Desastre en las nubes

15. Una noche conmigo

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Nancy sonrió con ironía cuando tuvo que regresar al trabajo y no encontró ni una sola llamada por parte de Niklas. Era de esperarse, él nunca se podría interesar en alguien como ella, como lo hizo hace años. Se puso el uniforme del trabajo, entró algunas cosas en su maleta y examinó bien su horario de trabajo, antes de tomar el mismo taxi de siempre que llegaría en unos minutos a casa.

Niklas no fue con ella a casa cuando la encontró en el parque, mejor dicho, le dijo que tenía que irse a casa con su abuelo por algo.

— ¿No me llevas al trabajo, mami? —Joshua le pasó el botecito con el medicamento—. No quiero quedarme aquí.

— No, tienes que quedarte con tu tía —Nancy lo llevó hasta la sala—. Mamá irá a trabajar, los medicamentos son más caros y hay que pagar la renta de la casa.

— Pero si voy a morir…

— Bien, ya me enojaste con eso de que vas a morir —Nancy chasqueó la lengua—. No digas esas cosas, porque después verás a mamá enojada.

— Lo siento, mamá —Joshua le agarró uno de los extremos de la falda—. Solo quería ver a mi papá…

— Niklas no es tu padre —Nancy puso los ojos en blanco—. Aún no se me olvida la idiotez que hiciste para que ambos estuviéramos juntos.

— Pero funcionó, mami…

— No, no funcionó —se metió Yilda, dejando algunas cosas en la mesa del comedor—. Sabemos que quieres ver a tu madre, pero puedes tomar el celular de ella y llamar a Niklas. Aparte de eso, mira que dejaste que una loca te metiera en una maleta.

— Bueno, es que yo sí…

— Joshua, solo no hagas más cosas —pidió Nancy, con el labio tembloroso—. Me iré a trabajar, regresaré en unas horas. De lo contrario, les avisaré si tomo otro turno. Necesitamos comprarle los medicamentos y las muestras que me dieron en Estrasburgo, se acaban antes de fin de mes.

— En el hospital hay, puedo usar mi seguro…

— Ya estamos usando el que me dieron en el trabajo —levantó las cejas—. El seguro no cubre todo y el tiempo se nos agota…

— Puedes ir con la familia de esa niña…

— Ella es sobrina de la reina de Inglaterra —intervino Joshua—. Es una niña malvada…

— Bien, dejémoslo así —Yilda levantó las manos—. Saldré hoy, tengo trabajo, pero Joshua puede ir conmigo.

— Bien.

Nancy le dio un beso a su hijo en la frente y un abrazo a su amiga, antes de salir de la casa en donde el señor Lerman la esperaba. Era un buen taxista, siempre con ella…

— Buenos días, Nancy —el señor puso la maleta en el asiento trasero—. Veo que el pequeño desastre está en casa.

— Sí, saldrá hoy con Yilda —Nancy entró al auto—. Han sido unos días complicados, pero todo saldrá bien.

— Tengo mis oraciones para que el pequeño encuentre un corazón pronto.

Ella asintió y vio el número de Niklas en las llamadas salientes. El camino al aeropuerto era más o menos bueno, le daba tiempo para pensar en algunas cosas y una de ellas era Niklas. Era su primer día de trabajo, temía ser juzgada por otras personas por algo que ella no hizo, pero que era obvio que la iban a mirar mal de inmediato.

Le dio al número de Niklas, quería que él estuviera ahí, pero no lo hizo. Debía tener orgullo para no llamarlo.

Llegó al aeropuerto, y el taxista le ayudó con su maleta. Todo iba bien, nadie la miraba de manera extraña, así que fue a ver con quién le tocaba viajar.

— Oye, pensé que ibas a tomar más días —Ally la abrazó—. ¿Y tu hijo?

— Se quedó en casa con Yilda —firmó su hoja de ingreso—. ¿Conmigo hoy?

— Como cada maldito día —Sariel le guiñó el ojo—. También estará Niklas. Es un vuelo hasta el momento con pocos pasajeros, pero ves que somos tres mujeres inseparables.

— Espero pronto poder olvidarme de esto.

Hely apareció con otras mujeres cuando ella y sus amigas iban de salida. No cabía dudas de que las cosas iban a ser difíciles, pero sobre todo, que ahora que ella la vio con Niklas en Francia, pues sería duro.

Fue al área de revisión de equipaje, manteniéndose en la fila antes de ir al avión que le correspondía.

Vio a Niklas subir, y como le tocaba en el área de la gente millonaria, pues sería un viaje directo a Lisboa, capital de Portugal, como el primer vuelo. Revisó que todo estuviera bien con los pasajeros, antes de indicarle al piloto a cargo, el cual era Niklas, que en el área de primera clase todo estaba bien. Incluso, se quedó unos pocos segundos esperando alguna respuesta por parte de él que nunca llegó.

Tuvo que contenerse durante las horas de vuelo para no matar a una persona, ya que los de la primera clase eran más exigentes que los de clase turística.

Cuando llegaron después de casi cuatro horas de vuelo, siguió el mismo protocolo de siempre, revisó todo, antes de bajar con las otras personas.

— Nancy… —Niklas la llamó, sin importarle que otras personas estuvieran presente en el área, incluso, que otras azafatas de vuelo comerciales de otras aerolíneas estuvieran presentes—. ¿Podemos hablar un momento?

— Tengo que ir al baño y un vuelo que tomar en una hora…

— Escucha, no nos tomará mucho tiempo para ir a lo que sea que querías hablar conmigo —Nancy se hizo a un lado para dejar pasar a las otras personas—. Entendí que no estás interesado en mí.

— Eso no es lo que quise decir —él tenía el ceño fruncido—. Mejor hablemos en otro lado —le apuntó hacia la pista de aterrizaje, en dónde solo quedaban muy pocas personas.




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