Demons (libro 3. Batalla Final)

Primer encuentro

Con independencia de lo que cualquiera de los que observaba la escena estuviese pensando, Sariel no perdió el tiempo en inútiles palabras y se fue derecho a por la pelirroja cabeza de Lilit, pero si enfrentar a un shedim de la jerarquía mayor era difícil, dos era virtualmente imposible, aunque uno de ellos estuviese gravemente herido, de modo que Sariel redobló sus esfuerzos.

 

Entre tanto, quien había logrado llegar hasta Miliel era Anjari, un descendiente un poco más joven que Devriel, pero con un aspecto de adolescente recién salido de la preparatoria, algo que parecía que no iba cambiar jamás.

 

  • ¡Mili! – exclamó frenando su carrera y deslizándose de rodillas al lado de la nephilim - ¡Mili! – insistió

 

Pero Anjari tuvo que suspender su intento un momento debido a los estúpidos shedims menores que podían hacerles poco daño y solo causaban caos, pero les quitaban tiempo mientras se los sacaban de encima. Entre tanto, Sariel seguía en su encarnizada lucha contra Lilit y Cimeris.

 

  • ¿Por qué me obligas a lastimarte, querido? – preguntó Lilit

 

Como Sariel encontraba indigno hablarle a aquella zorra desgraciada, no se molestó en contestar. Enamel que había logrado alcanzarlos, intentó quitarle a Cimeris de encima, pero el shedim le hizo una horrorosa herida en el pecho, y aunque eso no detuvo a Enamel, no era mucho lo que podía hacer y como  Sariel lo sabía, dejó un momento su concentración en Lilit para evitar que Cimeris le hiciese más daño a Enamel.

 

Un destello plateado semejante a un rayo, hizo a Anjari cerrar los ojos por un par de segundos, al cabo de los cuales vio a Abe quien le devolvió una mirada de ira.

 

  • ¿Qué haces…? – comenzó pero vaciló, pues no tenía idea de quién era aquel chico – Ni siquiera sé tu nombre y no quiero saberlo – dijo mientras arrancaba media docena de cabezas shedim - ¡Cógela y sal de aquí!

 

Tal vez Abe en verdad no supiese quién era él, pero ciertamente Anjari sí sabía quién era Abe, así que no iba a ponerse a discutir con él aparte de que no había motivo para ello, así que alzó a Miliel y como ya Ertael y Armeriel los estaban alcanzando, se hicieron cargo de limpiarles el camino.

 

Aunque Abe no solía participar en batalla, pues él había decidido mantenerse al margen de los conflictos entre ambos bandos, en algunas ocasiones y más por una combinación de lealtad, casualidad y la mala voluntad que le tenía a los shedims, se había inmiscuido en alguna de aquellas fiestas, y si algo tenían clarísimo los shedims, era que, aunque no sabían qué jerarquía había regido para los caídos antes de serlo, sin duda Sariel, Samael, Azrael, Heylel, Kellen, Varjan, Raziel, Ramiel y Abe, tenían que pertenecer a una muy superior a la de los demás caídos, así que cuando Lilit y Cimeris vieron avanzar al último, se dieron por enterados de estar en muchos problemas, aunque eso no los detendría, y de hecho Lilit y siendo como era, no dejaría de fastidiar o al menos lo intentaría.

 

  • Odiaría dañar tanta y tan evidente perfección – dijo con voz seductora a Abe

 

La cuestión era que lo intentaba con el individuo más equivocado del mundo, porque a pesar de que no era como decía Devriel, es decir, que Abe fuese un misógino, y lo que sucedía era que no quería estar donde estaba y evitaba el contacto con el género humano en general, y en particular evitaba con mayor ahínco relacionarse de forma íntima con ninguna mujer, ya que opinaba que aquello solo sumaba pecados a los ya cometidos, estaba mucho más lejos de soportar ni de forma mínima a una shedim. Otros shedims de orden menor estaban interfiriendo, porque como decía Ertael, esos bichos solo existían para complicar las cosas, aunque tuviesen escaso poder, de modo que mientras Sariel descabezaba a unos cuantos, Lilit aprovechó para atacarlo por la espalda introduciendo su mano por un costado con intención de lastimar su corazón. Sariel registró el dolor con unos segundos de retraso, y cuando elevó los ojos vio la sonrisa malvada de Lilit.

 

  • ¿Tienes un corazón, Sariel? Porque no lo encuentro – le dijo ladeando la cabeza – O tal vez me lo diste hace muchos años y…

 

A continuación lo que se escuchó fue un chillido, porque Sariel había hundido su lanza en el cuerpo de la shedim y por otra parte Abe la había sujetado por el cabello y estaba tirando de ella apartándola de Sariel.

 

  • Todos ustedes son una desgracia, pero sin duda tú eres la peor maldición de la humanidad – le dijo con el mayor desprecio mientras hundía su Adilik en el cuerpo de la shedim con cada palabra que decía

 

Como ya se dijo, Abe era un poderosísimo caído, pero Lilit seguía siendo una shedim igualmente poderosa, y aunque lógicamente resintió el daño, no por eso dejaría de luchar, aunque su aspecto había dejado de ser tan encantador. Sin embargo, ambos quedarían brevemente en suspenso al escuchar a Sariel.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.