Demons (libro 3. Batalla Final)

Ofrecimiento

Lil llevaba ya mucho rato con Kellen cuando comenzó el desfile de descendientes por aquella habitación.

 

  • Me pareció que este lugar era bastante grande, así que no entiendo por qué están aquí fastidiándome – dijo él cuando se hartó de la situación
  • ¡Prince!
  • Descuida Lil, estamos acostumbrados a su encantador carácter – dijo Midriel
  • Además – escucharon a Bastiel que acababa de entrar haciendo que Kellen cerrase los ojos con resignación – después de esa bonita exhibición que diste en contra de Nael y luego de achicharrar a Camel, es lógico que sintamos como mínimo curiosidad. Una vez que nos cansemos de hacerte preguntas o de citar en los más exaltados  tonos tu habilidad, ya podrás hacernos odiarte en paz de nuevo.

 

Los chicos rieron con su escándalo habitual mientras Kellen se tensaba, pues estaba recibiendo el mensaje de Heylel en relación a que Bastiel llevaría a Lil a ver a Andras. De modo que intentó ubicar a Varjan, pero Heylel también le informó dónde estaba y por qué. Con las cosas así, decidió que había llegado el momento de abandonar la cama.

 

  • Fuera todos
  • Vamos hombre – dijo Suriel – ya escuchaste a Bastiel, y al menos yo…
  • Como quieran – dijo y miró a Lil elevando una ceja
  • ¿Qué? – preguntó ella y a él se le dibujó una sonrisa maligna en los labios cuando hizo a un lado las mantas – ¡Prince! – exclamó girándose

 

Esto obedecía a que él no tenía ni un miserable trozo de tela encima, pero mientras Lil parecía muy indignada, los demás se partían de risa con excepción de Kelly que se había ido derecho hacia la cama.

 

  • ¿Qué crees que haces, Ami?
  • Uyyyy – exclamó un coro de voces

 

Kellen elevó solo los ojos, y aunque el resto de su persona no se movió ni un milímetro, cuando los clavó en la chica fue como si aplicase un freno que la hizo tambalear.

 

  • En primer lugar, no te me acerques, niña. Segundo, no es tu asunto lo que yo haga. Y tercero, si vuelves a llamarme así, comenzarás a echar en falta tu lengua – concluyó poniéndose de pie
  • ¡Kelly! – escucharon la voz de Jeliel que acababa de entrar como una exhalación y había comenzado a toser a continuación
  • ¡Jeli! – exclamaron varias voces
  • ¿Estás loco, Jeliel? – preguntó Dahariel que había entrado tras él
  • Pregunta retórica, ningún hijo de Dan puede estar de otra forma salvo quizá Deliel – dijo Bastiel ahogando la risa
  • Déjame en paz, Dari – protestó Jeliel mientras arrastraba a su hermana hacia la puerta
  • Y tú tampoco deberías estar fuera de la cama – dijo Dahariel al ver a Kellen, pero como éste consideró innecesario contestar pues nada le estaban preguntando, continuó como si nada – ¿Qué les sucede a ustedes dos?
  • Kellen – escucharon la voz de Araxiel y Kellen se frotó la frente – Salgan por favor niños
  • ¡Gracias! – exclamó Kellen en tono exagerado
  • Ellos pueden salir pero tú no, así que vuelve a la cama – y Kellen se giró en actitud peligrosa – No estás en las mejores condiciones para pelear con nadie Kellen, y Virgil ordenó que te quedaras tranquilo porque él se está ocupando

 

Kellen lo dudó por un momento, pues de ser así, el mismo Heylel se lo habría dicho, pero justo en ese momento lo escuchó.

 

  • Siempre ha sido igual, necio. Cuando estás furioso no escuchas una maldita cosa

 

            *******************************************

 

Cuando habían abandonado la habitación, Bastiel se había apresurado a informar a Lil lo que Heylel le había ordenado.

 

  • Linda, hay alguien que quiere verte ¿Me acompañas?

 

Lil comenzó a moverse, pero mientras caminaban, y aunque Bastiel según su costumbre iba hablando, ella comenzó a preguntarse si quien quería verla era Heylel. En los dos últimos días lo había visto solo unos segundos en los que no la había dejado ni hablar, pero después de todo lo que había sucedido, se imaginó que quería reñirla, pero como ella no tenía ni la más mínima idea de cómo había llegado a aquel bosque, y aunque Heylel aun no le había dicho nada, ya ella estaba furiosa. Sin embargo, la voz de Bastiel la sacó de sus pensamientos.

 

  • Lil, él es Deliel, hijo de Danael – le dijo y ella automáticamente se preguntó cuántos hijos tenía Dan
  • Somos más de los que deberíamos – dijo Deliel sonriéndole y ella se sintió apenada – ¿Me acompañas?
  • ¿Tú no vienes? – le preguntó a Bastiel
  • No, yo te espero aquí – dijo con una seriedad impropia de él
  • No voy a comerte – le dijo Deliel y ella intentó sonreírle




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