Descubriendo lo que es amar

Capítulo 3: Bree

No tengo idea quién es la señora de cabello castaño y ojos azules que nos observa con el ceño fruncido y las manos en sus caderas.

Mi sexto sentido me dice que esto no es bueno.

—No, madre, no es lo que crees. —habla él.

¿Madre? ¿Es su madre? No, esto no debió pasar. Tengo que salir de aquí. Ya suficiente tuve con mi ex suegra que tenía como pasatiempo favorito pisarme los ovarios.

Su madre nos vio besándonos y¿cree que somos novios? Si creía que cruzarme a mi ex con su nueva novia sería un completo desastre, es que no imaginé a mi vecino besándome y que su madre nos viera.

—Hola, señora. No somos novios. Nosotros…

—Apenas comenzamos a salir. —acaba de decir Franco.

Lo miro con la boca abierta.

¿Qué dijo?

—Oh, bueno, me hubieras dicho que salías con alguien—la mujer toma mi mano—. Me llamo Paula Stanton. Puedes llamarme Paula. Eres muy bonita—acaricia mi mejilla y mira a su hijo—. Me alegra que tengas buenos gustos… —se aparta y pasea la mirada entre ambos—. ¿Cómo se conocieron? ¿Hace cuánto tiempo salen? —me mira—. ¿Deseas tener hijos? Porque quiero nietos.

Franco niega con la cabeza y toma mi mano.

—Mamá, la estás asustando. Por eso no quería presentártela todavía. Primero quería conocerla mejor y ver si la relación funciona antes de que la conocieras.

Yo me quedo muda sin saber que decir. No quiero mentirle a la madre de mi vecino, pero tampoco decirle la verdad frente a su hijo y tacharlo de mentiroso. Es obvio que tienen buena relación y no quiero arruinar eso. Además, él me ayudó a no quedar como una tonta delante de mi ex.

—Bree, ignora a mi madre y vámonos.

—¡Qué bonito nombre!

—Yo debo ir. Tengo que recoger a mi hija.

—¿Tienes una hija? Oh, vaya, eso es genial. Puedo tener una nieta adoptiva hasta que lleguen los propios, si es que llegan antes de que me muera…

Franco está a punto de asesinar a su madre. Y yo me río cuando me pongo nerviosa. Evito hacerlo para no quedar como una tonta.

—Sí, y una amiga se quedó con ella mientras yo hacía unas compras.

—Claro, los hijos están primero. Ven a cenar a casa mañana por la noche. Franco te llevará.

—Mamá…

—Me queda poco de vida y lo sabes, deja que disfrute del momento. No me has dicho como se conocieron.

Arrugo el ceño y Franco me mira con disculpas.

—Somos vecinos—respondo—. Yo me metí en su casa buscando a mi gato que se había escapado.

La señora ríe.

—Seguramente buscó a Franco. Los animales lo aman y él también. Si no tiene mascotas es porque lloró mucho cuando su perro…

—Mamá, ya deja de hablar de mis llantos. ¿No tenías que reunirte con papá? Mejor vámonos, no retrasemos más a Bree que debe ir por su hija Triana.

La señora se lleva la mano al corazón.

—Triana, que bonito nombre e imagino que la conoces. ¿No, Franco? Él es bueno con los niños también y cocina que da miedo. Te has ganado la lotería con mi hijo y no lo digo porque sea mi hijo. ¿Has visto sus músculos y su trasero?

Ahogo una carcajada.

Esta mujer no se parece en nada a mi ex suegra. Es divertida y me encanta como resalta los atributos de su hijo. Y debo darle la razón.

—Ya basta, mamá. No hables de mi trasero. Si no quieres que me enoje, te pido que me esperes en el auto mientras me despido de Bree. La vas a espantar acorralándola de esa manera y no podrás culparme a mí por dejarte sin nuera y nietos.

Muerdo el labio inferior evitando reír. La señora me cae bien. Me recuerda un poco a Sophia, aunque esta mujer es mucho más descarada.

Sé que Sophia estaba obsesionada con casar a sus hijos e hizo muchas cosas para arreglarles citas. Sus hijos casi dejan de hablarle.

Al parecer Franco sufre lo mismo, pero en un nivel evolucionado.

La señora se despide diciendo que me espera mañana con mi hija en su casa para cenar. Quiere agregar algo más y se calla cuando se encuentra con la mirada de su hijo. Se va avisando que lo espera en el auto.

—¿Cómo fue que terminamos fingiendo ser novios frente a mi ex esposo y pasamos a salir juntos delante de tu madre?

Franco se pasa la mano por el cabello.

—Cosas del destino que se divierte fastidiando nuestras vidas. Mi madre tiene un problema cardiaco, no le queda mucho tiempo de vida, dijo el médico, aunque a simple vista está mejor que yo. La emoción en su mirada al vernos juntos, me sobrepasó. El problema cardiaco nos ha afectado y ella lo único que desea es verme casado con hijos.

—Entiendo y lamento lo de tu mamá. Yo perdí a la mía hace varios años de cáncer y nunca se termina por superar. Mi padre quedó destrozado y abatido por muchos años hasta hace tres años que conoció a una mujer fantástica y se casó con ella.

Él asiente.




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