Demons (libro 3. Batalla Final)

Conversaciones

Varjan notó primero que Lil que Kellen abría los ojos, de modo que se inclinó un poco sobre la cama.

 

  • ¿Kell? – dijo, pero como había cerrado de nuevo los ojos, Lil colocó una mano sobre su hombro

 

Mientras esperaba, Lil se fijó en algunas cosas que no había visto el día anterior. Por ejemplo, el cabello de Kellen se veía más claro y ella dudaba que fuera porque estuviese más limpio, pero casi enseguida pensaría que la ausencia de la bandana  negra que solía llevar podía producirle esa impresión, pero también notó que la piel de sus brazos estaba limpia, es decir, no se veía ningún tatuaje y ella estaba segura que éstos no desaparecían de un día para otro. Y lo último que echaba en falta, eran el arete que llevaba en la oreja izquierda y los piercings sobre la ceja y el labio inferior, así que concluyó que ni éstos ni los tatuajes habían estado nunca y que todos veían exactamente lo que él quería que viesen. Todo esto la llevó a pensar que así se parecía más al Kenny de su infancia.

 

  • Jan…
  • ¿Jan? ¿Cómo que Jan? Soy…
  • No te habla a ti – transmitió Varjan – Aquí hermano – le dijo a Kellen

 

Lil entendió que Jan tenía que ser un diminutivo de Varjan así como Kell, que era como había escuchado que Varjan se refería a Kellen y como lo había llamado hacía un momento. Kellen finalmente abrió los ojos y  Lil pensó que incluso éstos eran más claros.

 

  • Hola – le dijo
  • Tengo… sed – dijo él y antes de que Lil pensase siquiera en ir por agua, ya había un vaso con la misma ante sus ojos

 

Lil lo tomó murmurando un Gracias y se lo acercó a los labios a Kellen mientras se preguntaba si además de entrometido, aquel tipo también era adivino.

 

  • Vamos niña, se desangró casi por completo, así que no había que ser adivino y ni siquiera muy brillante, para deducir que despertaría con sed.
  • Varjan – escuchó él a dos voces diferentes que chocaron con mucho escándalo en su cabeza
  • Gracias, Randall

 

Como Lil había decidido dejar de pelear por aquella forma de llamarla y no iba a hacerlo justamente en ese momento, lo obvió pasando a lo importante.

 

  • ¿Cómo te sientes?
  • Nunca había estado mejor – ironizó él
  • Lo lamento – dijo ella y él juntó las cejas
  • ¿Por qué? Al menos esta vez tú no me hiciste nada – dijo y escuchó a Varjan ahogar la risa
  • No me digas que ahora vas por allí dejándote apalear por señoritas de mal carácter, Kell – dijo riendo, aunque dejó de hacerlo pronto – ¡Oye cretino! Si vuelves a hacer eso voy a apalearte así estés… – pero se detuvo cuando Kellen elevó una ceja

 

Con aquel gesto le quedó claro a Varjan que quien acababa de golpearlo no era Kellen, así que inició un pleito mental con el otro cretino dejando en paz a Lil.

 

  • Kellen – dijo ella y él enseguida notó su incomodidad – En aquel lugar estaba… un chico que me llamó hermanita
  • Y quieres saber si realmente es tu hermano, y posiblemente sí, pues había varios de ellos allí

 

El silencio de Lil llamó su atención y agudizó la misma, pero ella estaba resistiéndose a mostrarle nada

 

  • Sé que lo era, porque…era igual a… él – finalizó, pues seguía sin poder llamarlo papá – Y no estoy hablando de un parecido más o menos grande, sino que era como verlo a él, solo que con el cabello más largo
  • Infano – dijo Kellen, pues aunque Samael tenía muchos hijos, aquel era el que encajaba con aquella descripción.

Infano y Haizi eran dos desgraciados accidentes del universo en opinión de la mayoría de los que los conocían, porque aparte de ser una rareza, pues eran hijos de Lilit y los varones de la pareja no sobrevivían, eran en verdad tan malvados y peligrosos que entre los caídos se habían llegado a cuestionar si en verdad eran hijos de Samael y no unos shedims en toda la regla, pero al menos en el caso de Infano, era innegable, porque como acababa de decir Lil, era una copia al carbón de Samael.

 

  • ¿Qué sucede, Randall?
  • Es que… hice algo terrible
  • ¿Y eso fue?
  • Lo ataqué
  • Eso no es algo terrible, sino un servicio público – dijo Varjan
  • ¡Es mi hermano!
  • ¿Qué le sucede a esta chica? – preguntó Varjan

 

Kellen, que estaba perfectamente consciente de que Heylel estaba allí, le pidió que sacara a Varjan o Lil en verdad intentaría sacarle el corazón en cualquier momento, así que un segundo después, el sujeto había desaparecido y Kellen pudo dedicarse a pensar en cómo tranquilizar a Lil, pues recordaba que la idea que ella tenía de familia no era compatible con los que por desgracia hacían parte de la suya.




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