De la manera más inconsulta y según su costumbre, Heylel había arrastrado a Varjan hasta un salón del castillo.
Varjan se sentó, encendió un cigarrillo y lo miró durante un largo y exasperante minuto.
Heylel estaba en la misma posición de Kellen con respecto a Varjan, es decir, compartían la esencia de su creación, así que siempre sabrían si alguno de ellos estaba mintiendo como se lo hizo notar en forma velada a Kellen el día que lo interrogaban acerca de Lil y él se negaba a creerle.
Aunque efectivamente procedían de un mismo núcleo y esencia creadora, no habían surgido al mismo tiempo. Los primeros habían sido Heylel y Sariel, después Raziel y Ramiel, luego Abe y por último Zaviel y Amiel, de manera que para los primeros, Amiel era el niño. Cuando cayeron, los dos que no lo hicieron con los primeros doscientos fueron Zaviel y Amiel, aunque no demorarían mucho en seguirlos. Pero independientemente de cuándo habían caído y sin importar lo mucho que se peleasen entre ellos o el tiempo que llevasen sin verse, Heylel y Sariel lo mismo que Raziel y Ramiel, o Zaviel y Amiel, sabían de manera inmediata cuando el otro estaba en franco peligro. Varjan había estado preocupado por Kellen desde hacía varios meses, pues había sentido que estaba en problemas, aunque no exactamente en peligro, y había sido esto último lo que le había impedido ir a buscarlo, porque si alguien conocía a Kellen era Varjan y sabía, que aunque la virtud con la que había sido creado Kellen era la piedad y la sentía por todo y por todos, aunque intentase ocultarlo, lo que no soportaba era que alguien la sintiese por él, y cualquier forma de preocupación parecía interpretarla de aquella manera. Ahora y en posesión de mayor información, Varjan había entendido por qué había estado sintiéndose de aquella manera, pero también concluyó que Kellen efectivamente estaba en peligro, porque también era un ángel guardián y Lil era su responsabilidad, de modo que si la muchachita aquella, quien por cierto tenía muchas posibilidades de morir, al final lo hacía, Kellen iba a sentirse devastado y terriblemente miserable por tiempo indefinido. Y sumado a todo lo anterior, de quien tenía que protegerla era no solo de su propio padre sino de Satanael, lo que agregaba peligrosidad a un asunto ya de por sí complicado. Llegados a este punto, Varjan decidió que lo mejor por hacer era aceptar la invitación de Heylel, ya que de ese modo estaría en posición de ayudar a Kellen en cualquier disparate en el que decidiese embarcarse.
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Editado: 24.07.2021