-Revisado-
CAPITULO 22
EL FINAL DE LA VENGANZA DE AISE
*Pov de la mujer*
-Tú me escupiste cuando estaba a punto de morir –dijo sonriendo de la manera más escalofriante que había visto, sus ojos brillaban de resplandor cada que mencionaba la muerte, mi esposo no dice nada y solo la mira de lejos, pero por la forma en la que aun intenta romper las cadenas se puede ver lo desesperado que está por salir de este lugar—
-¿Qué nos vas a hacer?— dijo mi esposo—
-Matarlos—dijo viéndonos fijamente con esa mirada que nunca había visto en alguien, una mirada que me dan escalofríos de ver, ella se empezó a reír frenética y los demás la veían de lejos—hubieran visto sus miradas—dijo aun riendo tocando su estómago de la risa y de la nada dejo de reír— Los hare pagar—dijo empezando a caminar por una caja— ¿Sabes que se siente ver como alguien tan querido a ti está sufriendo dolor?— dijo preguntándome y negué— que lastima hoy veras lo que es que alguien que quieres sufre y el vera como tu sufres— dijo tomando las manos de mi esposo, puso unos metales en sus manos y los ató con una venda, mientras que una chica también hacía lo mismo conmigo ¿acaso era un detector de mentiras?—
-Ella no es la misma Aise así que no la subestimes— dijo la chica que me estaba vendando y yo reí—
-Él ya está— dijo Aise y voltee a mi esposo, el al igual que yo miraba con curiosidad que eran esos palos de metal en nuestras manos, Aise no respondió y nos puso una esponja absorbida con agua en la cabeza y nos hizo morder un pañuelo—
-Ella igual— dijo la chica que me estaba vendando terminando de amordazarme —
-Empecemos— dijo Aise tomando un control que estaba conectado con ambos metales de mis manos y ambos metales en las manos de mi esposo—
-¿Para qué quieres un detector de mentiras si lo sabes todo?- Dijo mi esposo—
-¿Crees que es un detector de mentira?— dijo Aise sonriendo— Porque no lo prueban— dijo empezando a moverle al control y a los pocos segundos...—
-AHHHHHHHHHHHHHHHHHHH – gritamos al unísono yo y mi esposo—
-Este aparato no me dice cuando mienten, pero los hará sufrir mientras siga prendido, la energía aquí dentro es demasiado fuerte, ¿pueden creer que apenas está en el nivel dos y ya se están retorciendo?— dijo Aise sonriendo—
-MALDITA LOCAAAA— escupí el pañuelo de mi boca y grite cuando ella pauso la máquina —
-¿Cómo me has dicho mujer?— dijo viéndome seria y sentí como su mirada me hacía temblar ¿Por qué mi propia hija tenia este efecto en mí?—
-SOY TU MADRE— dije gritando con la poca valentía que tenía—
-¿Mi madre?— dijo preguntando— Una madre cuida a sus hijos—dijo volviéndole a la máquina para darme electroshocks cortos que luego ella apagaba— una madre está ahí para proteger a sus hijos—dijo prendiéndola y apagando – amarlos— la prendió y apago de nuevo— cuidarlos—dijo prendiéndola y apagándola— y no matarlos— dijo lo último y la dejo un tiempo en nosotros, vomitaba y me hice pipi al igual que mi esposo, ella estaba loca, estaba en un estado lamentable y solo quería salir, mi frente sudaba frio de lo que ella había causado, a los pocos segundos de que me desmayara por sexta vez un hombre nuevo había entrado a este lugar, su cara me era familiar y no sabía el porqué, todo me daba vueltas mientas que los veía, mi esposo también parecía reconocerlo, lo pude notar por el asombró al ver al hombre—
-¿Qué haces tú aquí?— dijo mi esposo y Aise sonrió mientras que el hombre solo nos volteaba a ver sin decir nada—
-Eso no te importa— dijo Aise riendo y ahí fue cuando lo recordé, él es el mismo hombre de hace unos años, él fue el que nos arrestó a mi esposo y a mí, él fue… el que corrió a salvarla—
-¿Tu salvaste a esta loca?— dije intentando causarle un tipo de remordimiento—
-Que feo habla de mi madre—dijo Aise y yo solo pasé saliva en seco, no me quedaba nada de líquidos, la palabra madre que tanto demandaba salió de sus labios pero por alguna razón esa palabra no la quería escuchar— Tráiganlo— dijo Aise mandando a los tres chicos que veían todo de lejos—
-Claro mi reina— dijo un chico—
-Apuesto 1 hora más— dijo la chica que me vendo las manos—
-Apuesto por 30 minutos más— dijo el chico que le acaba de decir reina a Aise—
-Apuesto por 40—dijo otro chico—
Aise nos quitó las vendas de las manos y los electroshocks cayeron al piso al instante, yo suspire y Aise solo quitó el candado, al igual que el hombre lo hizo con mi esposo, las cadenas cayeron al piso, Aise empezó a caminar atrás de mí y yo con un cuchillo que guardaba vi a ese hombre, fui rápida y puse mi cuchillo en el cuello de este
-Suéltalo—dijo con furia Aise—
-Morirán aquí— dije orgullosa aferrándome al cuchillo—
-¿Segura?— dijo Aise sonriendo y en un movimiento rápido puso un cuchillo lo suficientemente grande que abarcaba todo el cuello de mi esposo—
-NO, suéltalo— dije demandante—
-Suéltalo y suelto a esta escoria— dijo y yo reí al igual que mi esposo—
-Tu no serías capaz de hacerle daño—dije riendo—
-Ni siquiera pudiste matarme antes, ¿Qué te hace pensar que ahora puedes?—dijo mi esposo y ella empezó a reír causando que mi esposo y yo dejáramos de reír—
-¿Qué te hace pensar que soy la misma?—dijo clavándole poco el cuchillo a mi esposo, sentí como mi respiración empezaba a fallar de preocupación viendo como la sangre empezaba a chorrear de su cuello gota por gota, no supe en que momento yo me encontraba en el piso sin mi cuchillo y mi esposo igual en el piso—
-Apestan—dijo el hombre y Aise sonrió—
-¿Deberíamos hacerlos abuelos?— dijo Aise y yo me tensé—
-¿Abuelos?— dijo mi esposo y ahí recordé lo que un tipo que veía de lejos dijo—
-¿Tu cuñada?— dije apuntando a él chico que lo había dicho—