Descubriendo lo que es amar

Capítulo 7: Bree

Observo el lugar sin estar convencida. Es grande y espacioso, pero esperaba que tuviera más ventanas y necesitara menos arreglos.

La idea es que sea un lugar sofisticado sin ser demasiado exagerado.

—¿Y qué opinas? —pregunta Sophia—. Tal vez necesite un par de arreglos, pero una vez que eso se haga, quedará espectacular.

Le brindo una sonrisa.

—Me gusta el espacio, sin embargo, arreglar este lugar llevará muchísimo tiempo. Veo humedad en las paredes, lo que significa que no hay buena ventilación o alguna perdida de agua. En el primer caso, habría que forzar alguna ventilación y no veo donde se pueda hacer eso, y en el segundo caso habría que revisar los caños de agua y cambiarlos en caso de ser necesario…

—Entiendo, mejor sigamos viendo.

—Sabes mucho. —resalta London apareciendo con mi hija agarrada de su mano.

Hoy Triana está tranquila. Su nuera London decidió acompañarnos a Sophia y a mí, dejando a sus hijos con el padre. Mi hija es la única como centro de atención, cosa que adora.

—Guaf, guaf… —dice Triana señalando el perro que corre en la arena con su dueño cerca. Agarra mi mano e intenta tirar de mí—. Mamá.

—No, cariño, el perro y su dueño están haciendo ejercicio.

—Debemos irnos. —anuncia Sophia.

Las tres dejamos el lugar. El dueño que se suponía que debía mostrarnos el lugar sigue hablando por teléfono. Parece que discute con alguien, así que lo dejamos solo que sé de cuenta.

Sophia se despide de nosotras, debe reunirse con mi padre y quedo en verla en la noche porque iré a cenar con ellos dado que tienen que irse a los viñedos durante unos días. Pronto será el festival anual de la cosecha, donde papá organiza una fiesta durante el último día para celebrar el éxito de la recolección de uvas para los vinos y licores.

De niña disfrutaba mucho de la vendimia e iba al campo con mi madre ayudando en la recolección de uvas, luego me involucraba en el proceso de la creación de vinos y bailaba toda la noche en la fiesta.

Mi idea es que Triana viva esa experiencia como yo con mi madre, sin embargo, quiero esperar uno o dos años más antes de hacerla partícipe.

Este año iré al final porque no puedo dejar pasar lo del restaurante. Ya lo pospuse años y me prometí a mí misma que no iba a dejar pasar más tiempo.

Todavía no he encontrado el lugar correcto, tengo que ver las modificaciones que debo hacer y luego están los muebles, el personal a contratar, incluyendo un chef porque no soy experta y no puedo crear una carta por mi cuenta por más que tenga la que mi madre creó cuando hablamos de este sueño. Claro que tendría que hacer modificaciones y solo un chef profesional podría ayudarme con eso. Y no debo olvidarme de los permisos, inspecciones y todo el papeleo.

Definitivamente, este año no iré a la vendimia. Por suerte a Sophia le encanta y es muy organizada, pudiendo ayudar a mi padre sin problemas.

—Te invitaría un café si no supiera que mi esposo debe estar deseando que regrese. Tiene mucha paciencia con los niños, pero son demasiados activos.

Río.

—Mi hija vale por los dos tuyos. Es egoísta, cosa que los tuyo no son—reímos—. Es triste decir eso de mi propia hija.  

Acomodo a Triana en su sillita y subimos al vehículo.   

—Ya aprenderá. Ha estado acostumbrado a estar sola—informa London—. Por lo menos obedece cuando le pides que te dé algo, mis hijos no siempre.

—Depende del humor del que esté.

—Lamento que tengas que desviarte para llevarme a mi casa. Ojalá me animara a conducir.

—No es ninguna molestia. Con respecto al miedo a conducir, tal vez deberías empezar agarrando el auto y saliendo de a poco, hasta que te vayas acostumbrando.

—No, la última vez frené el auto de golpe, casi provocando un accidente. Aiton estuvo a punto de agarrarse a golpes con el conductor que casi me choca por mi culpa. Si hubiera estado sola, habría tenido muchos problemas. Ni modo, tendré que depender de otros.

Miro mi celular, un mensaje de Franco. Lo abro sin admitir que él me gusta más de lo que imaginé.

Franco: Cena para tres en mi casa a las siete.

Bree: Cenaré con mi padre y su esposa. ¿Mañana?

Franco: Pasado mañana a las siete. ¿Te va?

Bree: Claro

Dibujo una sonrisa y respondo con un emoji de carita feliz.

»¿Esa sonrisa es por el vecino guapo?

Miro a London. No debí contarle que el vecino me pareció guapo cuando mencioné que me ayudaría con lo del restaurante luego de fingir ser su novia.

—Lo veré mañana en la noche para hablar sobre el restaurante. Él maneja uno y tiene experiencia.

—¿Fingir ser su novia incluye besos?

Río.

—No, claro que no.

—Oye, no debes huirle al amor por causa de un mal matrimonio. No cuando hay un hombre guapo que cocina y se lleva bien con tu hija. Hablo por experiencia.




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