Descendientes *disponibles primeros capítulos*

Capítulo 9

 

~Elina~

―Toma asiento ―digo señalando los sillones del despacho de Bail. Armen me mira inquisitivo, mientras se acomoda. Con todo el asunto de Danko y Mai no había podido hablar con él sobre lo que dijo Mires. Me ubico frente a él y le pongo mala cara―. ¿Cuál es el punto de decirlo, si puede leer mis pensamientos? Apuesto a que ya lo sabes.

―Solo puedo ver los que me permites saber ―asegura sin mostrar una pizca de gracia―. ¿Qué fue lo que te dijo Mires?

Tan formal. Desde que conozco a Armen siempre ha sido un tipo reservado y serio, pero sobre todo muy astuto e intuitivo. Sin duda alguna, fue eso lo que le concedió la habilidad de poder leer las mentes de los vampiros. Afortunadamente, él no indaga a menos que sea necesario. Y eso es un alivio.

―Estaba un poco sorprendido con el hecho de que pensaras que él podía saber algo, pero prometió revisar los libros y diarios de Vasyl para ver si encontraba algo que pudiera ayudarnos. Aunque no cree que sea muy útil.

―Está bien ―ladea el rostro y frunce el ceño―. No obstante dijo algo más que te inquieta ¿cierto? ―Sonrió. Nada se le escapa.

― ¿Ves? Estas leyendo mi mente ―me quejo apoyándome en el respaldo del asiento, cruzando las piernas―. Deja de hacer eso o te acusare con Gema ―Sonríe ligeramente y niega, recuperando su expresión neutra. Solo Gema es capaz de sacar a flote esa faceta suya―. Mencionó algo en lo que no dejo de pensar ―confieso incomoda―. ¿Sabías que Gema fue a ver a Vasyl unos días antes de que la secuestraran?

―Si ―responde con tranquilidad.

― ¿Y sabes que fue lo que hicieron? ―Frunce el ceño.

―Vasyl intento ayudarla a recuperar sus memorias ―Así que fue eso. ¿Habrá visto algo en particular? 

―Ya veo ―murmuro pensativa. Tiene que estar relacionado, por desgracia es imposible saber lo que ella vio o descubrió.

― ¿Por qué lo preguntas?

―Mires aseguro que después de eso, Vasyl se comportaba extraña y que justo el día de su muerte, hablo sobre “los descendientes del demonio”.

― ¿El demonio?

―Sí, él piensa que se refería a un fundador. Lo sé ―digo al ver su expresión de incredulidad―. No hay ninguno de los primeros con vida. Pero ella aseguro que uno de ellos regresaría para recuperar el trono. ―La intranquilidad se refleja en su rostro, pero es solo una fracción de segundo. Aun así, no me ha pasado desapercibida―. ¿Sabes qué significa? ―Niega sin mirarme a los ojos.

Lo dicho, Armen es demasiado reservado y me da la impresión de que sabe más de lo que aparenta.

Un golpe se escucha en la puerta. Hago una mueca. Se supone que he indicado que nadie nos interrumpa.

―Pase ―responde él sin volver el rostro. La puerta cede y Anisa aparece. Al verme pone mala cara, pero entra―. Le he pedido que venga, porque hay algo que tienes que saber ―explica.

Las ganas de molestar a Anisa desaparecen al escucharlo. «Algo que tengo que saber».

Anisa avanza y se sitúa a su lado, mirándome con la misma expresión de malestar.

―Seguimos el rastro encontrado en la cascada ―comienza a decir, con tono formal― y comprobamos que se trata de un hibrido. Abiel cree que fueron dos los que llevaron el cuerpo hasta el lugar.

―Híbridos ―murmuro sin ocultar mi sorpresa. Era algo que se especulaba, obviamente no podían ser Farah o Knut―. ¿Encontraron el lugar? ―inquiero intrigada.

―Su rastro se extiende a varios kilómetros de la cascada y se interna en el bosque, más allá de la montaña. Es territorio no explorado, así que no quisimos arriesgarnos y continuar. Sin embargo, he hablado con Irina para que me acompañe y seguir el rastro hasta encontrar de donde proviene.

― ¿Uriel está de acuerdo? ―pregunto. Anisa se encoje de hombros.

―Irina es una de las mejores rastreadoras y a diferencia de Abiel, no tiene miedo ―Sonrío divertida. Ni el pobre de Abiel se le escapa.

―También es una fundadora ―le recuerdo, con el afán de molestarla.

“Si estas intentando hacerme sentir menos, déjame decirte que no me importa. No quiero ser una fundadora estirada como tú… comprenderás”.

― ¿Sabes lo que eso significa? ―interviene Armen, mirando de reojo a Anisa. La ignoro y asiento.

―Estamos hablando de que ahí afuera no solo tenemos híbridos, sino vampiros y humanos ¿correcto?

“Vaya, pensé que solo tenías la cabeza de adorno”. Comenta con malicia Anisa.




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