Demons (libro I. Y Cayeron)

Oportunidad

Virgil se había quedado estático al escuchar a Lil, pero si bien su primera intención había sido la de responder que no sabía nada acerca de su identidad, salvo que al verla supo que era una nephilim, cuando ella completó su acusación, él se olvidó de lo otro y estaba tan ocupado preguntándose cómo no había pensado en algo tan importante, que no registró la exclamación de Kellen ni el movimiento hasta que sintió el dolor en su pecho. No obstante, antes de que Noah y Leah acertasen a moverse, ya él había lanzado al chico contra una pared, aunque luego cayó él.

Leah y Noah se apresuraron a socorrer a Virgil, mientras que Lil demoró un poco más en reaccionar, pero cuando lo hizo y logró moverse hasta donde lo habían colocado, sintió algo horrible en su propio pecho al ver la mancha roja que se extendía por el de Virgil.

  • Noah… Jaz-e [1]  --  dijo Virgil en tono apagado
  • Lo sé, estoy en ello  --  le contestó

Noah había abierto la camisa de Virgil y maldijo para sus adentros al ver el daño, aunque cabía sorprenderse poco teniendo en cuenta quién se lo había hecho, pero se avocó a repararlo mientras Leah intentaba tranquilizar a Lil.

  • ¡Ustedes dijeron que no podían morir!  --  estaba diciendo Lil en forma histérica
  • Y así es, Lil, pero eso no nos evita el dolor, como también te lo hemos dicho

No obstante, Lil no estaba completamente convencida de ello y seguía mirando con auténtico espanto la escena.

  • Nena, no…  --  murmuró Virgil y elevó sus ojos hacia ella, aunque no pudo concluir la frase

Aquello contribuyó poco o nada a tranquilizar a Lil, pues en cuanto fijó sus ojos en los de él, tuvo la clara sensación de que la vida y la luz de los mismos disminuía, de modo que cuando los cerró, ella ahogó otra exclamación y apretó con tanta fuerza el brazo de Leah, que ésta tuvo que retirarlo antes de que se lo rompiese.

  • Kar Li  -- dijo Virgil un momento después y Noah se detuvo quitándose la chaqueta
  • ¿Qué dice?  --  preguntó Lil
  • Que tiene frío  --  le contestó Leah mientras Naoh lo cubría

Los segundos se convirtieron en minutos y éstos se tradujeron en horrorosas imágenes en el cerebro de Lil, pero independientemente de lo que ella estuviese pensando o sintiendo, en cuanto Noah se levantó, ella se arrodilló al lado del sillón y comenzó a llorar.

Una vez que Noah concluyó su trabajo, caminó hacia aquel de quien todos se habían olvidado. Kellen que no se había movido de donde había caído y se sujetaba la cabeza con las manos, pero no pareció ver a Noah hasta que se sintió violentamente sacudido.

  • ¿Qué sucede contigo, Kellen?  --  pero el chico no contestó  --  ¿Estabas dispuesto a entregársela a Satanael y sin embargo atacas a quien de veras la ama y que además es tu…?
  • ¡Ese maldito no ama a nadie más que a sí mismo!
  • Estás olvidando algunas cosas, muchachito  --  le dijo con una nota muy alta de ira  --  Y es una pena que no puedas morir, pero te…
  • Noah  --  escuchó y se detuvo girándose hacia Virgil --  Lo [2]

¿Lo qué? Se preguntó Lil, pero fuera lo que fuere lo que había querido decir Virgil, no agregó nada más, sino que volvió a cerrar los ojos y Lil miró a Leah.

  • Él va a estar bien, solo necesita descansar un momento para reponerse. No te preocupes, aparte de que no podemos morir, Noah es muy bueno sanando cualquier clase de herida, es un ángel sanador  --  le dijo

Aunque a Lil le parecía más un ángel travieso, agradeció  mentalmente a los cielos el tenerlo allí. Entre tanto el individuo en cuestión, en ese momento no tenía aspecto de querer sanar a nadie, sino de hacer pedazos a Kellen.

  • Si te mueves o vuelves a abrir tu sucia boca sin mi autorización, te juro que te enviaré a Bayal con tantos agujeros que demorarás una centuria en sanar

Kellen aún estaba furioso con Virgil, pero en ese momento miró a Noah con algo parecido al desprecio y una sonrisa malévola se dibujó en sus labios.

  • ¿Y en verdad crees que podrías hacerme algo, Araxiel? Porque sí es así, el estúpido eres tú, porque puedes enviarme a Bayal, pero de lo otro, estás muy lejos – dijo con una arrogancia que Noah conocía bien, pero además, agregó – Tú no eres Virgil

Leah se habían tensado al escucharlo, pero afortunadamente Noah no era estúpido, así que se contentó con mirarlo mal y dándole la espalada, se alejó.

Cerca de mediodía, Virgil despertó por fin y se incorporó sobresaltando a Lil.

  • ¡Ey! Con cuidado, amigo  --  le dijo
  • Descuida, estoy bien

Y evidentemente así era, pues las heridas estaban completamente cerradas y su pecho lucía limpio y sin rastros de las mismas, pero la visión del torso desnudo trajo a la memoria de Lil las imágenes del resto del conjunto en el mismo estado y  sus mejillas se colorearon, de modo que desvió la mirada con rapidez.

  • Noah…  --  comenzó Virgil poniéndose de pie
  • Olvídalo Virgil, no sucedió lo que piensas  --  lo interrumpió él
  • ¿Cómo que no? Era yo él que estaba allí, no tú




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