraba asustada de la respuesta que recibiría, esa respuesta fue contestada cuando su hermano mayor entraba en la misma habitación.

Él recordando la promesa a su esposa y a si mismo se obligó a calmarse y tratar de serenarse por sus hijos. Con dolor respondió a la pregunta de la pequeña.

—Mami, se ha ido, princesa.

Sus dos hijos lloraron y gritaron, él solo puedo abrazarlos y dejarlos desahogarse, pues acababan de perder a su madre, la mujer que los amó desde el primer momento, que luchó por ellos, que se desveló, los hizo reír, bañó, vistió, alimentó y enseñó.

Cody perdió a la primera mujer que amó, a su mamá.

Skylar perdió a su ejemplo a seguir, su heroína, a su mami.

Y Matt perdió a su mejor amiga, a su confidente, su compañera, la madre de sus hijos, su esposa, a su Steph.

Ese día fue solo de lágrimas, al llamar a todos lamentaron escuchar la noticia, fueron pocos los que se atrevieron ir a la casa Greenwood, para muchos ese momento era íntimo y familiar, algo que no debían perturbar.

Entre ellos estaban la madre y la hermana de Stephanie, quienes lloraron desconsoladamente, pero más aún la madre, pues había perdido a su hija menor casi de la misma manera que a su esposo. Pues a los dos los venció el mismo mal.

Después llegaron los abuelos de Yasmine con la niña, que corrió dónde estaba su amiga y la abrazo fuerte para que ya no llorará, sintiéndose triste por la perdida de su Mami Steph, cumplió la promesa de cuidar y hacer feliz a Sky, su mejor amiga.

Después de tantas lágrimas y lamentos se llevaron el cuerpo de Stephanie para prepararlo, para ellos pasaron muchas horas, pero solo fue una.

Una vez listo su cuerpo en un ataúd, se prepararon para darle el último adiós. Tres días duró su despedida, muchos amigos o excompañeras de trabajo no lo podían creer.

Un amigo llegó llorando, lamentándose no haberla visitado. Aquél amigo fue quien más la ayudó, confiando en ella, dándole trabajo y presentándole a su amor. Aquél que siempre la dejó como su favorita, como la reina de todo.

—Matt, sé que esto es duro para ti, pero de verdad, lamento no haberla venido a ver. Jamás pensé que vería a mi Steph así, ella merecía brillar.

—Tranquilo, Jason, ella siempre te quiso y recordó.

Jason lloro más, desconsolado, hasta que un movimiento hizo detener su llanto, quedó sorprendido y sin palabras cuando vió a la pequeña Sky, después de mucho tiempo, cuyo parecido con su madre era sorprendente.

En ese momento él se dió cuenta que esa niña de largo cabello rubio y ojos azules, tendría un gran futuro cuidado por su madre, quien en paz descanse.

Así cómo él, hubieron muchos que quedaron asombrados por la apariencia de Skylar, encantados cuando la escucharon hablar y enamorados cuando les sonrió.

Y es que al ver tan pequeña a la niña que perdió a su madre, trataron de animarla, para que esté amargo recuerdo pesara menos en su consciencia.

Para muchos de ellos no había duda alguna, Skylar Greenwood sería toda la heredera de su madre.

Sin embargo, aún cuando muchas personas fueron, otras no pudieron ir, como su amiga Marie Portman quién quedó devastada con la noticia, tanto que no pudo evitar llorar en una pasarela y pidió un minuto de aplausos por su querida amiga. Aquella que recordaría con una sonrisa y cumpliría lo que prometió.

De la misma manera lloraron muchos pacientes en la unidad de cáncer que compartieron y hablaron con Stephanie. Su amiga Rosie lloro desconsoladamente, pues justo acababa de recibir la mejor noticia y quería ir a decírsela.

Rosie venció el cáncer.

Después de ello vivió feliz conoció a un hombre que se quedó con ella siempre, tuvo hijo y adoptó a otros. Siempre manteniéndose en contacto con la familia Greenwood.

Mientras le daban el último adiós a Stephanie, su familia la lloraba, aunque sucedió algo que hizo dejar de llorar a la pequeña Sky.

Una mariposa azul se poso en su hombro e inmediatamente recordó a su madre y sonrío. Miro a su padre quien estaba desconsolado con todo lo que tenía que ver y aguantar, pronunció unas palabras que trajeron un poco de alivio al corazón roto de su padre y hermano.

—Mira papi tengo una mariposa en mi hombro, es ella diciéndonos que ya no lloremos.—Dijo la niña en voz alta.—Ella está feliz y descansando de todo el dolor, nos está diciendo que está bien.

Matt vió a su hija y le sonrió, se agachó y abrazó a sus dos hijos. Después de todo ellos eran ahora su motor para salir adelante.

—Recuerden las promesas que le hicimos a ella, tenemos un largo camino por cumplirlas.

Sus dos hijos asintieron y una vez sepultado el cuerpo de su esposa dejaron rosas blancas para que descansará y girasoles amarillos, sus favoritas, para que estuviera alegre.

La familia partió del cementerio y fueron a su casa, la cual se sentía un poco vacía y apagada. El padre le pidió a sus hijos que se cambiarán para comer. Todos vistiendo de blanco cumplieron la voluntad de Stephanie.




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