Demons (libro 3. Batalla Final)

Se acercan

El grito de los chicos se atrajo la atención de Fadiel y de Araxiel, y  ambos volaron hacia el lugar dejando a sus contrincantes, pero Armeriel había llegado primero y estaba descargando su ira en el nephilim quien no solo estaba viendo frustradas sus intenciones de detenerlo y llevárselo a Samael como éste le había ordenado, sino que al llegar Araxiel y apartar a Armeriel, le iría terriblemente mal, ya que la furia de Araxiel no era menor.

 

En otro lugar cercano, Midriel hacía frente a otro peligrosísimo shedim como era el caso de Belial, de manera que no le estaba yendo muy bien y cuando Danael lo notó, introdujo la mano con precisión en el pecho de uno de los shedims con los que se enfrentaba y le extrajo el corazón mientras que con la otra hundía su Adilik en el cuello del otro, y en cuanto se deshizo del primero procedió del mismo modo con el segundo, y sin detenerse a mirar, pues no había nada que ver ni le interesaba, corrió hacia donde estaba Midriel y apartándolo, recibió el ataque dirigido al chico. Sin embargo, y aunque siendo ángeles, las heridas producidas por un shedim podían causarles mucho daño, él prestó escasa atención y se enzarzó en una feroz lucha con Belial en la que si bien el shedim recibiría muchas heridas, no le iría mucho mejor a Danael.

 

Erelim era una descendiente que había nacido con el don de la sanación y era quien en aquel momento se ocupaba lo mejor que podía tanto de Limeriel como de Daver, pues Araxiel estaba muy ocupado, porque después de literalmente hacer pedazos a Zaveve, se las estaba viendo con Azazyel, otro shedim de la jerarquía mayor.

 

  • Quédate quieto, Dav – dijo la chica
  • Déjame y ocúpate de ella
  • Estás perdiendo mucha sangre y Eli dice que eso es muy malo

 

Daver estaba en verdad muy débil, pero seguía siendo terco, así que se puso de pie y cuando Erelim iba a protestar, vio que él hacía un brusco movimiento y un segundo después lo vio caer sobre un shedim al que había atacado para protegerla, pero igual ella tuvo que intervenir, pues él solo había podido desviar el ataque.

 

Una vez que Armeriel había sido apartado por Araxiel, comprobó el estado de su madre y de Daver dejándolos en manos de Erelim, y como seguía furioso, se fue derecho hacia donde estaba otra joya como era el caso Balam. Este sujeto era un shedim de discordia a quien Armeriel tenía especial inquina, ya que por lo anterior y durante mucho tiempo, había sido el principal responsable de los enfrentamientos bélicos entre pueblos que habían sido originalmente pacíficos y a quienes Armeriel veía como su gente.

 

Balam era un shedim de la jerarquía mayor, de manera que un descendiente no habría sido rival para él, pero se daba el caso de que Armeriel no era un descendiente ordinario y tenía varias cosas que lo hacían especialmente poderoso. La primera, que era hijo de Limeriel, una de los primeros doscientos, algo que por algún motivo desconocido para ellos, les otorgaba más poder a sus vástagos. Segundo, el padre de Armeriel y aunque humano, había sido un guerrero feroz y un gran estratega que le había heredado a su hijo sus habilidades y su arrogancia. Tercero, Armeriel tenía muchos años y esto se traducía en fuerza. Y por último, pero no menos importante, había sido criado por Heylel, y éste se ocupó de exacerbar y llevar a su máxima expresión las habilidades que el niño traía en su código genético. De manera que por todo lo anterior, no, Armeriel no era un descendiente ordinario, y si Balam no lo hubiese sabido como lo sabía todo el mundo, con seguridad se habría enterado en aquellos momentos. Sin embargo, matar a un shedim no era asunto sencillo nunca, y a uno de la jerarquía mayor era misión imposible, pero no por eso Armeriel dejaría de intentarlo.

 

  • Sigues siendo un vulgar descendiente, niño – dijo con la ira brillando en sus malignos ojos
  • Vulgar es un calificativo que no se aplica a mi persona, pero la mencionada vulgaridad es lo que compone la tuya.

 

Y aquella exasperante soberbia, era una de las razones por las que le adjudicaban la paternidad de aquel chico a Heylel.

 

 

Los hijos de Araxiel habían estado causando verdaderos estragos entre los shedims, pero Kamiel y Eliel experimentaron la misma clase de frío terror cuando vieron a Abrahel acercarse a Devriel, de modo que endurecieron el ataque con el fin de llegar más pronto. A Kamiel todos lo conocían bien y sabían que era un guerrero feroz, algo que en su caso, había heredado de su madre quien fuese una guerrera Sámatra del Cáucaso, de modo que tanto su ferocidad en batalla como sus rasgos eslavos y el mal carácter, eran un aporte materno que le costaba a Araxiel las burlas de sus amigos, pero siendo que él era un payaso de oficio no prestaba mayor atención, aunque no sucedía lo mismo con Kamiel, y a quien se le había ocurrido poner en duda que fuese hijo de Araxiel o siquiera hacer la más mínima broma al respecto, había descubierto con mucho perjuicio para su persona, que si algo no tenía Kamiel, era sentido del humor.

 

Eliel por su parte, era de los tres quien guardaba mayor parecido físico con Araxiel, así como también compartían el don de la sanación y la simpatía, pero si bien Araxiel era muy simpático y divertido, no poseía la dulzura de Eliel que la había heredado de Aela, la princesa alana que tuvo por madre. Por fuerza Eliel se había convertido en guerrero, pero normalmente se ocupaba de evitar que los humanos resultasen heridos o de atenderlos si era así, pero si en el transcurso de la batalla veía a sus hermanos, a su progenitor, a Limeriel o con menos frecuencia a Heylel, en lo que considerase franco peligro, se desataba el verdadero infierno para el responsable, y eran muchos los que habían descubierto esto por el camino sangriento. De manera que sí, Eliel era muy dulce, pero siempre que a nadie se le ocurriese lastimar a los suyos.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.