Cody.
Escucho a mi padre conversando con la señora Olga y sonrío. Subo las escaleras y camino hasta la habitación de mi hermana. Toco y me deja pasar.
—Están hablando y riendo.—Le informo.
—¡Si! No podemos buscarle pareja, pero no mencionó nada de una amiga.
—¿Cómo estás segura de que solo serán amigos?
—Papá tomó una decisión, Cody. Su amor por mamá es más fuerte y no quiere lastimar a nadie por ese amor. Olga es un poco similar.
—Espero al menos que ella lo ayude.
—Yo creo que lo hará, Olga es muy buena, divertida e inteligente.
—También es muy hermosa.
Asiente y la veo con su cuaderno arrugando la cara.
—¿Qué te molesta, princesa?
—Me estoy quedando sin ideas y sin inspiración para los próximos atuendos.
—Respira, eso vendrá pronto.
—Tienes razón.—Deja el lápiz y respira.—Dime ¿Cuando conoceré a tu novia?
—Cuando sea mi novia.—Me río.
—No es justo, yo tuve que presentar a Sean antes de ser novios.
—Un punto a tu favor, pero vives con dos hombres, sabemos cómo son los idiotas y nuestro trabajo es prevenir que te lastimen.
—Mi trabajo igual. Yo puedo reconocer si una chica es falsa.
—Sky, lo agradezco, pero yo sé manejar esto, quiero darme mi tiempo.
—¿Darte tu tiempo?
—Sí.
—De acuerdo.
Ella ve a las fotos.
—No sé que hacer para buscar inspiración.
—¿Por qué no le pides ayuda a las chicas?
—Lo hice, Sharon nos maquilló a todas para ver si eso ayudaba, Dani hizo peinados, Layla y Yasmine se unieron para que escuchará música, saliera al parque y nada.
—¿Layla y Yas no compitieron?
—Sabes que sí. Aunque me hicieron reír mucho.
—Iré a bajo.—Camino hasta ella y le doy un beso en la cabeza.—Confío en qué lo harás, princesa.
Salgo de su habitación y me dirijo a la cocina. En el camino escucho el timbre, por lo que me dirijo a la puerta.
La abro y está Sean.
—Hola, Cody.
—Hola, pasa.
Me sigue hasta la cocina y saluda a todos.
—Hola, señor Matt.—Ve a Olga e inclina la cabeza.—A usted la he visto, pero no recuerdo.
—Acompañaste a a Skylar a visitarme, aunque no me extraña que no recuerdes no despegaste la mirada de tu teléfono.
—Mil perdones, el trabajo me absorbe. ¡Pastel de chocolate!
—¿Puedes llevarle un pedazo a Skylar? No ha bajado.—Le pide Olga.
—¿Por qué Sky no ha bajado?—Pregunta mi padre.
—Está frustrada por no poder diseñar.—Le informo mientras recibo un pedazo de pastel.
—¿De qué hablas?—Mi papá está confundido.
—Desde hace unas semanas no siente inspiración para diseñar o dibujar.—Le explica Sean.—Los chicos y yo hemos tratado de ayudarla, pero no funciona.
—A Steph le pasó algo similar.—Papá sonríe recordando.
Sean lo observa sorprendido, papá no suele hablar de mamá en su presencia o en la de muchos en general.
—¿Y cómo salió de eso?
—Skylar. Fue ella quien ayudó a Stephanie.
—Por favor, cuénteme.
—Sky tenía como tres o cuatro años, mucho antes de que a tu madre le detectaran el cáncer. Sky entro a nuestra habitación y se fue al armario.
—Skylar siempre amó ese lugar.
—Steph la consiguió bailando con uno de sus vestidos, de ahí nació su inspiración y dibujo muchos vestidos largos y de estilo princesa, solo para Sky.
—Bien, haré que vea cosas de su mamá, quizás eso ayude. Gracias señor Matt, y gracias por el pastel señora Olga.
Sean sale de la cocina en dirección a la habitación de Sky.
Sky.
Siento unas inmensas ganas de llorar de frustración. Escucho un golpe en la puerta.
—Adelante.
Sean entra sonriendo y con un plato con dos pedazos de pastel de chocolate.
—¿Cómo está la novia más hermosa del mundo?
Me hace sonreír. Se acerca y me besa.
—Te extrañé demasiado.—Lo abrazo.
—Yo más.
Me separo y veo sus ojos verdes.
—Aún no diseñas.
—No, es horrible tener este bloqueo.
—Quizás el chocolate te ayude.
Me da el pedazo de pastel y lo como.
Sean se pasea por mi habitación, se detiene en mi mesita de noche y sonríe.
—¿No has probado leer el diario de tu mamá? Tal vez haya algo que te ayude.
—Puede ser.
Dejo el pastel y tomo el diario.
Cada noche leo una página, lo abro en dónde lo dejé. Paso unas dos páginas donde hay diseños, la siguiente es un escrito.
Me llama la atención la fecha, vuelvo a pasar las páginas esta vez a las anteriores.
—Que raro, mi mamá no escribió por tres semanas.
Voy hasta la nueva página y leo.
“28 de agosto de 2007.
Después de tres largas semanas puedo sentir de nuevo inspiración para escribir y diseñar.
Es extraño, siempre sé que escribir, dibujar o diseñar, pero éstas últimas semanas fue verdaderamente raro.
Sin embargo sé que siempre puedo contar con ella.
Mi niña, mi bebé.
La encontré en mi habitación, se metió en mi armario, tomo uno de mis vestidos, color plateado y largo. La encontré bailando, llegué justo a tiempo para evitar que se cayera.
Gracias a ello tengo la inspiración para diseñar vestidos largos y con un estilo y caída de princesa.
Sky logro iluminarme, cómo el sol ilumina todo al amanecer.
Creo que tengo mi rayito de sol personal.”
Termino de leer y unas lágrimas se escapan de mis ojos.
—¿Hermosa?
—Ella pasó por algo igual a mi y yo la ayude. Ahora sé de dónde nació su apodo hacia mi.
—Eso es bueno, hermosa.
De repente se me ocurre algo, veo a Sean y él se confunde.
—¿Qué pasa?
No le respondo, salgo corriendo de la habitación en dirección a la cocina. Sean viene detrás de mi gritando mi nombre y que tenga cuidado.