Demons (libro I. Y Cayeron)

Ayuda

Kenny no había dado muestras de reconocimiento para con el grupo, de manera que ellos tampoco lo hicieron y hasta pensaron que no los había reconocido, algo por lo que Maureen se sentía muy insultada, pues en su opinión, ella era inolvidable. Lo que sí notaron los chicos y a decir verdad toda la universidad, era que Andras y Kenny se detestaban, pues el primero parecía enfermo cada vez que lo veía, y para mayor consternación tanto de Andras como de Lil, en las dos ocasiones siguientes en las que salieron, se encontraron con Kenny, lo que dañó en forma irremediable el ánimo de Andras; así que la incipiente relación que había comenzado entre ellos, parecía haberse estancado, lo que sumó más puntos negativos para Kenny en la escala de Lil.

 

Lil comenzó a preocuparse por el trabajo que tenía que realizar para el señor Whitby, porque, aunque cuando regresó del paseo con su padre, se enteró que el individuo había sido ingresado al hospital y estaba en estado crítico debido a que le dieron dos infartos en una noche, eso no evitaba que tuviesen que entregar el trabajo al suplente del profesor, de manera que finalmente ella había iniciado la investigación.

Lo primero que había hecho era procurarse toda la información disponible en la Web, que en conjunto no era mucha, y Lil llegó a la conclusión de que aquel individuo parecía antropofóbico, pues aunque había mucha información escrita acerca de sus actividades y de la muchas empresas en las que invertía, no había fotografías, aunque sí se hacía mención de su asistencia a eventos de carácter social. Lil también dedujo que el tal príncipe debía ser tan rico como Creso, porque la diversidad de actividades comerciales a las que se dedicaba, parecía abarcarlo todo.

Una vez que hubo reunido todo lo que pudo, se enfrentó a la desagradable tarea de preparar la entrevista, así que envidió de nuevo a los compañeros que no tendrían que pasar por ello, pero se dijo que si aspiraba a ser una buena periodista, tendría que aprender a deslindar sus emociones de su trabajo, y en realidad no tenía motivos para sentir aquella aversión por alguien a quien no conocía de nada. No obstante, el mal nacido aquel comenzó a darle verdaderos motivos para odiarlo, porque después de mucho pensarlo, Lil redactó la solicitud para una entrevista, pero una semana después recibió la escueta respuesta de una tal Fedra Belfor quien suponía sería la asistente del hombre, donde le informaba que Su Alteza no concedía entrevistas. Lil enfureció y pensó en ir a decirle al profesor suplente que aquella parte no se iba a poder, pero luego se lo pensó mejor, pues sabía lo que le diría y era que ningún periodista aceptaba un no por respuesta. De manera que empezó a considerar diversas opciones que incluían desde hablar con su padre hasta hacerlo con Andras, pero en el primer caso estaba segura que Samuel la enviaría a paseo, porque por empezar él ni siquiera había querido que se dedicase a aquello, y con relación a Andras, fue su orgullo el que se lo impidió.

Después de mucho pensar, Lil le escribió otro e-mail a la tal Fedra Belfor explicándole que se trataba de un trabajo universitario y que de ninguna manera saldría publicado en ningún diario, pero el fulano siguió negándose. El día que recibió la respuesta a la segunda misiva, Lil estaba en la biblioteca cuando le llegó el aviso de que tenía un nuevo mensaje, así que cuando lo vio, soltó una maldición.

  • Siempre he dicho que tienes un lindo carácter, Randall

Lil reconoció enseguida la voz de Kenny, pero estaba tan sorprendida, primero de que le hablase y segundo de que la recordase, que no alcanzó a decir nada cuando él ya se había alejado. Lil se olvidó por un momento de su problema y se preguntó por qué Kenny fingía no conocerlos, aunque mucho rato después concluiría que no fingía nada y simplemente se comportaba con la misma antipatía de siempre.

 

Ya iban a mitad de semestre y Lil no había logrado dar con un método que le diese acceso al príncipe, así que comenzaba a desesperarse y a considerar métodos más drásticos como introducirse por la fuerza en alguna de las propiedades del sujeto. Se planteó los diversos escenarios o consecuencias de una acción como aquella y concluyó que lo peor que podía suceder era que la acusasen de allanamiento de morada, suponiendo que lograse algo tan poco sencillo como introducirse en una propiedad que debía estar sumamente custodiada, pero también sabía que si la detenían, en cuanto su padre se enterase, la policía iba a pasarlo mal, porque aunque después se la comiese viva, Samuel no iba a permitir que su hija estuviese presa por ningún período de tiempo, de manera que una vez analizado todo esto, el problema era averiguar dónde podía estar el sujeto en cuestión, pues su agenda ciertamente no era de dominio público, así que comenzó a seguir con atención las menciones que se hacían de aquel personaje en la prensa y la clase de eventos a los que solía asistir, para lo que se procuró la ayuda de Maureen que estaba más al tanto de las recepciones que se ofrecían en el mundo de los privilegiados.

  • ¿Dónde demonios estás?  --  se preguntó en voz alta alrededor de quince días después de haber iniciado su cacería
  • Hablar solo no es un buen síntoma, Randall  --  escuchó  a su espalda, pero en esta ocasión se sobresaltó menos
  • Y tú sigues siendo el mismo entrometido de siempre, Prince  --  contestó sin volverse
  • Tal vez en aquella oportunidad podías haberme acusado de entrometido, pero no ahora, pues eres tú la que va por ahí hablando sola
  • Pero nadie ha pedido tu opinión
  • No, pero sí me obligas a escucharte, es justo que yo haga lo mismo
  • ¡No te obligo a nada!  --  dijo con indignación
  • Tienes razón, no me obligas solo a mí, sino a todos




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.