Demons (libro I. Y Cayeron)

Aclarando

Maureen alcanzó a Lil y sujetándola por el brazo la arrastró con ella hasta un espacio menos concurrido.

  • Creo que alguien se saltó algunas partes importantes de cierta entrevista  --  le dijo mirándola en forma acusadora

Lil sabía que no había forma de que Maureen le creyese si le decía que en verdad no recordaba la cara de aquel sujeto hasta el momento en el que lo vio, pues ni ella misma podía creerlo, así como no podía creer que se hubiese dejado besar por aquel cretino arrogante. Sin embargo, intentó ser tan honesta como le fue posible con Maureen, pero la actitud de su amiga hizo que tuviese deseos de golpearla.

  • ¡¿Te besó?!  --  exclamó Maureen
  • Baja la voz, Mau  --  dijo Lil con apremio
  • Olvida mi voz y cuéntamelo todo  --  dijo emocionada  --  ¿Qué se siente que una hermosura de hombre como ese…?
  • ¡Maureen!
  • ¿Qué? Si me dices que no es lo más parecido a un Dios griego que hayas visto, te juro que…
  • ¡Es un estúpido cretino y arrogante que se cree dueño del universo!  --  exclamó ella y Maureen elevó las cejas
  • Pues yo no me molestaría tanto si un cretino como ese se fijase en mí

Lil se llevó una mano a la frente pensando que no había caso, pues la línea de pensamiento de Maureen era recta, uniforme y en un solo sentido cuando se trataba de chicos.

 

Mucho más tarde y en un bar de mal aspecto, Virgil estaba encaramado sobre un taburete que parecía a punto de ceder bajo su peso, y miraba el vaso que tenía frente a sí como si en él estuviesen escritos los secretos del universo.

  • Yo en tu lugar no me bebería eso  --  escuchó la voz de Noah
  • ¿Por qué? Sabemos que no va a matarme  --  dijo sin mucho interés
  • No, pero no veo la necesidad de arriesgarse a un molesto dolor de cabeza o a una casi segura infección intestinal, igualmente molesta
  • ¿Qué hay?  --  preguntó ignorando las advertencias, pero Noah miró a su alrededor
  • Un tanto deprimente tu elección
  • Noah  --  dijo en tono ominoso
  • Nada hombre, ella está bien, aunque tiene una pésima opinión de tu persona, creo que te llamó… cretino arrogante

Virgil se llevó el vaso a los labios y despachó de un solo trago la dudosa bebida mientras Noah cerraba los ojos con resignación. Noah había conocido a Virgil durante toda su vida, y aquello abarcaba una enorme cantidad de tiempo, pero a lo largo del mismo, y aunque lo había visto pasar por todos los estados imaginables que iban desde la más violenta y destructiva ira hasta la más abyecta tristeza, pasando por la euforia, la desmedida satisfacción o la sed de venganza, era la primera vez que lo veía tan abatido, y aunque él era quién podía decir que mejor lo conocía,  la única razón posible para lo que estaba viendo ni él mismo podía creérsela, pues era una en la que le habría gustado no pensar, pero dadas las circunstancias, y aunque era posible que ni el mismo Virgil lo hubiese notado, era la única explicación por increíble que esto pudiese ser.

  • ¿Qué tal si vamos a…?
  • Lárgate tú si quieres, yo estoy perfectamente aquí
  • Vamos Virgil, este es un lugar miserable y…
  • Justo donde debo estar ¿lo has olvidado?
  • No por favor, no empecemos con eso de nuevo  --  dijo Noah con fastidio  --  ¿Acaso has estado hablando con Abe?
  • No es necesario, tengo buena memoria

Noah iba a decir algo cuando tanto él como Virgil se tensaron al sentir una presencia sumamente odiosa.

  • Los chicos de Ahri  --  dijo Noah
  • Maldición
  • Si querías paz y tranquilidad, escogiste muy mal  y es mejor salir de aquí antes de que comiencen con su trabajo

No obstante, Virgil no se movió y Noah pensó en la conveniencia de llamar a alguien más, pues a juzgar por la cantidad que estaba viendo llegar, la fiesta iba a ser grande, y como no sabía qué actitud iba a tomar el voluble Virgil, era mejor estar preparado.

  • Vaya, vaya  --  escucharon una voz desagradable  --  mira nada más a quién tenemos aquí
  • No estoy de humor, Ahri  --  dijo Virgil
  • Nunca lo estás, alteza, pero lo que me interesa saber es si vas a fastidiarme las cosas

Como Virgil no dijo nada, Ahri miró a Noah, pero este se limitó a devolverle la mirada con el mismo nivel de frialdad que la de Ahri, así que éste se giró y se alejó. Un momento después escucharon una conmoción, indicativo de que ya Ahri había iniciado su trabajo. Se escucharon un par de disparos, el ruido de las sillas o las mesas rompiéndose, los gritos de algunos de los presentes y una alarma lejana, pero ni Virgil ni Noah se movieron de donde estaban hasta que un cuerpo, literalmente les cayó encima. Virgil vio al chico que no debía tener más de dieciséis o diecisiete años, de cuyo pecho brotaba a borbotones la sangre mientras la luz de sus ojos lentamente se apagaba. Virgil sabía que aquel era un caso perdido, pues tenía el cuerpo saturado de droga y era cuestión de tiempo para que él mismo se procurase un final parecido, sin embargo, colocó su mano en la cabeza del chico y miró a Noah.

  • Encárgate
  • Virgil, no vale…
  • ¡Solo hazlo!  --  le ordenó




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.