Demons (libro 3. Batalla Final)

Heridas

Haniel había llevado a Andras a una habitación, y después de acomodarlo en la cama, miró a Galiel.

 

  • ¿Puedes encargarte o llamo a Noah?
  • Nadie va a encargarse de nada y…
  • Cierra la boca, Andras – le ordenó – Ya escuchaste, esa cosa sea lo que sea es peligrosa y hay que tratarla

 

Andras lo miró con ira, pero la misma pareció pasársele de pronto al recordar las muchas veces que Haniel lo riñó cuando eran niños. Sin embargo, como también le gustaba fastidiar y Galiel se la debía, lo miró con algo muy cercano al desprecio.

 

  • Suponiendo que no quieras que esto se convierta en un problema, yo en tu lugar no le confiaría ni una vulgar herida a… esta criatura

 

Deliel que había ido con ellos, se frotó la frente al ver que Haniel desaparecía a la velocidad de la luz para volver casi enseguida con Araxiel.

 

  • Eres muy mal agradecido ¿sabes? – estaba diciendo Galiel que rara vez se molestaba, pero como Deliel sabía que Andras era capaz de hacer méritos no solo para que se molestasen, sino para que quisiesen apalearlo a velocidades indecentes, decidió que lo mejor por hacer era sacar al bueno de Galiel de allí antes de que dejase de serlo.
  • Galiel es un excelente médico –le dijo Araxiel – Ahora vuélvete

 

Como Haniel era quien mejor conocía a Andras, y aunque Araxiel también, era posible que hubiese olvidado que el necio aquel no era de los que obedecía solo porque sí, así que Haniel decidió evitarse complicaciones y lo giró él mismo. No obstante, sus ojos casi abandonaron sus órbitas al ver las úlceras en su espalda.

 

  • ¡Andras! – exclamó – ¿A qué estabas jugando?
  • Que yo sepa…
  • ¡Y no sabes nada! ¡Pareces un leproso!
  • ¡Óyeme! Solo son unas cuantas…
  • ¿Unas cuántas qué, irresponsable? La piel de la espalda casi se te cae a pedazos.
  • Pues siendo que no puedo verme la espalda…
  • ¡Voy a…!
  • Deja de gritar, Haniel – le ordenó Araxiel, pero sabiendo que aquel tampoco era dado a la obediencia, agregó – No me obligues a llamar a Virgil
  • Ni me obligues a mí a soportarlo – agregó Andras
  • Por favor, dile a Dari que envíe los medicamentos de uso tópico
  • ¿Los qué?
  • Solo dile eso – insistió y Haniel salió
  • No pretenderás que me tome una maldita cosa, porque…
  • No tendrás que tomarte nada – lo interrumpió Araxiel – ¿Qué sucedió, Andras?
  • ¿Con qué?
  • Tuviste que haber notado primero la inflamación y el enrojecimiento, así como la fiebre
  • No tenía tiempo para eso
  • ¿Por qué?
  • Necesitaba encontrarla antes que ellos
  • A Lil – dijo Araxiel y él asintió – ¿Antes que quién?
  • ¿Eres estúpido o qué?  Antes que Nael y cualquier otro al que hubiese enviado él o Samael.
  • ¿Y no la buscabas tú por órdenes de ellos?
  • Es verdad que me lo ordenaron, pero no tenía intenciones de entregársela a ese hijo de perra – dijo con ira

 

Araxiel se sintió un tanto confundido, pues hasta donde sabía, Andras tenía muy buenas relaciones con Nael y de hecho éste le había dado lo que Heylel llamaba un ridículo e inútil título, pero evidentemente algo fallaba en la información que manejaban. No obstante, recordó que cuando Kellen les había contado todo, había incluido la corta relación entre Andras y Lil y comenzó a preocuparse, así que decidió arriesgarse.

 

  • Estoy confundido, Nael es tu amigo ¿no?
  • Ese desgraciado no es amigo de nadie
  • ¿No lo es ahora porque estás… enamorado de Lil, o…?

 

Aunque se había preparado para la posible reacción, igual tuvo que actuar con rapidez.

 

  • Cálmate, no quiero hacerte daño
  • Entonces no digas estupideces, aunque hasta donde recuerdo, esa es tu especialidad
  • ¿Y estás seguro que lo que dije califica como una?
  • En principio no es tu problema
  • Mmmm… no, pero podría ocasionarte muchos a ti
  • Y serían míos
  • Andras, si la amas…
  • No seas estúpido, Noah. Me imagino que esa información la obtuvieron de Kellen, pero no es así. Me gustaba, sí, pero en cuanto descubrí que era una descendiente, salió de mi lista
  • ¿Por qué?
  • ¿Por qué? Todos me odian – dijo con ira y Araxiel decidió no discutir eso
  • ¿Y entonces cuál es tu interés?
  • Protegerla. Primero pensé que Samael la quería para él, pero cuando me enteré que era Nael y la razón, me pareció… cruel, inhumano y… monstruoso – hizo una pausa que Araxiel decidió no interrumpir – Yo lo he visto, sé lo que les hacen antes y luego si no resulta, así que no… no podía dejar que alguien a quien conocía le sucediese eso.
  • ¿Sabes las pocas oportunidades que tenías de lograrlo?
  • No, solo pensaba en… esconderla hasta que pasara el peligro y después… bueno, ayudarla si podía, porque sabía lo que le esperaba
  • ¿Y según tú, eso es…?
  • ¿En serio? Ya yo lo viví, es la hija de una shedim
  • Pues te sugiero no mencionar nada de esto en presencia de Hani, porque créeme, él la quiere menos que nadie.




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