Katriel era la cosa más alejada del paradigma de la femineidad, y que Araxiel y Kellen, a quienes les gustaban todas, pensasen eso, era como mínimo alarmante. Aparte de lo anterior, se había labrado la fama de peligrosa en todos los aspectos posibles, y si bien las descendientes de género femenino habían aprendido a luchar, aquella chica les llevaba una grosera ventaja. Teniendo como padre a un caído como Admael, nadie apostaba mucho por el futuro de Katriel y no les hubiese extrañado que hubiese terminado siendo una mercenaria, pero cabría suponer que habiendo sido rescatada por Sariel y Heylel cuando era poco más que una adolescente, de una situación muy peligrosa con unos shedims menores, selló el futuro de Katriel, pues aparte de jurarse a sí misma que nadie más la fastidiaría nunca, se pegó a aquellos dos hasta volverse molesta. Sin embargo, Sariel carecía de la paciencia mínima requerida para enseñar nada, mientras que Heylel y venerando el conocimiento como lo hacía, estuvo más dispuesto a instruirla en todo cuanto la chica mostró interés, convirtiéndola así, en la peligrosa guerrera que era. El error de Heylel en opinión de muchos, estuvo en no alejarla de su progenitor, pero aquello era algo que quien lo conociese bien no habría esperado, porque así como él veneraba el conocimiento, veneraba quizá más la libertad y nunca le habría impuesto nada parecido. De manera que Katriel era obsesivamente leal a Heylel y nadie dudaba de que estaba dispuesta a ejecutar cualquier misión por improbable que ésta fuese si él lo ordenaba, pero también absorbió mucho de la personalidad de Admael, así que una de las cosas menos recomendables entre los descendientes, era buscarse problemas con Katriel.
Katriel lo miró por unos segundos antes de contestar, y aunque no era que tuviese intenciones de negarse, pues estaba consciente de quién le hablaba, también lo era de que ese mismo individuo era uno al que no le profesaba el mayor aprecio por la manía de Araxiel de burlarse de todo y de todos, pero más específicamente por la de perseguirla para que se condujese como una chica.
En este punto Kellen se tensó, porque eso era algo que él había discutido mucho con Heylel, es decir, que por quienes tenían que preocuparse era por Varjan y de seguido por Andras. Sin embargo, fiel a su costumbre de hablarle poco a sus congéneres y menos aun a los descendientes, nada dijo, sino que siguió prestando atención.
Kellen sintió el deseo de reír de nuevo, porque ciertamente él conocía bien a Varjan y si a él lo acusaban de irritante, él mejor que nadie sabía que aquel cofre de arrogancia era diez veces peor y podía competir en igualdad de condiciones con Heylel, pero con el agravante de que no se callaba nunca. No obstante, se le pasó pronto el deseo de reír, porque si Varjan estaba en Nueva York, y aunque estaba razonablemente seguro de no haber abandonado el perímetro trazado por Heylel para no perder la protección del Velo, lo sucedido esa noche sí podía haber dejado un rastro y Varjan no solo no era ningún novato, sino que había buenas razones para que le resultase sencillo hallarlo.
Kellen decidió volver con Lil, porque ni le interesaban las payasadas de ellos, ni ver cómo Kamiel intentaba masacrar a su propio hermano, pero después que él se alejó, Eliel se acercó a Araxiel.
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Editado: 24.07.2021