Delitos del alma

Capitulo 4

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- Siéntense por favor. – Dijo el hombre vestido de gris que los recibió en la gran sala del antiguo palacete que para los días en que fue construido bien pudo ser el digno hogar de una familia noble.

Sergei y su esposa aceptaron gustosos la invitación de su anfitrión. La estancia se mantenía tibia gracias a una gran chimenea encendida al fondo, el color rojo sangre predominaba en las paredes que se erguían altas y orgullosas tapizadas de cuadros de estilo renacentista que daban la sensación de haber retrocedido en el tiempo cientos de años, en contraste los modernos muebles de cuero color marrón les ofrecía la comodidad del tiempo presente ofreciéndoles el descanso que sus cuerpos le pedían luego de tan largo viaje.

 

 

- ¿Cómo estuvo el vuelo?

- Excelente Pavel. – se apresuró en responder Sergei – el documento era impecable, nadie sospechó nada.

- No es de extrañarse, nuestra gente es la mejor. La chica, ¿Dio problemas?

- Ninguno. – dijo la mujer tocándole el turno de responder – es muy dócil, confiada. No dijo nada hasta llegar aquí.

- Qué bien.

Pavel examinaba con ojo escrutador a los recién llegados, parecía ser un hombre muy relajado, hasta dulce, pero en sus ojos grises brillaba la frialdad y la experticia que le había heredado la madurez y una vida llena de peligros y pérdidas, rubio y de facciones casi perfectas tenía por de más el aspecto de un ángel caído más que de un ser mortal.

- ¿Por qué la trajeron, que tiene de especial? – quiso saber Pavel.

- Es hermosa. –respondió la mujer - además su carácter dócil la hace perfecta para la subasta.

- Olga tiene razón. – agregó Sergei – la chica es joven e inocente, además, si es verdad lo que dice valdrá mucho más.

Pavel seguía con atención la descripción que le daba la pareja, en conversaciones telefónicas ya le habían dicho que Sofía podría ser virgen, eso aumentaba su precio en el mercado, por lo tanto, como buen comerciante Pavel se interesó de inmediato.

- Bueno. – intervino el anfitrión desde la comodidad de su asiento – eso debemos comprobarlo primero, mis clientes son personas muy exigentes, que pagan miles de euros por una chica en sus condiciones, no puedo desilusionarlos. Han sido muchos las que me han querido engatusar con historias de pureza que no han sido más que engaños.Comprenderán que no puedo poner en riesgo mi nombre y mi credibilidad ante mis amigos.

- Pavel… - intervino Sergei nervioso – nosotros no te engañaríamos.

- Lo sé Sergei, no te preocupes, es solo que me gusta hablar claro y por supuesto asegurarme de que la mercancía que ofrezco es de primera.

La frialdad con la que Pavel hablaba hacía que a Olga a quien Sofía todavía conocía como Nora le sudaran las manos y sintiera como si estuviera jugándose la vida en esa conversación, por un momento llegó a pensar que Sofía tenía suerte de estar con Berta en vez de allí con el reconocido y temido proxeneta y mafioso Pavel Koslov.

 

Era la primera vez que la pareja se atrevía a ofrecerle mercancía a Pavel de calidad de subasta, el ruso dentro de la krasnaya mafiya (mafia roja) era uno de los eslabones más importantes y poderosos en la rama de trata de blancas con el que Olga y Sergei tenían la posibilidad de hacer contacto, era una especie de puente entre ellos que eran quienes se encargaban básicamente de escoger y engañar a las posibles víctimas, secuestrándolas y obligándolas a trabajar bajo presión en cualquier parte del globo, y los proxenetas locales que se encargaban de prostituir a las víctimas en las calles donde  había más demanda de comercio sexual, muchas fueron las mujeres que gracias a su gestión habían muerto por abuso y enfermedades, Tailandia, España, Italia eran países donde llegaban los tentáculos de la organización que venía trabajando en su internacionalización  luego de nacer tras la caída de la antigua unión soviética a principios de los años noventa. Pero esta vez la pareja apuntó alto, la enfermera que cuidaba al padre de Olga era mejor que las otras, esta tenía la peculiaridad de ser muy hermosa y dócil, fácil de engañar, además tenía aspiraciones que no podía realizar por sí sola, era el tipo de mujer que se podía ofrecer en una subasta, todo eso les dio confianza de que Pavel se interesaría por ella. Olga tuvo razón, luego de tomar aquellas fotografias y enviarlas a Rusia la respuesta fue recibida de inmediato y de forma alentadora, la única condición fue la de viajar de inmediato, en pocos días se celebraría una fiesta, una de las famosas fiestas de Pavel donde el lujo, y el vicio eran los invitados de honor, si todo salía bien para ellos Sofía les haría ganar mucho dinero.

- De todas formas. – continuó Pavel – cómo siempre, estudiare a la chica a ver si de verdad me sirve. Si no es lo que pienso, se la llevarán con ustedes de nuevo y la ofrecerán en Asia, allá siempre están recibiendo mercancía de todo tipo, el mercado es más abierto.

- Pero tú ya la viste en las fotos, es muy atractiva…  - acotó Sergei bajo la mirada temerosa de Olga.

- Sergei. – dijo Pavel inexpresivo – ahora estas aquí, mañana puede ser distinto… ten en cuenta queeso lo decido yo.

Las inocentes palabras fueron captadas por sus receptores como la clara amenaza que representaban, Olga se apresuró en decir algo que relajara el ambiente.

- Claro que si Pavel, estamos aquí gracias a tu generosidad, para nosotros fue un honor que tomaras en cuenta nuestro ofrecimiento facilitándonos los medios para viajar en tan poco tiempo. – Olga vio que sus palabras surtían el efecto esperado en su anfitrión y prosiguió – estamos muy agradecidos y esperamos que estés complacido con nuestro trabajo.

 

- Yo tengo confianza en ustedes. Pero recuerden que son contadas las personas que llegan a hacer negocios conmigo, me gusta mantenerme en un círculo de trabajo pequeño pero pase lo que pase en esta primera oportunidad espero que ustedes vuelvan a mi casa en el futuro. Así que lo mejor por esta noche será que pasemos al comedor y cenemos, para que puedan ir a descansar, deben estar hambrientos y agotados por el viaje.




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